Claudia Goldin y la brecha salarial por género
Claudia Goldin, profesora de Harvard, acaba de ganar el Nobel de Economía por su trabajo estudiando la brecha salarial por género. Goldin publicó en 1990 la investigación Understanding the Gender Gap: An Economic History of American Women, en donde recopila décadas de datos para tratar de entender por qué, a pesar de que las mujeres cada vez están más y mejor educadas, y que cada vez trabajamos más, sigue habiendo una brecha económica inmensa entre hombres y mujeres.
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Claudia Goldin, profesora de Harvard, acaba de ganar el Nobel de Economía por su trabajo estudiando la brecha salarial por género. Goldin publicó en 1990 la investigación Understanding the Gender Gap: An Economic History of American Women, en donde recopila décadas de datos para tratar de entender por qué, a pesar de que las mujeres cada vez están más y mejor educadas, y que cada vez trabajamos más, sigue habiendo una brecha económica inmensa entre hombres y mujeres.
A lo largo de su trabajo, Goldin encuentra que buena parte de la desigualdad económica tiene que ver con la maternidad y los trabajos de cuidado no remunerado. Esto va acompañado de lo que se llama “presentismo” en los hombres, es decir, su inmensa disponibilidad de tiempo para hacer trabajos fuera de casa y cumplir largas jornadas que son imposibles para alguien con responsabilidades de cuidado. Esta disponibilidad no se reduce a las ocho horas de la jornada laboral, hay espacios de socialización que son claves para el avance profesional. La gran mayoría de los hombres, casados o solteros, pueden salir a cenar o tomarse unos tragos después de la oficina y ahí cerrar negocios, enterarse de información importante o caerle bien al jefe; en cambio, irse de fiesta un miércoles con los de la oficina no es una posibilidad para la gran mayoría de las madres trabajadoras. Según Tatiana Gélvez y Natalia Fiallo en Razón Pública, en Colombia “las mujeres casadas tenían en promedio una brecha de participación de 27 puntos porcentuales (p. p.) frente a sus esposos”. La carga mental, la doble jornada, se incrementa cuando las mujeres viven con una pareja hombre y aún más con cada hijo. Las mujeres han demostrado que pueden realizar cualquier trabajo asalariado igual que los hombres, pero siguen siendo quienes realizan la inmensa mayoría del trabajo de cuidado y por eso es que la brecha salarial no se cierra.
Goldin también habla de los efectos de la píldora anticonceptiva en la economía estadounidense y es una de las principales defensoras de que haya licencias de maternidad y de paternidad iguales de largas, para que a las mujeres no las discriminen sus empleadores y los padres no tengan excusa para no asumir sus responsabilidades de cuidado. Goldin también investigó el impacto de la pandemia del coronavirus en la brecha salarial y la participación de las mujeres en el trabajo asalariado en su último libro: Carrera y familia: el viaje centenario de las mujeres hacia la equidad, publicado en 2021.
El reconocimiento de Goldin es muy importante, pues aún en muchas academias de economía el análisis con perspectiva de género es algo de nicho. Esto permite que su trabajo y el de otras economistas feministas como Nancy Folbre, tenga más influencia en las nuevas generaciones de economistas y, sobre todo, en las políticas públicas, que no han podido atender con suficiencia la desigualdad de género, en buena medida porque muchos políticos y gobernantes no entienden la desigualdad de género o ni siquiera saben que existe.