El fin de semana pasado, se llevó a cabo en Bogotá el Taller de Protección al Menor (Child Protection Workshop) que ofreció por primera vez en América Latina el Consejo de Colegios Internacionales (Council of International Schools – CIS). En este taller, especialistas de talla mundial nos hablaron sobre la importancia de que todos los adultos trabajemos juntos para proteger a los niños de abuso, el cual puede ser de cuatro tipos principales: físico, emocional, sexual y de abandono o negligencia.
Los especialistas presentaron información en el taller donde indicaban que una de cada tres niñas y uno de cada cuatro niños ha sufrido algún tipo de abuso. Este es un indicador aterrador que para ser reducido requiere la atención de la sociedad.
El especialista forense irlandés, Dr. Joe Sullivan, presentó algunas de las entrevistas que ha hecho a abusadores sexuales de menores, lo que evidenció que no existe un solo perfil para este tipo de personas. En su intervención habló de experiencias frecuentes de los abusadores cuando eran niños, como haber sido abusados o haber tenido acceso a pornografía desde muy corta edad. Pero también explicó que hay abusadores que no tienen un evento puntual que explique sus acciones de adultos.
El mensaje principal del Dr. Sullivan es sobre la importancia que instituciones que trabajan con niños tengan procedimientos establecidos de selección de profesionales y voluntarios que reduzcan el riesgo de que estos adultos tengan acceso a los niños. Acciones como hacer una revisión del pasado judicial y la revisión de referencias validadas son indispensables. En Colombia, está en proceso de habilitación el Registro de Ofensores Sexuales, fuente importante para que instituciones que trabajan con niños revisen antes de contratar o recibir a cualquier persona para trabajar. Adicionalmente, todos los adultos que trabajan con niños deben tener los ojos muy abiertos para reportar cualquier comportamiento sospechoso y proteger a los niños. La línea virtual de reporte para la protección a la infancia y la adolescencia, “Te Protejo”, es una excelente alternativa.
Uno de los temas que más atención tuvo durante el taller es el acceso que tienen los niños y jóvenes alrededor del mundo a contenidos inapropiados a través de Internet y redes sociales. Por ejemplo, el número de niños y niñas que están teniendo acceso a pornografía a través de Internet desde muy pequeños ha aumentado drásticamente y de manera generalizada en muchos países. Esta exposición a contenidos explícitos, que los niños no están listos para ver, debe ser evitada a toda costa, pues, por un lado, los puede hacer más vulnerables si llegan a verse enfrentados a una situación de abuso, dado que normalizan las situaciones que ven, y, por otro lado, los pone en contacto con personas de malas intenciones. Adicionalmente, los niños expuestos a este tipo de contenidos desarrollan un referente inadecuado de lo que son las relaciones entre personas, que puede afectar sus propias relaciones cuando crezcan. En ese sentido, nuestra responsabilidad como adultos es que nuestros niños no puedan acceder a través de su celular, tableta o computadores a estos contenidos. Por esto, hago un llamado para que todos los padres instalemos controles parentales para monitorear y reducir el acceso. Para tal fin, les recomiendo usar programas de control parental, como Qustodio o Norton Family Premier, o instalar dispositivos en la casa, como Circle, que ayudan en el proceso de monitoreo, filtro de contenidos y manejo del tiempo de uso de Internet. En el sitio web de Childnet International existen múltiples recursos para reducir los riesgos de los niños y jóvenes en Internet.
Por su parte, el psicólogo Doug Walker habló sobre el impacto del trauma que viven los niños que han sufrido de abuso. Los colegios y los papás deben entender que estos niños no van a poder aprender de manera óptima y su desarrollo como adultos será comprometido. Es claro que una persona que ha sido abusada debe buscar ayuda profesional. Las instituciones deben entonces establecer protocolos de atención en caso de abuso, programas de protección al menor que incluyan formación en habilidades para la vida, como el autocuidado y el fortalecimiento de la autoestima, y un currículo con límites claros y consistentes, diseñado para que los niños crezcan con altas expectativas para el éxito.
Los diferentes especialistas del taller hicieron especial énfasis en poder proporcionar programas de educación sexual de calidad a los niños para que se pueda prevenir el abuso. También compartieron recursos existentes para fortalecer las instituciones y los espacios donde los niños y jóvenes pueden estar expuestos a este flagelo y prevenir estos abusos, como el repositorio de recursos del International Centre for Missing and Exploited Children, disponible en múltiples idiomas incluyendo el español.
Es responsabilidad de todos los miembros de una sociedad proteger a sus niños y jóvenes y permitirles desarrollarse de acuerdo con el proceso normal de su edad. Para que esto suceda, las instituciones educativas deben robustecer sus procesos, programas y protocolos orientados a la protección del menor y los padres de familia debemos guiar a nuestros hijos para que, por un lado, no se expongan a situaciones inapropiadas y, por otro, sepan qué hacer en caso de que se vean envueltos en una de estas situaciones.
El fin de semana pasado, se llevó a cabo en Bogotá el Taller de Protección al Menor (Child Protection Workshop) que ofreció por primera vez en América Latina el Consejo de Colegios Internacionales (Council of International Schools – CIS). En este taller, especialistas de talla mundial nos hablaron sobre la importancia de que todos los adultos trabajemos juntos para proteger a los niños de abuso, el cual puede ser de cuatro tipos principales: físico, emocional, sexual y de abandono o negligencia.
Los especialistas presentaron información en el taller donde indicaban que una de cada tres niñas y uno de cada cuatro niños ha sufrido algún tipo de abuso. Este es un indicador aterrador que para ser reducido requiere la atención de la sociedad.
El especialista forense irlandés, Dr. Joe Sullivan, presentó algunas de las entrevistas que ha hecho a abusadores sexuales de menores, lo que evidenció que no existe un solo perfil para este tipo de personas. En su intervención habló de experiencias frecuentes de los abusadores cuando eran niños, como haber sido abusados o haber tenido acceso a pornografía desde muy corta edad. Pero también explicó que hay abusadores que no tienen un evento puntual que explique sus acciones de adultos.
El mensaje principal del Dr. Sullivan es sobre la importancia que instituciones que trabajan con niños tengan procedimientos establecidos de selección de profesionales y voluntarios que reduzcan el riesgo de que estos adultos tengan acceso a los niños. Acciones como hacer una revisión del pasado judicial y la revisión de referencias validadas son indispensables. En Colombia, está en proceso de habilitación el Registro de Ofensores Sexuales, fuente importante para que instituciones que trabajan con niños revisen antes de contratar o recibir a cualquier persona para trabajar. Adicionalmente, todos los adultos que trabajan con niños deben tener los ojos muy abiertos para reportar cualquier comportamiento sospechoso y proteger a los niños. La línea virtual de reporte para la protección a la infancia y la adolescencia, “Te Protejo”, es una excelente alternativa.
Uno de los temas que más atención tuvo durante el taller es el acceso que tienen los niños y jóvenes alrededor del mundo a contenidos inapropiados a través de Internet y redes sociales. Por ejemplo, el número de niños y niñas que están teniendo acceso a pornografía a través de Internet desde muy pequeños ha aumentado drásticamente y de manera generalizada en muchos países. Esta exposición a contenidos explícitos, que los niños no están listos para ver, debe ser evitada a toda costa, pues, por un lado, los puede hacer más vulnerables si llegan a verse enfrentados a una situación de abuso, dado que normalizan las situaciones que ven, y, por otro lado, los pone en contacto con personas de malas intenciones. Adicionalmente, los niños expuestos a este tipo de contenidos desarrollan un referente inadecuado de lo que son las relaciones entre personas, que puede afectar sus propias relaciones cuando crezcan. En ese sentido, nuestra responsabilidad como adultos es que nuestros niños no puedan acceder a través de su celular, tableta o computadores a estos contenidos. Por esto, hago un llamado para que todos los padres instalemos controles parentales para monitorear y reducir el acceso. Para tal fin, les recomiendo usar programas de control parental, como Qustodio o Norton Family Premier, o instalar dispositivos en la casa, como Circle, que ayudan en el proceso de monitoreo, filtro de contenidos y manejo del tiempo de uso de Internet. En el sitio web de Childnet International existen múltiples recursos para reducir los riesgos de los niños y jóvenes en Internet.
Por su parte, el psicólogo Doug Walker habló sobre el impacto del trauma que viven los niños que han sufrido de abuso. Los colegios y los papás deben entender que estos niños no van a poder aprender de manera óptima y su desarrollo como adultos será comprometido. Es claro que una persona que ha sido abusada debe buscar ayuda profesional. Las instituciones deben entonces establecer protocolos de atención en caso de abuso, programas de protección al menor que incluyan formación en habilidades para la vida, como el autocuidado y el fortalecimiento de la autoestima, y un currículo con límites claros y consistentes, diseñado para que los niños crezcan con altas expectativas para el éxito.
Los diferentes especialistas del taller hicieron especial énfasis en poder proporcionar programas de educación sexual de calidad a los niños para que se pueda prevenir el abuso. También compartieron recursos existentes para fortalecer las instituciones y los espacios donde los niños y jóvenes pueden estar expuestos a este flagelo y prevenir estos abusos, como el repositorio de recursos del International Centre for Missing and Exploited Children, disponible en múltiples idiomas incluyendo el español.
Es responsabilidad de todos los miembros de una sociedad proteger a sus niños y jóvenes y permitirles desarrollarse de acuerdo con el proceso normal de su edad. Para que esto suceda, las instituciones educativas deben robustecer sus procesos, programas y protocolos orientados a la protección del menor y los padres de familia debemos guiar a nuestros hijos para que, por un lado, no se expongan a situaciones inapropiadas y, por otro, sepan qué hacer en caso de que se vean envueltos en una de estas situaciones.