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La inminente nueva Gran Guerra

Cartas de los lectores
22 de octubre de 2024 - 05:00 a. m.

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Me extraña que en el editorial del 3 de octubre, titulado “Un pulso peligroso en Oriente Medio”, no se haya mencionado la inminencia de la Tercera Guerra Mundial (TGM), como ya lo están demostrando Rusia en Ucrania e Israel en Gaza y Líbano. El hecho de que Israel haya dado muerte al “líder máximo de Hezbolá”, invadiendo el sur del Líbano, y que, en represalia, Irán, el otro fiel de la balanza, haya atacado a Israel con misiles, así lo sigue demostrando. “En caso de que Benjamín Netanyahu, como lo anunció, decidiera devolver el golpe atacando infraestructura nuclear iraní u otros objetivos estratégicos”, y si también decidiera continuar enfrentando a los hutíes en Yemen, la región entraría en el desarrollo de la TGM.

Rusia, Israel e Irán actúan desenfrenadamente porque la CPI es una corte con poca utilidad, aunque el fiscal Karim Khan tomara acciones contra Vladimir Putin y denunciara a Hamás y a los miembros del gobierno de Israel, lo que “debe tomarse con seriedad” porque el estremecedor listado de crímenes abarca “delitos de lesa humanidad”. La ONU mucho menos, pues esta organización es dominada por EE. UU., país que apoya incondicionalmente a Israel, al igual que los principales países occidentales, ya que este defiende sus intereses políticos y estratégicos en Medio Oriente.

Entonces, Rusia e Israel actúan sin freno en esta introducción de la TGM porque están interesados en que su desarrollo no sea detenido ni por el grito suplicante de la CPI, ni por la voz protestante de la ONU, ni por los ruegos de Alá, ni los de Dios ni los de nadie. A este mundo le espera el desarrollo de la TGM, ya que no hay esperanza alguna de que alguien lo detenga.

Con China y otros países expectantes, que en cualquier momento pueden dar sorpresas, EE. UU. y los otros aliados de Israel subestiman lo ocurrido porque tienen muchos intereses. Por eso los líderes israelíes “recibieron la noticia como vienen haciendo con cualquier crítica a su actuar: acusarla de ser una conspiración con tintes de antisemitismo y cuestionar la legitimidad de la CPI”, e incluso declararon al secretario general de la ONU “persona no grata” solo por haber dicho que la región se está convirtiendo en un infierno.

En suma, a 106 años del fin de la Primera Guerra Mundial, que mató a 10 millones de personas, y a 79 años del fin de la Segunda, que mató a 40 millones de civiles y 20 millones de soldados —desgraciadamente, la experiencia y la literatura sobre el horror pasado no han servido para prevenir el horror del exordio terciario—, aquí estamos, pues, al borde del inicio del desarrollo de la verdadera Gran Guerra, como si la tierra en llamas fuera un ardiente círculo vicioso de candela perversa que sigue quemándonos sin la paz que extinga el fuego arrasador.

Dairo Elías González Quiroz.

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