Isabella Rossellini, la icónica actriz de Terciopelo azul, ha sido también conocida por ser la cara de Lancôme. A los 14 años, su contrato con esta empresa la convirtió en la modelo mejor paga de su época. Sin embargo, cuando cumplió 42, en una situación similar a la del personaje de Demi Moore en La Sustancia, el director ejecutivo le terminó su contrato. La razón que le dieron fue que la publicidad está diseñada para soñar y que una mujer en sus cuarentas no representaba el “sueño de ser joven”.
El caso fue tan injusto que se volvió mediático. Rossellini ha narrado en varias entrevistas que ella misma no entendía a...