Sobre descontento social y la intervención en El Plateado
La defenestración de Petro presidente
Por estas fechas se cumplen 75 años de la elección de Laureano Gómez, ideólogo de la extrema derecha, admirador de Franco, antisemita y racista, quien en 1940 decía: “Llegaremos hasta la acción intrépida y al atentado personal, y haremos invivible la república. Guerra civil si no se permite que el Partido Conservador gobierne la república a su antojo”. Como presidente, cumplió su palabra: cubrió los campos colombianos de cadáveres, terror y lágrimas. Oficializó la violencia, la cual persiste hasta nuestros días.
A finales del siglo XX apareció su alter ego: Álvaro Uribe, quien lidera a la ultraderecha actual. Desde el mismo día de la posesión de Petro, le declararon la guerra por “guerrillero, chavista, comunista”, etc. Pero su verdadera aversión es porque los sacó del poder y temen que permita al poder judicial actuar y develar su pasado paramilitar. La ultraderecha confía en que en Colombia pueden repetir lo ocurrido con Lula en Brasil y Morales en Bolivia. Si el pueblo se rebela, acudirán a la represión al estilo Uribe-Duque. Pero Colombia no es Brasil ni Bolivia; Colombia es un barril de dinamita social que está a punto de explotar.
Baltasar Quijano Ossa
Invasión de El Plateado
A propósito del editorial del 14 de octubre, titulado “La necesaria intervención de El Plateado”. Piensen y analicen estratégicamente la región de El Plateado y el cañón del Micay. El ELN ha sido dueño y señor de todos los municipios cocaleros del sur del Cauca y norte de Nariño desde hace más de 30 años. Los alcaldes y concejales son 100 % “elenos”. El cañón del Micay hasta el Pacífico siempre fue dominado por las FARC, y sus pobladores están emparentados con los guerrilleros de las FARC. ¿No será que el ELN le está exigiendo a Petro despejar esa zona para continuar con el desastroso proceso de paz? ¿No creen que Petro, en su ahogado desespero por obtener algún pírrico avance al respecto, cree posible sacar a las FARC de allá? No seamos ilusos, y dejen de aplaudir decisiones incoherentes y mediocres sin analizar primero el territorio. Nadie en esa región va a dejar los cultivos de coca por esfuerzos institucionales que son, en realidad, simplemente un maquillaje de la realidad geopolítica de la región.
Andrés Vargas
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
La defenestración de Petro presidente
Por estas fechas se cumplen 75 años de la elección de Laureano Gómez, ideólogo de la extrema derecha, admirador de Franco, antisemita y racista, quien en 1940 decía: “Llegaremos hasta la acción intrépida y al atentado personal, y haremos invivible la república. Guerra civil si no se permite que el Partido Conservador gobierne la república a su antojo”. Como presidente, cumplió su palabra: cubrió los campos colombianos de cadáveres, terror y lágrimas. Oficializó la violencia, la cual persiste hasta nuestros días.
A finales del siglo XX apareció su alter ego: Álvaro Uribe, quien lidera a la ultraderecha actual. Desde el mismo día de la posesión de Petro, le declararon la guerra por “guerrillero, chavista, comunista”, etc. Pero su verdadera aversión es porque los sacó del poder y temen que permita al poder judicial actuar y develar su pasado paramilitar. La ultraderecha confía en que en Colombia pueden repetir lo ocurrido con Lula en Brasil y Morales en Bolivia. Si el pueblo se rebela, acudirán a la represión al estilo Uribe-Duque. Pero Colombia no es Brasil ni Bolivia; Colombia es un barril de dinamita social que está a punto de explotar.
Baltasar Quijano Ossa
Invasión de El Plateado
A propósito del editorial del 14 de octubre, titulado “La necesaria intervención de El Plateado”. Piensen y analicen estratégicamente la región de El Plateado y el cañón del Micay. El ELN ha sido dueño y señor de todos los municipios cocaleros del sur del Cauca y norte de Nariño desde hace más de 30 años. Los alcaldes y concejales son 100 % “elenos”. El cañón del Micay hasta el Pacífico siempre fue dominado por las FARC, y sus pobladores están emparentados con los guerrilleros de las FARC. ¿No será que el ELN le está exigiendo a Petro despejar esa zona para continuar con el desastroso proceso de paz? ¿No creen que Petro, en su ahogado desespero por obtener algún pírrico avance al respecto, cree posible sacar a las FARC de allá? No seamos ilusos, y dejen de aplaudir decisiones incoherentes y mediocres sin analizar primero el territorio. Nadie en esa región va a dejar los cultivos de coca por esfuerzos institucionales que son, en realidad, simplemente un maquillaje de la realidad geopolítica de la región.
Andrés Vargas
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