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El sueño de ser deportista: ¿realidad o engaño?

Blanca Inés Durán
17 de octubre de 2024 - 05:05 a. m.

Muchos padres sueñan con ver a sus hijos convertidos en grandes deportistas, ganando medallas, campeonatos o representando a nuestro país. Para lograr ese sueño, invierten tiempo y dinero en escuelas, clubes, equipos, viajes y entrenamientos. Sin embargo, luego de un tiempo, la frustración aparece al no ver los resultados esperados.

En algunos casos, esta frustración se debe a que han sido engañados por personas inescrupulosas que juegan con los sueños y esperanzas de estos soñadores. Esto ocurre porque existe poca información y asesoría sobre la formación de un deportista, lo que dificulta a los padres tomar decisiones informadas.

Para entender mejor este problema, es importante conocer cómo funciona el sistema deportivo en Colombia. En su mayoría, es un sistema privado, diseñado para promover la solidaridad y el trabajo conjunto. La base del sistema son los clubes deportivos: grupos de personas que aportan dinero, recursos y tiempo para que un deporte salga adelante. Sin embargo, en la realidad, muchos clubes se han convertido en microempresas que cobran a los deportistas (o a sus padres) por entrenarlos con la promesa de llevarlos al alto rendimiento, aunque en muchos casos esto no sucede.

El fútbol, por su popularidad, es un ejemplo claro de esta problemática. Son muchos los que ven en este deporte la oportunidad para lograr dinero, fama y respeto. Según sondeos realizados por plataformas como SWEATBITS o por el mismo Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte, IDRD, existen más de 1.100 organizaciones, entre escuelas y clubes de fútbol en Bogotá, muchos de ellos sin ningún reconocimiento, aval o seguimiento por parte del Distrito, es decir, son informales. Los padres inscriben a sus hijos en estos lugares con la esperanza de que se conviertan en las próximas estrellas, pero esto no siempre es posible. Y no porque los niños sean malos deportistas, sino porque estos lugares pueden carecer de profesionales especializados o de una metodología adecuada.

La Liga de Fútbol de Bogotá tiene alrededor de 400 clubes afiliados, lo que les permite participar en competencias oficiales y aspirar a representar a la ciudad e incluso al país. Los demás clubes no tienen esa oportunidad, un dato que muchos padres desconocen al pagar mensualidades e incluso cuotas para supuestas evaluaciones con seleccionadores nacionales.

Con las escuelas, la situación es aún más compleja. Muchas ni siquiera cuentan con entrenadores con formación profesional o técnica. Algunas personas, sin la preparación adecuada, pueden exigir demasiado a los niños, causándoles lesiones. Incluso existen casos de acoso, abuso y aún más grave, violación, por parte de algunos entrenadores, que lamentablemente quedan impunes.

Por eso, si usted es padre o madre y sueña con que su hijo sea un deportista de alto rendimiento, tenga en cuenta estas recomendaciones:

Verifique el reconocimiento: Asegúrese de que la escuela o el club cuenten con un reconocimiento o aval oficial del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD). Esto garantiza que cuenten con personal calificado porque es uno de los requisitos que exige la entidad.

Investigue a los entrenadores: Confirme que los entrenadores tengan formación en entrenamiento deportivo y experiencia en la formación de niños y niñas. No permita que una persona sin la preparación adecuada entrene a su hijo, ya que podría causarle un daño permanente.

Asista a los entrenamientos: Conozca el plan de entrenamiento y la metodología que se utiliza. La formación de un deportista debe ser planificada y estructurada.

Y como decían en un programa hace un tiempo, si ven algo irregular, si notan que no están tratando a su hijo o a su hija de la forma adecuada, no se queden callados, denuncien, lo puede hacer en el IDRD, en el Ministerio del Deporte o incluso en la Fiscalía si el caso es muy grave.

El futuro de los niños y niñas en un deporte depende de la formación, la disciplina y, sobre todo, de una buena metodología de entrenamiento. No deje ese futuro en manos de cualquiera. Así como no llevaría su carro a reparar a un sitio sin experiencia, no lleve a su hijo o hija a cualquier lugar, el entrenamiento de su hijo es aún más importante. Existen escuelas deportivas gratuitas en el Distrito y algunos programas en las cajas de compensación, aproveche estos lugares que tienen personas capacitadas.

Finalmente, recuerde que no todos las niñas y los niños podrán ser campeones o profesionales. Disfrute viendo a su hijo practicar deporte, permita que sea parte de su formación integral y no lo presione más allá de sus posibilidades. De esta manera, el sueño de ser deportista no se convertirá en una pesadilla.

Blanca Inés Durán

Por Blanca Inés Durán

Bogotanóloga, ingeniera industrial y gestora pública.

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