La victoria de Thelma Fardin es una luz para todas
La victoria de Thelma Fardin es también una victoria para todas las denuncias de acoso, abuso y violencia sexual en toda la región. “Quiero que este sea un mensaje de esperanza para todas las personas que están sufriendo abusos por más poderosas que sean las personas o malvado que puede ser el sistema. Que esta sea una luz para que lo cuenten”, dijo Fardin a comienzos de esta semana, en una conferencia de prensa convocada por Amnistía Internacional.
Hace seis años, Fardin hizo su primera denuncia formal en contra del actor Juan Darthés, quien abusó de ella hace quince años durante una de las giras del exitoso programa de televisión argentino Patito Feo. En ese entonces, Fardin tenía 16 años y Darthés 44. La denuncia de Fardin llegó en medio de una ola de denuncias por violencia sexual en toda la región e inmediatmanete se conviritó en un caso emblemático. Sin embargo, la actriz fue víctima de intimidaciones y hostigamientos, y lograr una condena en contra de Darthés era difícil pues los hechos no ocurrieron en Argentina, sino en Nicaragua, donde se radicó la denuncia en primera instancia. El actor brasilero se refugió en su país, y el expediente primero se trasladó a Argentina, y finalmente llegó a un Tribunal de Brasil. Hubo un desesperanzador fallo en primera instancia que absolvía al actor, y que llegó en medio de un backlash a todo el movimiento de denuncias. Sin embargo, este fallo histórico, en segunda instancia, es esperanzador y contundente, pues condena al actor a seis años de prisión por los cargos de “atentado violento al pudor” y “actos libidinosos”, y equipara el abuso sexual a la tortura.
Como explica la abogada Mariela Labozzeta, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), en su cuenta de X, el fallo es histórico por varias razones. Primero porque la sentencia da cuenta de “que los hechos de violencia sexual suelen ocurrir fuera de la vista de terceras personas”, y que esto “no puede implicar la imposibilidad de aplicar una pena”, una conclusión importantísima teniendo en cuenta que la mayoría de estas formas de violencia ocurren a puerta cerrada; y porque reconoce “el valor probatorio que tiene la coherencia entre el testimonio de Thelma y los otros testigos, además de los peritajes que acreditaron el estrés post-traumático”. Es decir, le da un justo valor a los testimonios de las dos compañeras a las que Fardin le relató este episodio de violencia, abriendo una ruta probatoria para otros casos. Esto es clave pues, en nuestra experiencia en la revista Volcánicas documentando e investigando periodísticamente denuncias por acoso y abuso sexual, hemos encontrado que esos testimonios son claves para establecer tiempo, modo, lugar y circunstancia, y para corroborar la validez testimonial de la denuncia. La sentencia también reconoce que muchas víctimas de violencia sexual no logran resistirse físicamente, que alzar la voz es difícil, y por eso las denuncias con frecuencia toman años, y la sentencia reconoce, como explica Labozzetta, que la demora de la denuncia no puede “considerarse como un argumento contra su credibilidad”. El tribunal también tomó en consideración la declaración de Darthés, quien dijo que la menor de edad lo había buscado para tener un encuentro sexual, pero no logró explicar por qué no informó del incidente a producción, como debió hacerlo si era inocente.
“Gracias al enorme movimiento de mujeres es que yo pude hablar, ese movimiento que hoy está siendo tan denostado, gracias a esas redes pude salir del dolor inmenso de la violencia que sufrí y construír una vida sin ese peso encima. Hoy peso mucho menos, hoy siento que todo el esfuerzo enorme valió la pena”, dijo Fardin en rueda de prensa. Ojalá que este fallo sirva para que los tribunales comprendan en inmenso daño que deja la violencia sexual, y la importancia de creer en la palabra de las valientes denunciantes.
La victoria de Thelma Fardin es también una victoria para todas las denuncias de acoso, abuso y violencia sexual en toda la región. “Quiero que este sea un mensaje de esperanza para todas las personas que están sufriendo abusos por más poderosas que sean las personas o malvado que puede ser el sistema. Que esta sea una luz para que lo cuenten”, dijo Fardin a comienzos de esta semana, en una conferencia de prensa convocada por Amnistía Internacional.
Hace seis años, Fardin hizo su primera denuncia formal en contra del actor Juan Darthés, quien abusó de ella hace quince años durante una de las giras del exitoso programa de televisión argentino Patito Feo. En ese entonces, Fardin tenía 16 años y Darthés 44. La denuncia de Fardin llegó en medio de una ola de denuncias por violencia sexual en toda la región e inmediatmanete se conviritó en un caso emblemático. Sin embargo, la actriz fue víctima de intimidaciones y hostigamientos, y lograr una condena en contra de Darthés era difícil pues los hechos no ocurrieron en Argentina, sino en Nicaragua, donde se radicó la denuncia en primera instancia. El actor brasilero se refugió en su país, y el expediente primero se trasladó a Argentina, y finalmente llegó a un Tribunal de Brasil. Hubo un desesperanzador fallo en primera instancia que absolvía al actor, y que llegó en medio de un backlash a todo el movimiento de denuncias. Sin embargo, este fallo histórico, en segunda instancia, es esperanzador y contundente, pues condena al actor a seis años de prisión por los cargos de “atentado violento al pudor” y “actos libidinosos”, y equipara el abuso sexual a la tortura.
Como explica la abogada Mariela Labozzeta, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), en su cuenta de X, el fallo es histórico por varias razones. Primero porque la sentencia da cuenta de “que los hechos de violencia sexual suelen ocurrir fuera de la vista de terceras personas”, y que esto “no puede implicar la imposibilidad de aplicar una pena”, una conclusión importantísima teniendo en cuenta que la mayoría de estas formas de violencia ocurren a puerta cerrada; y porque reconoce “el valor probatorio que tiene la coherencia entre el testimonio de Thelma y los otros testigos, además de los peritajes que acreditaron el estrés post-traumático”. Es decir, le da un justo valor a los testimonios de las dos compañeras a las que Fardin le relató este episodio de violencia, abriendo una ruta probatoria para otros casos. Esto es clave pues, en nuestra experiencia en la revista Volcánicas documentando e investigando periodísticamente denuncias por acoso y abuso sexual, hemos encontrado que esos testimonios son claves para establecer tiempo, modo, lugar y circunstancia, y para corroborar la validez testimonial de la denuncia. La sentencia también reconoce que muchas víctimas de violencia sexual no logran resistirse físicamente, que alzar la voz es difícil, y por eso las denuncias con frecuencia toman años, y la sentencia reconoce, como explica Labozzetta, que la demora de la denuncia no puede “considerarse como un argumento contra su credibilidad”. El tribunal también tomó en consideración la declaración de Darthés, quien dijo que la menor de edad lo había buscado para tener un encuentro sexual, pero no logró explicar por qué no informó del incidente a producción, como debió hacerlo si era inocente.
“Gracias al enorme movimiento de mujeres es que yo pude hablar, ese movimiento que hoy está siendo tan denostado, gracias a esas redes pude salir del dolor inmenso de la violencia que sufrí y construír una vida sin ese peso encima. Hoy peso mucho menos, hoy siento que todo el esfuerzo enorme valió la pena”, dijo Fardin en rueda de prensa. Ojalá que este fallo sirva para que los tribunales comprendan en inmenso daño que deja la violencia sexual, y la importancia de creer en la palabra de las valientes denunciantes.