Hablando con la revista Cambio, el candidato Petro contó que hace unos meses, cuando se encontraba en un acto en el Hotel Tequendama con Piedad Córdoba, quien ese día anunciaba su adhesión al Pacto Histórico, se enteró de que en el salón en que estaban él y sus seguidores se encontraban dos extranjeros que habían manifestado su intención de aportarle recursos a su coalición: “Yo voy al acto en el Hotel Tequendama con Piedad ... está lleno el recinto y se dice que ahí estaban los ‘mexicanos’ —que terminan siendo de la DEA—, que tenían dineros en efectivo, y bastante; que me estaban buscando bajo la idea de que iban a hacer un aporte a la campaña. Y ellos creyeron que (yo) iba a recibir (ese) dinero ... Nunca hubo ese contacto ... pero sí pasó con el hermano de Piedad” (ver). Las personas que estuvieron en el Tequendama el 23 de septiembre del 2021 vieron a una pareja de hombres con un maletín negro, merodeando por el salón. No lograron acercarse al candidato pero, si se trataba de los mismos agentes norteamericanos que entramparon al hermano de la senadora, ellos ya estaban en tratos con este hacía varios meses, en Medellín. Ahora Álvaro Córdoba está recluido en La Picota —la misma cárcel a la que terminó yendo, de manera tan torpe como incomprensible, el hermano del propio Petro—, a la espera de ser extraditado a Estados Unidos en donde lo espera un juicio por conspiración para introducir 5 kilogramos de cocaína a ese país, recibir US$15.000 y portar un arma. Según el candidato, aunque desconoce cuál fue la conducta que adoptó el familiar de la senadora, la trampa de la DEA estaba calculada, originalmente, para él: “Eso iba con destino a mí. O sea, lo que buscaban no era al hermano de Piedad. Buscaban a Petro ... y sí hubo el intento”. Y advirtió que de aquí al 29 de mayo habrá otros ataques similares.
¿La DEA mete sus narices en las elecciones?
20 de abril de 2022 - 05:30 a. m.