Sobre la publicación de obras del Gobierno, Francisco Lopera y la U. de Antioquia
Francisco Lopera y la Universidad de Antioquia
Leí con interés, conmovido al principio, el editorial del 12 de septiembre sobre el Dr. Francisco Lopera. Al final, me entristeció ver que no se mencionaba en ninguna parte a la Universidad de Antioquia, cuyos recursos fueron puestos al servicio de las relevantes investigaciones del doctor. La omisión es tan gruesa e inexplicable que parece deliberada. Es una lástima. Ahora mismo, cuando el Alma Máter naufraga en la desfinanciación y la oscuridad administrativa, es necesario, más que nunca, reivindicarla; decirle al país que la universidad, con sus profesores y esfuerzos académicos, es una garantía de calidad y optimismo al pensar en el futuro de nuestro país. El Espectador dejó pasar la oportunidad de hacerle el mejor guiño a la universidad pública colombiana, un proyecto del que solo cabe enorgullecerse.
Juan Carlos Orrego Arismendi
Publicación sobre obras del Gobierno
Como lector y suscriptor de esta y otras publicaciones del periodismo en Colombia, veo con preocupación que no se publican las inauguraciones de obras de este gobierno. Dan la impresión de ignorar los recorridos por los territorios y lo que hacen por los más pobres. Era de esperar que estos últimos fueran los más beneficiados, pues fueron quienes votaron por el actual presidente, los que carecen de tierras, vivienda, capacitación, etc. Los que percibimos ingresos por más de cuatro salarios mínimos podemos esperar un poco.
Nos está afectando el clasismo, como escribió un columnista. Se define a las personas no por lo que son, sino por el lugar donde viven, el colegio donde estudian o estudiaron, el carro que tienen, el color de su piel, o peor aún, por su forma de pensar y ver el mundo. Esto último fue lo que provocó la partida de Gabriel García Márquez del país, de nuestro querido premio Nobel. Imagínense lo que sucede en los territorios; es terrible.
Solicito con todo respeto reflexión y objetividad ante los ataques a este gobierno por personas con problemas judiciales ante la Corte Suprema. Se están emitiendo fallos con la complicidad de esta alta corte debido a la demora en los juicios. Qué decir del descaro de la Procuraduría General de la Nación y el Consejo de Estado, eligiendo políticos y no juristas para esta institución, sin que los medios televisivos, escritos y hablados se den por aludidos.
Ramón Jiménez Meza
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
Francisco Lopera y la Universidad de Antioquia
Leí con interés, conmovido al principio, el editorial del 12 de septiembre sobre el Dr. Francisco Lopera. Al final, me entristeció ver que no se mencionaba en ninguna parte a la Universidad de Antioquia, cuyos recursos fueron puestos al servicio de las relevantes investigaciones del doctor. La omisión es tan gruesa e inexplicable que parece deliberada. Es una lástima. Ahora mismo, cuando el Alma Máter naufraga en la desfinanciación y la oscuridad administrativa, es necesario, más que nunca, reivindicarla; decirle al país que la universidad, con sus profesores y esfuerzos académicos, es una garantía de calidad y optimismo al pensar en el futuro de nuestro país. El Espectador dejó pasar la oportunidad de hacerle el mejor guiño a la universidad pública colombiana, un proyecto del que solo cabe enorgullecerse.
Juan Carlos Orrego Arismendi
Publicación sobre obras del Gobierno
Como lector y suscriptor de esta y otras publicaciones del periodismo en Colombia, veo con preocupación que no se publican las inauguraciones de obras de este gobierno. Dan la impresión de ignorar los recorridos por los territorios y lo que hacen por los más pobres. Era de esperar que estos últimos fueran los más beneficiados, pues fueron quienes votaron por el actual presidente, los que carecen de tierras, vivienda, capacitación, etc. Los que percibimos ingresos por más de cuatro salarios mínimos podemos esperar un poco.
Nos está afectando el clasismo, como escribió un columnista. Se define a las personas no por lo que son, sino por el lugar donde viven, el colegio donde estudian o estudiaron, el carro que tienen, el color de su piel, o peor aún, por su forma de pensar y ver el mundo. Esto último fue lo que provocó la partida de Gabriel García Márquez del país, de nuestro querido premio Nobel. Imagínense lo que sucede en los territorios; es terrible.
Solicito con todo respeto reflexión y objetividad ante los ataques a este gobierno por personas con problemas judiciales ante la Corte Suprema. Se están emitiendo fallos con la complicidad de esta alta corte debido a la demora en los juicios. Qué decir del descaro de la Procuraduría General de la Nación y el Consejo de Estado, eligiendo políticos y no juristas para esta institución, sin que los medios televisivos, escritos y hablados se den por aludidos.
Ramón Jiménez Meza
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