Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Presidencia no puede ser un lavadero de dineros calientes
Petro está convirtiendo el cargo de presidente en una institución a la que un colombiano que haya delinquido puede acceder para protegerse de la justicia. En otras palabras, ¿la presidencia es un lavadero de dinero? Según la hipótesis de este señor, cualquier malandrín puede aspirar a ser presidente para beneficiarse del fuero que este cargo le otorga.
Lo cierto es que la ley dispone que, cuando una persona obtiene una situación jurídica concreta a su favor mediante un acto administrativo usando cualquier medio ilegal, dicho acto debe ser revocado. Si el acto administrativo de nombramiento como presidente de la República fue obtenido mediante actos ilegales, como el ingreso de dineros ilícitos o haber superado la suma máxima de dinero permitida por ley, dicho acto tiene que ser revocado, y punto.
Henry García
El legado del Dr. Francisco Lopera
Con motivo del editorial del 12 de septiembre, titulado “La empatía de Francisco Lopera”. Al Dr. Francisco Lopera, junto a su equipo, más que reconocerlo con el Premio Potamkin (equivalente al Nobel en Neurología) por su gran descubrimiento de dos genes antagónicos a la enfermedad de Alzheimer, lo recordaremos y honraremos por demostrar que la empatía y la confianza con el enfermo, su familia, sus cuidadores y entre el equipo médico no solo dignifican a quienes padecen esta enfermedad (y que, por ello, han sido excluidos), sino que también son la mejor manera de hacer buena ciencia. Y lo mejor: es extrapolable, entre otras cosas, a la patológica desconfianza hacia el otro que padecemos casi todos los colombianos, y que explica, aunque no es la causa última, nuestra pobreza, polarización y violencia (recordemos que los países con mayores índices de confianza entre sus ciudadanos tienen a su vez los mayores índices de bienestar socioeconómico).
P. D. Que la Divina Providencia lo guarde en su seno y sea luz que ilumine a nuestro pueblo y a sus gobernantes en la consecución de una sociedad sana, próspera y equitativa.
William Álvarez Gaviria
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com