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Carta a Irene Vallejo, a raíz de la Feria Internacional del Libro de Bogotá

Cartas de los lectores
24 de abril de 2024 - 09:00 a. m.
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20 de abril de 2024

Los aliados de la palabra

Leo la dedicatoria con el júbilo de un 25 en la mañana, temprano, recién despertando. Pienso, respiro y conecto. Y me inspiro, sobre todo. Sueño, igual que tú, con poder dar palabras, sí, pero también emociones atoradas en la garganta, pieles de gallina, espacios fuera de la realidad cotidiana de un día cualquiera en una vida cualquiera.

Como dices, las letras estampadas en papel detienen el tiempo, permiten viajar en él, nos heredan ideas, abren las llaves del refugio, permiten la catarsis. Esquivan los años, burlan el olvido, se ríen de la desidia. Nos despiertan, atónitos, con imágenes en sepia, roídas por polillas, observando el movimiento de los olivos, escuchando el zumbido cortante del latigazo antes de azotar al esclavo —¿acaso sintiéndolo?—, oliendo el rincón favorito del ser amado, constriñendo las palpitaciones ante la amenaza del siguiente bombardeo.

O abrimos los ojos luego de la extinción —esta, la nuestra, la que seguimos gestando día a día, hora a hora—, con la utopía de la hermandad, de la empatía y de otros imposibles, en donde la palabra resiliencia no tenga que ser prostituida por los libros de autoayuda, simplemente porque no la necesitamos.

Sueño, ahora, con las otras palabras, las que nunca anidaron en un libro, capturadas por el alma sedienta de consuelo, en medio del dolor lacerante que impide siquiera una bocanada de aire porque el llanto se atora en los pulmones, y en el alma.

Son voces que cambian, dan plasticidad neuronal, arborizan, nutren, sinaptizan. Dejan impronta con tinta china. Luego, en otro estado, bajo otros términos, se transforman, se heredan, contagian, cambian las cosas, las circunstancias, la vida. Forman vínculos en otras redes. Y por encima de cualquier cosa, dejan legados.

Hoy entendí, Irene, cuánto deseamos ser aliados de la palabra, sin importar la tecla que digitemos o el bolígrafo que empleemos. Gracias.

Ricardo Millán, psiquiatra.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com

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Ana(88564)25 de abril de 2024 - 01:33 p. m.
profunda y bella reflexión
DONALDO(67774)25 de abril de 2024 - 01:12 p. m.
Buenas y sanas palabras, Ricardo.
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