Acaba de publicarse una propuesta de exministros, intelectuales y empresarios para recuperar el empleo que parte de reconocer que “el desempleo afecta más a las mujeres y a los jóvenes”. Es, además, “imperativo adoptar medidas de emergencia para recuperar en el menor tiempo posible esos 2,5 millones de empleos”. En esa propuesta varias cosas son positivas: aunque se reconoce que “el gobierno ha implementado medidas para proteger el mercado laboral, consideran que hay que reforzar esas acciones para responder a la emergencia de empleo que vive un grupo amplio de colombianos para quienes el Ingreso Solidario no es una solución y tampoco verán prontamente un incremento de oportunidades de trabajo”. Además, afirman que se requieren “medidas urgentes para recuperar los puestos de trabajo que se han perdido por la emergencia sanitaria desatada por la pandemia del COVID—19”. Bravo, porque no es la izquierda la que habla allí y por fin tiene eco la petición que Rudy Hommes y otros economistas hicimos al inicio de la pandemia, hace siete meses, para crear Empleos de Emergencia; una que los gremios y el Gobierno desconocieron.
Ahora bien, los puntos específicos incluyen: “pagar el 80 % del salario mínimo, cancelando completamente la salud y el seguro de riesgos profesionales, no se pagarían aportes a pensiones o sólo se haría en función de las horas trabajadas, y se dejarían de pagar los aportes a las cajas de compensación”. Se agrega que “la terminación por justa causa de la relación contractual se haría con una indemnización equivalente a dos días por mes”. Finalmente, señalan que estas propuestas se aplicarían sólo para los empleos generados a partir de septiembre de 2020, hasta que termine la emergencia de la pandemia. Aseguran que estas medidas se traducirían en la generación de un millón de empleos durante un año.
Como lo que se anuncia son solo los sacrificios que tendrían que asumir los trabajadores para vincularse al mercado laboral, tengo la seguridad de que a mis respetados colegas se les olvidó enviar la última página de la propuesta. Esa donde señalan lo que aportarían los empresarios para generar el millón de empleos, porque es inadmisible que el sacrificio sea solo de los trabajadores. En esa página seguramente se especifica cuándo y con qué interés les van a devolver ese 20 % del salario mínimo que los trabajadores están invirtiendo para ayudar a sus compañías, que además se benefician del menor costo laboral. Como según el Gobierno la economía va a crecer el 4 % en el 2021, me imagino que en esa página también se indica qué porcentaje de sus utilidades se les va a entregar por esa inversión. Y como los aportes a cajas de compensación son los que otorgan seguro de desempleo, posiblemente hacia el final del documento se especifica su compromiso de no despedirlos mientras no se les haya reintegrado lo que se les está quitando. Sin embargo, no estoy segura de que mis ilustres colegas hayan entrado en el detalle de que la reducción del salario también implica menores aportes patronales, especialmente a pensión, que también deben ser reembolsados al empleado.
Por simple curiosidad, me gustaría conocer sus respuestas a mis inquietudes. La gran pregunta que les tengo a mis colegas economistas y ministros, que no son abogados, es: ¿cómo van a hacerle el quite a la ley y a la Constitución? Además, ¿cómo van a enfrentar a la OIT cuando esta propuesta se aparta de su principio de trabajo decente? Y tengo otra: ¿cómo van a manejar el espíritu en su empresa y el compromiso de sus empleados cuando a los nuevos les pagan menos que a los viejos por igual trabajo? Una más: como ustedes saben por ser economistas, el salario tiene dos caras, es un costo para la empresa, pero también es demanda. Hoy la economía colombiana está en recesión y vive una evidente crisis precisamente de demanda de esos productos que requieren los sectores a los que ustedes proponen emplear con salarios por debajo del mínimo. ¿Y entonces…?
Finalmente, como su propuesta afirma que con estos aportes se generaría un millón de empleos, asumo que tienen los estudios que lo demuestran, ¿cierto? Como los conozco, los quiero, los respeto y los admiro, la única explicación posible aquí es que se les quedó una página por fuera.
Acaba de publicarse una propuesta de exministros, intelectuales y empresarios para recuperar el empleo que parte de reconocer que “el desempleo afecta más a las mujeres y a los jóvenes”. Es, además, “imperativo adoptar medidas de emergencia para recuperar en el menor tiempo posible esos 2,5 millones de empleos”. En esa propuesta varias cosas son positivas: aunque se reconoce que “el gobierno ha implementado medidas para proteger el mercado laboral, consideran que hay que reforzar esas acciones para responder a la emergencia de empleo que vive un grupo amplio de colombianos para quienes el Ingreso Solidario no es una solución y tampoco verán prontamente un incremento de oportunidades de trabajo”. Además, afirman que se requieren “medidas urgentes para recuperar los puestos de trabajo que se han perdido por la emergencia sanitaria desatada por la pandemia del COVID—19”. Bravo, porque no es la izquierda la que habla allí y por fin tiene eco la petición que Rudy Hommes y otros economistas hicimos al inicio de la pandemia, hace siete meses, para crear Empleos de Emergencia; una que los gremios y el Gobierno desconocieron.
Ahora bien, los puntos específicos incluyen: “pagar el 80 % del salario mínimo, cancelando completamente la salud y el seguro de riesgos profesionales, no se pagarían aportes a pensiones o sólo se haría en función de las horas trabajadas, y se dejarían de pagar los aportes a las cajas de compensación”. Se agrega que “la terminación por justa causa de la relación contractual se haría con una indemnización equivalente a dos días por mes”. Finalmente, señalan que estas propuestas se aplicarían sólo para los empleos generados a partir de septiembre de 2020, hasta que termine la emergencia de la pandemia. Aseguran que estas medidas se traducirían en la generación de un millón de empleos durante un año.
Como lo que se anuncia son solo los sacrificios que tendrían que asumir los trabajadores para vincularse al mercado laboral, tengo la seguridad de que a mis respetados colegas se les olvidó enviar la última página de la propuesta. Esa donde señalan lo que aportarían los empresarios para generar el millón de empleos, porque es inadmisible que el sacrificio sea solo de los trabajadores. En esa página seguramente se especifica cuándo y con qué interés les van a devolver ese 20 % del salario mínimo que los trabajadores están invirtiendo para ayudar a sus compañías, que además se benefician del menor costo laboral. Como según el Gobierno la economía va a crecer el 4 % en el 2021, me imagino que en esa página también se indica qué porcentaje de sus utilidades se les va a entregar por esa inversión. Y como los aportes a cajas de compensación son los que otorgan seguro de desempleo, posiblemente hacia el final del documento se especifica su compromiso de no despedirlos mientras no se les haya reintegrado lo que se les está quitando. Sin embargo, no estoy segura de que mis ilustres colegas hayan entrado en el detalle de que la reducción del salario también implica menores aportes patronales, especialmente a pensión, que también deben ser reembolsados al empleado.
Por simple curiosidad, me gustaría conocer sus respuestas a mis inquietudes. La gran pregunta que les tengo a mis colegas economistas y ministros, que no son abogados, es: ¿cómo van a hacerle el quite a la ley y a la Constitución? Además, ¿cómo van a enfrentar a la OIT cuando esta propuesta se aparta de su principio de trabajo decente? Y tengo otra: ¿cómo van a manejar el espíritu en su empresa y el compromiso de sus empleados cuando a los nuevos les pagan menos que a los viejos por igual trabajo? Una más: como ustedes saben por ser economistas, el salario tiene dos caras, es un costo para la empresa, pero también es demanda. Hoy la economía colombiana está en recesión y vive una evidente crisis precisamente de demanda de esos productos que requieren los sectores a los que ustedes proponen emplear con salarios por debajo del mínimo. ¿Y entonces…?
Finalmente, como su propuesta afirma que con estos aportes se generaría un millón de empleos, asumo que tienen los estudios que lo demuestran, ¿cierto? Como los conozco, los quiero, los respeto y los admiro, la única explicación posible aquí es que se les quedó una página por fuera.