Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Tengo un amigo que es fanático del deporte europeo e internet se ha convertido en su mejor aliado para mantener esta afición. El caso es que desde hace ya meses no puede navegar en uno de sus sitios favoritos en Alemania: sportwetten.bild.de. Intenté conectarme, pero efectivamente sale un aviso que indica que no se puede acceder a este sitio e incluye este mensaje “ERR_CONNECTION_REFUSED”.
Después de analizar unos días la situación y usando un programa para conectarse desde otra ubicación —una VPN— para establecer que el sitio sigue activo, es posible que el origen del problema sea un bloqueo ordenado por el Ministerio TIC con el fin de combatir las apuestas ilegales en el país. Si este fuera el caso, cuando se bloquean sitios como Sportwetten por orden de Coljuegos, ¿se cumplen estándares de derechos humanos?
El presupuesto de salud en Colombia depende, entre otras fuentes, de los impuestos a las apuestas en juegos de azar. Buscar mecanismos para evitar el fraude es un tema que nos debe importar. Ahora bien, bloquear contenidos en internet constituye una restricción a nuestra libertad de expresión y debe ser legal, necesaria y proporcional.
Sabemos que en el país existe el bloqueo para combatir contenido de explotación sexual de personas menores de edad, soportado en la Ley 679 de 2001, y su evolución con sus más y menos ha sido discutida públicamente y es el caso que está más presente en la mente de todos. Sin embargo, desde 2014 existe también el bloqueo para evitar apuestas ilegales y de ese lo que conocemos es bien poco.
Los bloqueos por apuestas ilegales están soportados en una modificación que hizo la ley del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. De acuerdo con ese cambio por la Ley de Juegos de Suerte y Azar, las autoridades de control pueden monitorear los juegos en internet, y ordenar las sanciones y bloqueos necesarios. El cambio pasó por debajo del radar e impuso una restricción legal que habría merecido mayor debate y análisis de su impacto.
En primer lugar, las personas que se ven afectadas por el bloqueo —el sitio o mi amigo— no siempre la tienen fácil para saber el motivo. He visto bloqueos que redireccionan a un aviso donde se dice el motivo, pero si se confirma que el sitio alemán está bloqueado por esta razón, es claro que la autoridad no siempre explica a las personas que lo visitan la causa por la cual no pueden acceder a él.
No es fácil saber cuál es el procedimiento que se aplica, hay más información sobre el tema de bloqueo de contenidos de explotación sexual de menores y podemos suponer que sigue esa línea. Sin embargo, en el caso de los bloqueos por apuestas ilegales, no me queda claro cómo se deciden los sitios a bloquear, no veo cuál es la participación de la sociedad civil en la supervisión —lo que hace RedPaPaz en el caso de menores— y, lo más grave, las personas afectadas no pueden reportar errores —a decir verdad, la ausencia de mecanismos de reporte de errores también está para los procedimientos de bloqueos por contenidos sexuales de personas menores de edad—.
De otra parte, suponiendo que el bloqueo fuera no por el sitio en sí mismo, sino por las propagandas que aparecen en este tipo de páginas —como el sitio alemán de deportes—, porque se considera que se hace publicidad a sitios no autorizados en Colombia por Coljuegos, me surge la pregunta de si entonces resulta que se puede bloquear cualquier sitio en esas condiciones cuando es claro que Coljuegos no autorizará a todos los sitios de apuestas que operan en el mundo.
Adicionalmente, incluso si eso tuviera sentido es desproporcionado porque lo que se hace es bloquear el sitio completo. “Que bloqueen solo la propaganda”, diría cualquier despistado. Sin embargo, técnicamente es imposible hacer esa discriminación en el bloqueo. Esto por supuesto es un problema y debe discutirse pues es una barrera real para hacer efectivos bloqueos legítimos, pero no puede ser la razón para afectar desproporcionalmente la libertad de expresión.
Finalmente, que los bloqueos son un problema de libertad de expresión tiene que ver también con que uno de los elementos de este derecho es poder acceder a información de todo tipo. En este caso usar sitios de apuestas no solo significa apostar, también permite establecer tendencias. Así por ejemplo pueden evitar que periodistas accedan a información para elaborar notas como la que Enter.co hizo en 2016 sobre las opciones que tenía la película El abrazo de la serpiente en los Óscar de ese año. El periodista usó el sitio Oddschecker para adivinar opciones, pero ese sitio ya está bloqueado por apuestas ilegales —en este caso sí se informa el motivo—. Si quisiéramos repetir el ejercicio para adivinar las opciones de Pájaros de verano, no podríamos.
Las restricciones a la navegación en internet son una limitación importante a la libertad de expresión que puede ser utilizada por el Estado, pero es una medida excepcional. Vale la pena poner el ojo a esta situación de los bloqueos por apuestas ilegales y apuntalar mejor este análisis pues estoy segura de que nadie quiere que de repente esa facultad excepcional sea una herramienta que facilite la censura.
De otra parte, las empresas que dan acceso a internet, como Claro, ETB o Emcali, son las que operativizan el bloqueo accediendo a un listado que el Ministerio TIC les da de aquello que deben bloquear, es decir, cumplen órdenes. Aunque no son las responsables de esta limitación, sí pueden fortalecer su compromiso con la transparencia y así ayudarnos a cuidar la libertad de expresión.
Si estas empresas dan más y mejor información sobre los bloqueos y en general las restricciones a internet como estas, si cuentan cómo cumplen estas obligaciones, podemos aprender sobre el marco legal para determinar si es o no garantista e incluso establecer el impacto que están teniendo. En este sentido, la próxima semana la Fundación Karisma —donde trabajo— lanza su informe “¿Dónde están mis datos?” de 2018 en el que se evalúan las siete empresas más importantes para la conectividad de los colombianos en temas como este, ¡no se lo pierdan!