Comienza a hablarse en el ordenamiento territorial de un concepto mucho más ambicioso que el de la vocación de uso del suelo, con la expectativa de definir, más política que técnicamente, su destino económico y cultural. Es una idea innovadora, que nos permite redefinir los determinantes ambientales rígidos, convertidos en “naturales” por la burocracia, sin ignorar las cualidades físicas, biológicas e históricas del territorio, entrecruzadas en su poblamiento. A ver si avanzamos respecto al modelo USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) que definió en 1986 la capacidad de uso de la tierra con base en el potencial productivo comercial del suelo, donde la conservación es, obviamente, la última alternativa. Grave para el catastro y para el reconocimiento de los servicios ecosistémicos.
Vocación territorial
15 de septiembre de 2022 - 05:30 a. m.
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación