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El maldito día en que Juan Gossaín se retiró
Soy de la época de la radio; crecí escuchando a Yamid Amat, Juan Gossaín, Julio Nieto Bernal, Francisco Tulande, Hernán Peláez y otros, gracias a mi padre, que era un radioescucha compulsivo y sintonizaba noticias desde las 5:00 a. m. hasta el mediodía y después por la noche, de 6:00 hasta casi las 12:00. Era otra época, con grandes periodistas que transmitían verdad y respeto. Años después de esta época de oro, uno no sabe si sentir rabia o tristeza.
La emisora La FM ha protagonizado, en menos de ocho días, dos actos que van de lo polémico y discutible hasta lo ridículo: la renuncia de su director, Luis Carlos Vélez, en medio de serios cuestionamientos y críticas por su actitud prepotente, que incluso muchos tildaron de ignorante, hacia la COP16, a celebrarse en Cali. Una semana después, la periodista Darcy Quinn protagonizó un episodio que rozó lo ridículo al insinuar un acto de corrupción de funcionarios de RTVC, dado que en sus instalaciones estaba parqueado un lujoso carro, y todo terminó en que el carro pertenecía a un músico que estaba siendo entrevistado en la sede del canal.
Uno se pregunta si este es el nivel de periodismo que debemos escuchar o ver, si hemos caído en un profundo abismo de mediocridad y periodistas tendenciosos. Por eso, maldito el día en que don Juan Gossaín se retiró, porque allí se acabó el periodismo radial en Colombia, por no decir que se acabó el periodismo.
Rodolfo Alberto Vanegas
Prevenir el abuso infantil
Sí, estoy de acuerdo con su editorial del 21 de octubre, relacionado con las propuestas populistas como implementar la cadena perpetua en Colombia.
Hay otra parte de la conversación que todavía no hemos abordado, al menos no desde los grandes medios de comunicación en Colombia. Esto es sobre la prevención de los abusos sexuales (y posteriores homicidios de niños y niñas). ¿Qué lleva a un hombre adulto (y a veces a mujeres) a sentirse atraído sexualmente hacia niños y niñas? ¿Es una enfermedad, como la pedofilia? ¿Es falta o inadecuada educación sexual? ¿Es el resultado de una sociedad patriarcal? Una vez entendidas las diversas causas de este problema, ¿cómo podemos prevenir estos crímenes? ¿Tratamientos psiquiátricos, mejor y más educación sexual, entre otros?
Tenemos que discutir la prevención. Nadie quiere que los niños sean manoseados, abusados y mucho menos asesinados. ¿Cómo logramos esto?
Estoy convencida de que El Espectador es el medio de comunicación que puede ayudarnos a entender la globalidad del problema desde diversos ángulos del conocimiento científico: psiquiatría, psicología, sociología, género, justicia, medicina, entre otros.
Sería importante reportar qué países tienen las tasas más bajas de abuso infantil y cómo han logrado esos resultados.
Carolina Montoya Pachongo
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