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Un individuo cuyo nombre no le dice nada a nadie, salvo a unos cuantos periodistas, parece tener tanto poder judicial y político en Colombia, que puede ir por la vida transgrediendo la ley, como se sospecha de él, sin que haya castigo social o penal que lo alcance. Se llama John Horacio Rueda Polanía, el mismo que sonríe mientras posa al lado del aspirante a jefe de Estado Alejandro Char, en una imagen que fue tomada recientemente, según consta en la gorra con la frase “Álex Char, presidente”, que porta la única mujer del grupo fotografiado.
Es raro que Rueda Polanía goce de plena actividad pública tanto en Barranquilla como en Bucaramanga y Cúcuta en donde mueve a sus anchas los florecientes negocios de comercio que posee, a pesar de que ha sido capturado varias veces por indicios que lo vinculan con gruesas operaciones de lavado de dinero proveniente del narcotráfico y de otras actividades ilegales. Sin embargo, cuando lo detienen, algo pasa, queda libre y sus procesos se paralizan.
Rueda Polanía también ha sido mencionado en un oscuro episodio de venta de dólares a la esposa de otro candidato presidencial: Rodolfo Hernández. Aunque era obvio que el dinero que fue girado a la señora Socorro Oliveros de Hernández, en 2016, provenía de una cuenta misteriosa en un banco que garantiza el ocultamiento de sus orígenes, la Fiscalía ha ignorado las pruebas contundentes que la obligarían, en un país de leyes serias, a investigar y acusar a los responsables ante un juez penal. Paréntesis: 2016 fue el primer año de Rodolfo Hernández en la Alcaldía de Bucaramanga. Entonces, el mandatario local se entretenía organizando una licitación para entregar el manejo de las basuras de la ciudad a un consorcio privado por 30 años, mediante un contrato de valor superior a US$250 millones. No obstante, cuando ya estaba listo para adjudicarlo, el negocio se frustró por revelaciones según las cuales el alcalde y su hijo Luis Carlos habían manipulado, de manera dolosa, las condiciones de la licitación.
Volvamos a la historia que involucra al sospechoso lavador John Rueda con la señora Hernández: esta recibió en su cuenta del Bank of America de la Florida, el 12 de julio de 2016, US$50.000 de la firma Marcopolo Intertrading LTD que tiene, a su vez, cuenta en el SAIBANK, de Curazao. El SAIBANK fue mencionado en operaciones de funcionarios públicos de Latinoamérica en casos de corrupción, por ejemplo, el de Odebrecht. Y, como se sabe, Curazao es un paraíso fiscal muy atractivo porque no cobra impuestos corporativos y porque garantiza el bloqueo de información que sirve a evasores y responsables de ilícitos. Socorro Oliveros Hernández —como es identificada en el Bank of America— engordó su cuenta de Estados Unidos al día siguiente, 13 de julio de 2016, con otros US$50.000 que le giró Marcopolo Intertrading LTD desde el mismo SAIBANK, de Curazao.
Unos días después, el 21 de julio, la esposa del candidato presidencial Hernández recibió notificación del ingreso de US$100.000. Por esas mismas fechas, Luis Carlos, el hijo de Rodolfo, y un intermediario se cruzaron mensajes de celular en que el primero le pedía al segundo conseguir, con urgencia, dinero estadounidense en el mercado extrabancario colombiano. En uno de ellos, de fecha 14 de julio de 2016, es decir, unas horas después de los giros de Curazao a la señora Oliveros, el intermediario le escribió a Hernández hijo: “A mediodía necesitamos un pantallazo que está pidiendo John Rueda el de los 50.000 usd”. Cuatro días más tarde, el 18 de ese mes y año, se lee otro mensaje con destino a Hernández Oliveros: “Me está llamando john que a donde manda por los pesos”. Luis Carlos Hernández contesta: “Mano no han abierto la oficina. Las oficinas abren a las 8”. El mensaje fue escrito a las 7:48 de la mañana. Los giros, las fechas de estos, los mensajes de celular y el nombre “John Rueda” o “john” coinciden con los movimientos bancarios de la señora Socorro quien, de acuerdo con otros datos escritos en los móviles, tenía interés en comprar un apartamento en Miami. John Rueda fue capturado en 2006 bajo la sindicación de lavar dólares provenientes del narcotráfico; fue deportado por Venezuela, en 2010, con otro colombiano de la banda de los Mellizos. El presidente Álvaro Uribe lo mencionó en alocución pública, con sus nombres y apellidos (ver). Y en el año 2020, nuevamente cayó en manos de agentes judiciales, sindicado de hacer parte de un grupo de ganaderos que blanqueaban dólares (ver). Pero John Rueda no solo sigue libre: se da el lujo de negociar con la esposa de un candidato presidencial y de tomarse fotografías con otro.