Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En lo que va corrido del año, en la Defensoría del Pueblo hemos registrado 282 casos de reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes (NNA) por parte de grupos armados ilegales en Colombia. De ellos, 10 eran niños y 10 niñas menores de 12 años. Una niña indígena de tan solo 5 años fue reclutada…
Debido al subregistro, en realidad no conocemos la dimensión del problema. El 65 % de los registros corresponde a niños y el 35 % a niñas; y el 50 % son indígenas. Los departamentos más afectados son Cauca, ¡en donde nos reportaron 202 casos! Le siguen Valle, Putumayo, Arauca, Nariño, Vaupés y Antioquia. Hoy en día reclutan y usan NNA las disidencias de las FARC, el ELN y las llamadas AGC.
El reclutamiento y uso de menores de 18 años en actividades bélicas es un crimen de guerra, como lo confirma el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño sobre el tema y nuestra legislación nacional. La Corte Penal Internacional ha proferido condenas y adelanta procesos por este crimen, así como lo hace la JEP en el caso 07. La Comisión de la Verdad encontró que desde 1990 hasta 2017 se registraron alrededor de 16.238 casos.
Esto no es un juego. ¿Hasta cuándo lo tendremos que soportar?
Los grupos armados ilegales en Colombia se insertan en la cotidianidad de las comunidades y adoctrinan a NNA, les prometen pagos mensuales para “ayudar” a sus familias; les ofrecen celulares, motos; los engañan para apartarlos de sus círculos cercanos, los manipulan y persuaden a través de las redes sociales; los enganchan para usarlos como informantes ofreciéndoles pequeñas propinas que para ellos son cuantiosas.
Muchos de los responsables hoy del reclutamiento en Colombia y en el mundo, fueron reclutados siendo niños. La desigualdad social y territorial de nuestro país, la pobreza y la pobreza extrema hacen fácil que la oferta de bienes y dinero sea suficiente, la discriminación étnica, la deserción escolar, la violencia intrafamiliar, el agobio por la falta de entornos amorosos propician estos hechos, así como la amenaza de los grupos armados que no dan opción para decir que no.
¿Qué hacer? Enfatizo cuatro puntos.
Primero, el Gobierno nacional debe liderar efectivamente el cumplimiento de las recomendaciones de las alertas tempranas que emite la Defensoría del Pueblo: 22 de las 24 alertas de este año advirtieron riesgos relacionados con reclutamiento y uso de NNA.
Segundo, se debe asegurar que las rutas inmediatas de respuesta territorial y de extracción y acogida de los NNA liberadas operen efectivamente, y que estas sean concertadas con las autoridades étnicas, de ser el caso.
Tercero, es positivo el anuncio de la Fiscalía de aplicar el mecanismo de búsqueda urgente en estos casos, pues los grupos armados amenazan y matan a quienes intervienen para impedir el reclutamiento o para rescatar a NNA.
Cuarto (y primero), los comandantes de los grupos armados están obligados a suspender de inmediato y definitivamente esta práctica y liberar a todos los NNA que están siendo usados o fueron reclutados. No hay reclutamiento voluntario. No hay razón que justifique que un niño, niña o adolescente esté involucrado en la guerra.
Las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho a un buen futuro, a sentirse acogidos por el Estado y por toda la sociedad, lejos de las hostilidades, del miedo. Debemos darles hoy la confianza de que podrán construir, en paz, una vida digna y realizar sus sueños.
* Defensora del Pueblo