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En los últimos años se ha visto un incremento en enfermedades mentales a nivel mundial. Diversos estudios indican que la incidencia de ansiedad, estrés y depresión está muy acentuada, en especial en los adolescentes y adultos jóvenes. Yo enseño a estudiantes de 13 y 14 años sobre cómo cuidar su salud mental y quiero compartir con ustedes algunas de las directrices que manejamos en esa unidad de la clase. El mensaje principal es que todos podemos cuidar de manera explícita y consciente nuestra salud mental, en especial en esta época de cuarentena, cuando el tema cobra aún más importancia.
Existen cuatro elementos principales para tener en cuenta cuando es hora de cuidar nuestra salud mental: hábitos saludables, reconocimiento de emociones, relaciones y pensamientos positivos. Hay estudios que indican que si trabajamos de manera explícita estos cuatro elementos nos pueden ayudar a tener una buena salud mental.
En cuanto a los hábitos saludables, existen tres componentes. El primero es una alimentación balanceada. Cuando diseñemos nuestros menús, busquemos que haya proteínas, carbohidratos y grasas. Estos se encuentran en la mayoría de frutas, verduras, granos, harinas y proteína animal. Tener dietas balanceadas ayuda a que mantengamos un cuerpo saludable, lo que conlleva a una mente saludable. Lo segundo es el ejercicio. En esta época de cuarentena debemos buscar maneras de tener rutinas de ejercicios en las que el cuerpo y el corazón se muevan. Existen varias apps que ayudan en este proceso. También podemos hacer rutinas sencillas de abdominales, flexiones, sentadillas, saltar lazo y otras actividades que se pueden llevar a cabo dentro de la casa. Lo tercero es dormir bien. Para esto debemos mantener los horarios habituales que manejamos para irnos a la cama y procurar no estar frente a la pantalla una hora antes de acostarnos.
Si somos conscientes de mantener buenos hábitos, lograremos uno de los cuatro elementos relacionados con salud mental. En esta época de cuarentena, debemos también buscar mantener rutinas durante el día, como bañarnos, vestirnos, respetar los horarios de las comidas y buscar mantener la mente y el cuerpo ocupados. Recordar la importancia de pausas activas y generar esas rutinas básicas que exhiban los hábitos saludables.
El segundo elemento se refiere al reconocimiento de emociones. Como seres humanos, una gran parte de nuestro funcionamiento está dirigido por emociones. El ejercicio principal es lograr reconocer las emociones que tenemos y al mismo tiempo identificar qué genera esas emociones. Al estar conscientes de nuestras emociones, podemos reconocer esas fluctuaciones normales que tenemos y también las que comienzan a estar más presentes de lo normal, como puede ocurrir con la tristeza. Cuando empezamos a reconocer los patrones de nuestras emociones, podemos pedir ayuda si la necesitamos. Existe el Atlas de las Emociones que permite que vayamos identificando las variaciones de las emociones principales: gozo, miedo, enojo, disgusto y tristeza.
El tercer elemento son las relaciones. En este aspecto, un estudio longitudinal de la Universidad de Harvard que se llevó a cabo por más de 80 años mostró que uno de los factores más importantes en la felicidad de las personas es tener buenas relaciones. Estas relaciones pueden ser con familia y amigos, y su calidad impacta aspectos como la salud y el éxito profesional, entre otros. Hay que cultivar las relaciones, y la cuarentena es un buen momento para tomarse un café virtual o telefónico con amigos o familiares. Cuidemos las relaciones, ya que estas son determinantes para nuestra salud mental.
Por último, debemos ser muy conscientes de promover en nosotros mismos un pensamiento positivo. En ocasiones, las redes sociales o las noticias nos llenan de negatividad. Seamos conscientes del tipo de pensamiento que tenemos a diario para poder hacer ajustes si nuestra actividad mental no está aportando a nuestro bienestar. El tipo de relaciones también contribuye a nuestros pensamientos, busquemos personas que nos nutran y que apoyen ese pensamiento constructivo.
El único responsable de la salud mental es cada uno de nosotros. Si cuidamos la salud mental, como lo hacemos con una planta, echándole agua, abono, tierra y buena luz, podremos verla crecer. El agua, el abono, la tierra y la luz se comparan con los hábitos saludables, el reconocimiento de emociones, las relaciones y el pensamiento positivo. Estemos pendientes de nosotros mismos y de las personas que queremos para que entre todos contribuyamos a que nuestra salud mental se mantenga en buen estado durante esta cuarentena.
De pronto pondría “el principal”, pues aunque es un asunto interno las circunstancias externas pueden determinarlo en ocasiones.