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Así como el presidente de la República no maneja, plenamente, el Ejecutivo y todas sus dependencias, la cabeza de la Fiscalía tampoco domina el curso de muchas decisiones en esa entidad. Presidente y fiscal general fueron elegidos por las mayorías y, por eso, obtuvieron el gobierno, pero no el poder. La explicación es simple: los antecesores de Gustavo Petro y de Luz Adriana Camargo eran sus antagónicos y son incompatibles en ideología política, en el caso del primero; y frente a la concepción de la Justicia, en el caso de la segunda. (No sucede lo mismo en la Procuraduría y la Contraloría porque los sucesores Eljach y Rodríguez Becerra son almas gemelas, en mañas apestosas, de la saliente Cabello y del bien ido Córdoba. En estos dos organismos todo fluirá, nada cambiará). Apenas ahora, dos años después, la administración Petro se da cuenta de que sus mandos medios, indetectables pero con margen de acción, no le responden a ella sino a sus jefes anteriores, los del periodo Duque. Entre tanto, en la fiscalía Camargo, el fantasma de la dupla Barbosa-Mancera (B&M) flota, maléfico, en los despachos judiciales y administrativos desde donde se le da continuidad al cuatrienio fenecido y se obstruyen las directrices de la nueva titular.
No es difícil probar que el plan B&M se ejecuta en la actualidad. Antes de entregarle, simbólicamente, la dirección a Luz Adriana Camargo, Mancera repartió sus fichas de manera que el núcleo duro de Barbosa, y peones menos visibles, se mantuvieran en la estructura del poder: la propia Mancera, en lugar de retirarse por decoro, maniobró durante estos ocho meses con el fin de devengar salarios que no trabajó, pues unas veces pidió vacaciones y otras envió incapacidades médicas hasta cuando, por fin, renunció. Pero antes, nombró al inepto Gabriel Jaimes, recordado por su penosa y prevaricadora actuación en el proceso contra Uribe Vélez, fiscal delegado en la Dirección de Justicia Transicional; a la subalterna de su confianza Luisa Obando, fiscal delegada en la Unidad Especial de Investigación; y a la abusadora de prensa Paola Tovar, profesional experta en la Dirección del CTI Cundinamarca. La fiscal general es Camargo. Sin embargo, la fiscalía o buena parte de esta, continúa en manos de los conspiradores B&M.
En este contexto oscuro, surge hoy una historieta que ignora hechos comprobables. El brazo mediático de los señores Barbosa-Mancera, es decir la revista Semana, cuya dirección cambió de dientes para afuera, les prestó sus espacios una vez más. En esta ocasión, con el objeto de que un individuo de conducta opaca aparentara ser víctima de persecución de la nueva administración. Se trata del investigador Víctor Forero, quien, casualmente, mantenía una relación muy cercana con la señora Obando, según se ha publicado en profusas informaciones que no han sido desmentidas. A Forero se le notificó que su contrato concluyó. La razón es clara: una abogada que obtuvo altas calificaciones en un concurso de méritos realizado en 2022 (en tiempos de B&M) es la adjudicataria legal del puesto que le habían concedido a Forero, graciosamente, en provisionalidad. Semana aceptó, sin interés por contrapreguntar, la versión del “perseguido” Forero. Según este, lo retiran de la Fiscalía por haber investigado a Nicolás Petro. Pero su hipótesis se cae con una mínima verificación de hechos y fechas: fuera del concurso de obligatorio cumplimiento, el 21 de abril de 2021 –en plena era del “fiscal más preparado de la historia” y mucho antes de que se supiera quién ganaría las elecciones presidenciales, ni quién iba a reemplazar a Barbosa en 2024–, una grabación de audio con la inconfundible voz de Forero fue entregada, con todas la formalidades judiciales a la propia fiscalía, en el marco de un proceso contra bandas de contrabandistas y narcotraficantes de Buenaventura. Agentes del CTI asignados a esa misión especial, le aportaron ese abril del 21 la voz de Forero al fiscal 51 de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico, Jaime Hernán Ocampo, cuando él les exige eliminar, de sus informes, las sospechas que incriminaban a un funcionario de la propia fiscalía en ese puerto marítimo. Esos agentes también entregaron sus resultados a Mancera en el mismo proceso en que el principal involucrado resultó ser el director del CTI en Buenaventura, Francisco Javier Martínez, apodado ‘Pacho’, por su primer nombre y ‘Pacho malo’ por sus actos deleznables.
Pues bien, Víctor Forero, la “víctima” de la presunta persecución de la fiscal Camargo, la blanca paloma entrevistada por Semana, fue pillado prevaricando y pidiendo a otros incurrir en el mismo tipo delictivo. Varios periodistas, entre ellos, Daniel Coronell y Édinson Bolaños, director de la revista Raya, publicaron, a finales del año pasado y a comienzos de este, apartes de ese audio y otras piezas con la petición espuria (ver Cambio y Raya). Repito: la grabación en que se escucha a Forero pedir que se tergiversen evidencias judiciales fue aportada a la fiscalía en abril de 2021. Forero se disfraza de perseguido y afirma que lo sacan por investigar a Nicolás Petro, pero el proceso contra el hijo del presidente se inició en marzo del año de 2023, dos años después de la prueba en contra del amigo de Barbosa, Mancera y Obando. El refrán popular dice que primero cae un mentiroso que un cojo. Víctor Forero, el ocupante provisional de un cargo en la fiscalía Barbosa por sus graciosas relaciones, no es víctima de nadie. Es mandadero de victimarios.