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                                                                                                                                El fin del amor y la muerte del sexo

                                                                                                                                La carta de algunas mujeres francesas famosas criticando al movimiento #MeToo por ser “puritano” se hizo viral porque reafirma cómodamente las ideas que tenemos sobre el amor y el sexo. En ella dicen que no puede ser que no diferenciemos entre la galantería torpe y el acoso y que estamos entrando en un “pánico sexual” en donde a los hombres van a empezar a despedirlos “por una mirada”. Todo esto es una “mujer de paja” pues a la fecha a ningún hombre lo han despedido por “mirar”. Si las denuncias sociales por acoso destruyeran las carreras de los hombres, Trump no sería presidente de Estados Unidos. Además, es mentira que para convivir con los hombres tengamos que dejarnos acosar. Los hombres no son ineptos emocionales ni incapaces sociales, saben muy bien cuándo están imponiendo su voluntad por encima de la otra persona, saben muy bien cuándo una mujer está incómoda y no quiere que le hagan lo que le están haciendo. Otra cosa es que nuestra sociedad les ha enseñado que no importa que ella no quiera, que ella no sabe lo que quiere por tanto su “no” no es legítimo, el deseo o el placer de ella no importan, importan el placer de él y su deseo.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Las mujeres que denunciamos la violencia sexual queremos más que simple sexo consentido. Queremos que ese consentimiento sea activo, entusiasta y continuo. Es duro darse cuenta de que quizás muy pocos de los hombres con los que hemos tenido sexo pasan ese mínimo. Lejos de ser puritanos, todos los movimientos en los que las mujeres hablamos en voz alta sobre la violencia sexual que vivimos a diario, en todos sus niveles, son movimientos que exigen una cultura en donde el buen sexo, que es el sexo consentido y bienvenido, sea posible. Nadie está negando la agencia de las mujeres ni su capacidad para seducir, es al contrario, estamos pidiendo que la voluntad y los deseos de las mujeres se tomen en cuenta en nuestras prácticas de seducción.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La carta de algunas mujeres francesas famosas criticando al movimiento #MeToo por ser “puritano” se hizo viral porque reafirma cómodamente las ideas que tenemos sobre el amor y el sexo. En ella dicen que no puede ser que no diferenciemos entre la galantería torpe y el acoso y que estamos entrando en un “pánico sexual” en donde a los hombres van a empezar a despedirlos “por una mirada”. Todo esto es una “mujer de paja” pues a la fecha a ningún hombre lo han despedido por “mirar”. Si las denuncias sociales por acoso destruyeran las carreras de los hombres, Trump no sería presidente de Estados Unidos. Además, es mentira que para convivir con los hombres tengamos que dejarnos acosar. Los hombres no son ineptos emocionales ni incapaces sociales, saben muy bien cuándo están imponiendo su voluntad por encima de la otra persona, saben muy bien cuándo una mujer está incómoda y no quiere que le hagan lo que le están haciendo. Otra cosa es que nuestra sociedad les ha enseñado que no importa que ella no quiera, que ella no sabe lo que quiere por tanto su “no” no es legítimo, el deseo o el placer de ella no importan, importan el placer de él y su deseo.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Las mujeres que denunciamos la violencia sexual queremos más que simple sexo consentido. Queremos que ese consentimiento sea activo, entusiasta y continuo. Es duro darse cuenta de que quizás muy pocos de los hombres con los que hemos tenido sexo pasan ese mínimo. Lejos de ser puritanos, todos los movimientos en los que las mujeres hablamos en voz alta sobre la violencia sexual que vivimos a diario, en todos sus niveles, son movimientos que exigen una cultura en donde el buen sexo, que es el sexo consentido y bienvenido, sea posible. Nadie está negando la agencia de las mujeres ni su capacidad para seducir, es al contrario, estamos pidiendo que la voluntad y los deseos de las mujeres se tomen en cuenta en nuestras prácticas de seducción.

                                                                                                                                Read more!

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