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La verdadera historia de una trampa

Cecilia Orozco Tascón
06 de noviembre de 2024 - 05:05 a. m.
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“Martínez Neira contaba con ojos fuera y dentro de la JEP”: Cecilia Orozco Tascón
“Martínez Neira contaba con ojos fuera y dentro de la JEP”: Cecilia Orozco Tascón
Foto: Archivo

A pesar de que he seguido el caso publicitado como el “‘entrampamiento’ a Santrich”, que realmente fue una gran conspiración contra la JEP, el Acuerdo de Paz y su legitimidad social, me asombraron los detalles que describe la magistrada Ana Caterina Heyck Puyana, de la Sección de Revisión de esa jurisdicción especial, sobre los desarrollos de ese negro episodio que organizó el exfiscal general de entonces, Néstor Humberto Martínez Neira, con una maldad que solo conciben las mentes retorcidas, según se deduce de ese recuento. El relato de la valerosa jurista se encuentra en el libro digital titulado La JEP vista por sus jueces (versión 2022–2023), un proyecto editorial histórico del que tuve pronta noticia gracias al aviso de un abogado de renombre (ver). En 53 páginas (págs. 461 a 514), la magistrada Heyck –de cuya honestidad intelectual e independencia nadie que sea bien intencionado tiene dudas–, denuncia la trama que urdieron personajes del poder político, judicial y diplomático de Colombia y Estados Unidos con el fin de alterar los compromisos jurídicos del pacto de paz firmados años atrás, para hacer que parecieran una sospechosa forma de protección de los togados de su sección a un guerrillero narcotraficante. En el libreto armado por Martínez Neira, alias ‘Santrich’ resultó ser tan bandido pero, al mismo tiempo, tan idiota, que, a pesar de saber que era vigilado con cámaras instaladas en la casa-albergue que le había dado el propio Gobierno, negociaba coca frente a ellas.

En resumen, los tres miembros de la sala de revisión del Tribunal de Paz (Heyck, Bobadilla y Murillo) quienes aprobaron la “garantía de no extradición” de Santrich contra dos salvamentos de voto, se vieron sometidos al escarnio público desde el 15 de mayo de 2019, día en que se conoció que habían firmado esa orden. Fieles a la ligereza de juicio que nos caracteriza, muy pocos colombianos leyeron entonces sus argumentos de ley: contra las reiteradas peticiones de los tres magistrados a Martínez Neira (19 abril, 16 mayo, 27 junio, 12 septiembre, 23 octubre de 2018), para que este les enviara constancia de fechas y pruebas de que el exjefe de las extintas FARC había delinquido, su fiscalía les sacó el cuerpo de tal manera que los togados no pudieron “evaluar la conducta atribuida a Hernández Solarte [Santrich] ni tampoco determinar la fecha precisa de su realización” (ver), razón legal por la cual no podían darle curso a la extradición del exguerrillero so pena de incumplir el reglamento de su propia jurisdicción y caer en irregularidades.

Martínez Neira, el todopoderoso de la época que se dio el lujo de complotar hasta contra el presidente de la República (Santos) que lo nombró ministro e hizo posible su elección en la Fiscalía General, contaba con ojos fuera y dentro de la JEP. Cuenta la magistrada Heyck cómo días antes de que terminara el debate interno de la sección recibió una llamada intimidatoria de un individuo cercano al fiscal que la amenazó con que le iban a retirar la visa norteamericana si firmaba. No fue la única presión. Hubo otras que incluyeron tratos internos indignantes. Pero, contra todo pronóstico, el influyente Martínez Neira perdió el pulso e incumplió la promesa que seguramente les había hecho a la DEA y a la embajada de Estados Unidos de entregarles un trofeo narco-izquierdista. De inmediato, renunció “irrevocablemente” a su cargo en medio de una gran comparsa (ver). Histriónico como es, el exfiscal anunció que se iba porque “mi conciencia y mi devoción por el Estado de derecho me impiden (aceptar la determinación de no extraditar a Santrich). Eso sí, Martínez se cuidó de explicar por qué se negó a proporcionarle a la JEP los elementos judiciales para viabilizar, constitucionalmente, la entrega del exguerrillero a Estados Unidos. La Corte Suprema le aceptó la renuncia rápidamente.

En el guión del exfiscal tuvieron roles principales agentes de la DEA sin autorización para actuar como “provocadores” de delitos en Colombia; oficiales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, vinculados por matrimonio y afinidad política con las derechas del país; algunos de sus subalternos, congresistas y políticos de su misma orilla. Y, sorpréndanse, dignatarios de la misma JEP, asustados con el poder del fiscal o aliados con él, quienes decidieron callar e impedir la denuncia penal a Martínez por obstaculizar la justicia. De manera maquiavélica, contrataron para representar a la jurisdicción especial a dos abogados, Camilo Sampedro y Gerardo Barbosa (hoy magistrado de la Corte Suprema, ver para creer), ¡que actuaron como defensores de su contraparte, el fiscal, mientras recibían pago de la JEP! Así lo narra la magistrada Heyck, quien ha sufrido discriminación, silenciamiento y trampas en su sitio de trabajo. Si esta es la JEP encargada de satisfacer el derecho a la verdad y la justicia de Colombia… ¡estamos fregados!

Entre paréntesis: Vivo como es, Néstor Humberto Martínez nunca habló de la espada de Damocles que pendía sobre él cuando renunció intempestivamente a la Fiscalía: al día siguiente de su dramático retiro, la Sala Plena de la Corte Suprema se reuniría para resolver si, además del fiscal ad hoc Leonardo Espinosa, nombrado para investigar un proceso Odebrecht debido a los impedimentos de Martínez, elegirían a otro fiscal ad hoc para los demás procesos que cursaban en el ente investigador por ese caso de corrupción. Si la decisión de la corte hubiera sido contra el fiscal general, imagínense el golpe moral y el daño de reputación que habría sufrido el vanidoso personaje. Pero, vivo como es, Martínez Neira se fue antes de la votación. Vivo, sí.

 

NAVY(47439)10 de noviembre de 2024 - 02:43 p. m.
Dra Cecilia Orozco, en lugar de estarle lavando la cara a un sociopata como Santrich y ventilando su inquina contra Martinez Neira, se le olvido que un dia como hoy 6 de noviembre de 1985 el grupo guerrillero M19 se tomo el palacio de justicia e hizo inmolar a verdaderos prohombre heroes de la patria; su sesgo ideologico la hace olvidar que este grupo robinhudesco, del cual no se ha desmovilizado el mesias de la casa de nariño, no fueron unas monjitas de la caridad; hay material para que escriba
  • Jaime(60625)13 de noviembre de 2024 - 03:36 a. m.
    pase la página. Despierta o al menos inténtalo. o seguirás rumiando en el siglo XX de la gan democracia plagada de paladines de la justicia, el amor al progimo y la perrorata de idiotas que nos manipularon (decir gobernaron es una falacia). Estamos en el siglo XXI. Depende de vos seguir durmiendo en las pesadillas de otros.
  • Bertha(75506)12 de noviembre de 2024 - 10:03 p. m.
    Navy. Concentradit@. Comprensión de lectura. No están lavándose la cara a nadie. Esta comentando un libro de un juez de la Jep, que conoce de primera nano la situación que involucra al fiscal presunto responsable de la muerte de los señores Pizano
  • olga(dxlq1)12 de noviembre de 2024 - 08:47 p. m.
    No está lavándole la cara a Santrich, está explicando cómo se hizo un montaje para que el proceso de paz fuera mal visto por los colombianos. Y por lo visto usted sigue cayendo en la trampa. Los colombianos juzgamos con muy pocos elementos de análisis y nos enterramos el cuchillo.
  • Norcy(nb3jh)11 de noviembre de 2024 - 03:42 p. m.
    Eso es otro cuento. Céntrese en lo del exfiscal Martinez. Contar como sucedieron los hechos no es lavarle la cara a otro
Alvaro(08707)08 de noviembre de 2024 - 05:45 p. m.
Vergüenza, honor, dignidad, sentido ético y moral, son conceptos extraños a la personalidad del señor Martínez Neira.
Álamo(88990)07 de noviembre de 2024 - 09:45 p. m.
¡Cabal y ubérrima trampa a la justicia! Gracias por su denodada firmeza, Sra. Orozco. No se necesitan muchas explicaciones para entender la conducta de este amigote del finado Pizano (Q.E.P.D.).
Julio(69508)07 de noviembre de 2024 - 09:16 p. m.
Esta valerosa, centrada, fundamentada y jurìdica posiciòn de la jurista Ana Caterina Heyck Puyana y la de sus colegas , los juristas Bobadilla y Murillo de la sala de revisiòn de la JEP, me permiten ratificar mi criterio expuesto en los generosos espacios de este medio, formulado en el sentido de que la mejor conformaciòn, por un estricto y riguroso concurso de mèrtios, ha sido la conformaciòn de la JEP.Martinez Neira no merece ni mencionarse.
Lucila(60806)07 de noviembre de 2024 - 08:53 p. m.
Las cortes son otro nido de corrupciôn,salvo pocos casos,pero estos no actûan por miedo a los riesgos que correno temor de perder sus cargos,casi que igual,pero carentes de valor;honestidad y rectitud.Todos son iguales,a la hora de la verdad.
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