A propósito de la celebración del 12 de octubre, el grupo español NEOS sacó una publicidad titulada “¿Tú también #EresFacha?”. El video insta a las personas a celebrar el aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a América “sin complejos”, sacando la bandera española y cantando el himno. NEOS se describe a sí mismo como una “alternativa cultural para la regeneración moral y política de España”. Y es este el lema que buscan reivindicar también en su video, en el que juegan con la “reapropiación” del término facha para defender los valores tradicionales y familiares que supuestamente se han perdido en los últimos años. El video desató en nuestro país discusiones por su contenido y difusión, en especial después de que Ana Bejarano, abogada y columnista de Los Danieles, planteara un debate sobre su efectividad.
Desde la comunicación política, me interesa analizar la estructura y narrativa de este tipo de propagandas porque considero, como Bejarano, que es necesario entender cómo y a qué público le llegan. El video publicitario “Soy facha” es un objeto de estudio de comunicación política porque utiliza varias estrategias narrativas que se están volviendo comunes en el discurso discriminador de ultraderecha. Por ejemplo, visualmente elige únicamente personas blancas para representar el ideal de persona “virtuosa” de España. Según NEOS, España no es tierra de latinos, negros ni asiáticos. Solo de blancos, cristianos, con cierto porte y corte de pelo. La cámara, además, enfoca los símbolos patrios, las fiestas tradicionales y los padres de la patria. Sin decirlo, crea una alerta de amenaza: “El que no atienda estas «bondades de mi patria» es hostil y refractario”. En otras palabras, el que no sea blanco, heterosexual, católico, promonarquía, etc., no hace parte esencial de mi España. La España que come jamón para garantizar que no es ni mora ni judía.
Además de lo visual, el video utiliza dos recursos argumentativos engañosos para reiterarles el mensaje a los convencidos y para llegarles a los más desprevenidos. Primero, se apropia y busca reivindicar el término facha de la misma forma que lo han hecho algunas minorías políticas. Pensemos en términos como marica, feminista o bollera que hoy en día son utilizados por personas de estos colectivos como motivo de orgullo. En otras palabras, hay en el video una reapropiación de lo que solía ser un insulto y se reclama como algo satisfactorio. Así, en una perversa artimaña, los de NEOS creen reivindicar la palabra facha, como si los fachas llevaran décadas de ultraje o como si fueran las víctimas de injusticias sistemáticas. Algo que, sobra decir, es claramente falso: los miembros de la ultraderecha española no han sido despojados de sus derechos ciudadanos.
Lo segundo que hace el video es mezclar argumentos que no tienen relación entre sí. Por ejemplo, equipara con un tono jocoso algo banal como la cebolla en la tortilla española con algo violento como la transfobia, la xenofobia y el sexismo. Y lo presenta así, sin matices: “Si te sales del caminito marcado, del pensamiento único, eres un facha”. El “caminito marcado” es el camino liberal que aboga por una sociedad incluyente, diversa y comprometida con la defensa de los derechos humanos. Pero, según el video, los liberales son antifamilia, antibebés, antiabuelos, anticabros, antibanderas, antipolíticos, antitodo lo que hace parte de la “buena” España.
Algunas figuras públicas han reaccionado negativamente a la discusión de esta propaganda con el argumento de no darle visibilidad al odio. Este argumento tiene su razón de ser: sabemos que, incluso al denunciar, damos voz. Seguramente muy pocos sabían qué era NEOS hasta que se dio la discusión del video. Por otro lado, denunciar esta publicidad nos permite mostrar en dónde está el odio en un video que parece un template para portarretrato de los 90. Para muchas personas no es fácil entender por qué esta publicidad es violentísima. Si tenemos estas discusiones solo entre académicos estamos arriesgando perder la ayuda del grueso de la ciudadanía.
A propósito de la celebración del 12 de octubre, el grupo español NEOS sacó una publicidad titulada “¿Tú también #EresFacha?”. El video insta a las personas a celebrar el aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a América “sin complejos”, sacando la bandera española y cantando el himno. NEOS se describe a sí mismo como una “alternativa cultural para la regeneración moral y política de España”. Y es este el lema que buscan reivindicar también en su video, en el que juegan con la “reapropiación” del término facha para defender los valores tradicionales y familiares que supuestamente se han perdido en los últimos años. El video desató en nuestro país discusiones por su contenido y difusión, en especial después de que Ana Bejarano, abogada y columnista de Los Danieles, planteara un debate sobre su efectividad.
Desde la comunicación política, me interesa analizar la estructura y narrativa de este tipo de propagandas porque considero, como Bejarano, que es necesario entender cómo y a qué público le llegan. El video publicitario “Soy facha” es un objeto de estudio de comunicación política porque utiliza varias estrategias narrativas que se están volviendo comunes en el discurso discriminador de ultraderecha. Por ejemplo, visualmente elige únicamente personas blancas para representar el ideal de persona “virtuosa” de España. Según NEOS, España no es tierra de latinos, negros ni asiáticos. Solo de blancos, cristianos, con cierto porte y corte de pelo. La cámara, además, enfoca los símbolos patrios, las fiestas tradicionales y los padres de la patria. Sin decirlo, crea una alerta de amenaza: “El que no atienda estas «bondades de mi patria» es hostil y refractario”. En otras palabras, el que no sea blanco, heterosexual, católico, promonarquía, etc., no hace parte esencial de mi España. La España que come jamón para garantizar que no es ni mora ni judía.
Además de lo visual, el video utiliza dos recursos argumentativos engañosos para reiterarles el mensaje a los convencidos y para llegarles a los más desprevenidos. Primero, se apropia y busca reivindicar el término facha de la misma forma que lo han hecho algunas minorías políticas. Pensemos en términos como marica, feminista o bollera que hoy en día son utilizados por personas de estos colectivos como motivo de orgullo. En otras palabras, hay en el video una reapropiación de lo que solía ser un insulto y se reclama como algo satisfactorio. Así, en una perversa artimaña, los de NEOS creen reivindicar la palabra facha, como si los fachas llevaran décadas de ultraje o como si fueran las víctimas de injusticias sistemáticas. Algo que, sobra decir, es claramente falso: los miembros de la ultraderecha española no han sido despojados de sus derechos ciudadanos.
Lo segundo que hace el video es mezclar argumentos que no tienen relación entre sí. Por ejemplo, equipara con un tono jocoso algo banal como la cebolla en la tortilla española con algo violento como la transfobia, la xenofobia y el sexismo. Y lo presenta así, sin matices: “Si te sales del caminito marcado, del pensamiento único, eres un facha”. El “caminito marcado” es el camino liberal que aboga por una sociedad incluyente, diversa y comprometida con la defensa de los derechos humanos. Pero, según el video, los liberales son antifamilia, antibebés, antiabuelos, anticabros, antibanderas, antipolíticos, antitodo lo que hace parte de la “buena” España.
Algunas figuras públicas han reaccionado negativamente a la discusión de esta propaganda con el argumento de no darle visibilidad al odio. Este argumento tiene su razón de ser: sabemos que, incluso al denunciar, damos voz. Seguramente muy pocos sabían qué era NEOS hasta que se dio la discusión del video. Por otro lado, denunciar esta publicidad nos permite mostrar en dónde está el odio en un video que parece un template para portarretrato de los 90. Para muchas personas no es fácil entender por qué esta publicidad es violentísima. Si tenemos estas discusiones solo entre académicos estamos arriesgando perder la ayuda del grueso de la ciudadanía.