Publicidad

Independencias poéticas

Luis Fernando Charry
29 de junio de 2024 - 05:05 a. m.

Los movimientos literarios europeos y sus respectivas vanguardias fomentaron el estallido de la modernidad en la poesía en español: sin ese influjo, los poetas latinoamericanos de finales del siglo XIX o los poetas españoles de la Generación del 98 no habrían llegado hasta donde llegaron. Esto no quiere decir que los latinoamericanos sean “deudores” de los españoles (algún experto en geografía dirá sin consultar un mapa: los españoles “son” europeos), ni tampoco quiere decir, como dicen algunos críticos, que los latinoamericanos se hayan en realidad “independizado”.

Ángel Rama, al referirse a Rubén Darío y a los modernistas, apunta: “Al liberar a la poesía hispánica de los rezagos románticos y de las servidumbres naturalistas, conquista algo imprevisible que ya se habían propuesto vanamente los románticos, y que es sin duda algo trascendental para la cultura del continente: la primera independencia poética de América que por él y los modernistas alcanza mayoría de edad respecto a la península madre, invirtiendo el signo colonial que regía la poesía hispanoamericana”.

Es extraño el verbo “liberar” en la arenga independentista de Rama, en especial cuando alude a “rezagos románticos”. ¿O no fue acaso el propio Darío el que se encargó de zanjar el asunto en los últimos cuartetos de “La canción de los pinos”?: “Románticos somos… ¿Quién que Es, no es romántico? / Aquel que no sienta ni amor ni dolor, / aquel que no sepa de beso y de cántico, / que se ahorque de un pino: será lo mejor… Yo no. Yo persisto. Pretéritas normas / confirman mi anhelo, mi ser, mi existir. / ¡Yo soy el amante de ensueños y formas / que viene de lejos y va al porvenir!”. También es extraño el verbo “liberar” por el peso histórico de la poesía española; al fin y al cabo, entre las principales “influencias” de los modernistas latinoamericanos sobresalen en primer lugar los grandes nombres de la poesía española del Siglo de Oro. Al respecto, el propio Rama reconoce: “(…) si acaso puede reivindicar repentinos, parciales maestros, en la América colonial, es dentro de la línea que Darío revaloriza antes que ningún otro en la cultura hispánica: la del barroco, con la cual su arte tiene puntos de contacto estrechos, y dentro de la cual elige los cuatro maestros que prefiere de las letras peninsulares: Gracián, Teresa, Góngora, Quevedo”.

Los modernistas latinoamericanos no se “independizaron “; más bien “se impusieron” a sus contemporáneos españoles, muchos de los cuales reconocieron —Azorín, por ejemplo— la superioridad de la obra de sus colegas del otro lado del Atlántico. De ahí que la obra poética de Azorín, Unamuno o Valle Inclán no tenga la “dimensión” de la obra poética de Martí, Darío o Silva.

Esta disputa imaginaria se podría zanjar con un comentario de José Manuel Blecua, especialista en el Siglo de Oro. Según Blecua, hay tres fechas decisivas en la historia de la poesía en lengua española: 1526 (año en que Boscán conoce a Garcilaso), 1613 (año de publicación de las Soledades de Góngora) y 1888 (año de publicación de Azul de Rubén Darío). ¿Aún podemos seguir hablando de “independencias poéticas”?

Luis Fernando Charry

Por Luis Fernando Charry

Escritor, periodista y editor

Temas recomendados:

 

Gvbnllnh. Bvc. Nm. N jn(98086)30 de junio de 2024 - 04:55 a. m.
Y este tipo tanto que ayudó al petro para que se robara las elecciones y ahora se pone hablar de poesía.
Gines de Pasamonte(86371)29 de junio de 2024 - 01:16 p. m.
Existe un “hilo invisible” que une la poética del viejo mundo, concretamente España, con la nuestra. Algunos poetas alcanzan mayoría de edad, al margen del influjo español, tal el caso de Leon de Greiff, heredero tanto del romanticismo como de los poetas del fin de siglo franceses, imita con inigualable arte a Dario: ver soneto: “En la última página de El romancero del Cid”, en donde es evidente la voluntad arcaizante e imitativa del bardo de marras.
  • Gines de Pasamonte(86371)29 de junio de 2024 - 01:17 p. m.
    Además, se nota el influjo medieval en su poesía con sintaxis y léxico, propios de los textos medievales, ejemplo: el uso arcaizante del demostrativo “aqueste”; y otras voces como “facen” por hacen y “agora”, por ahora; e introduce elementos ya desaparecidos del vocabulario moderno como “pénnola” para referirse a la pluma.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar