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La grandeza de la derrota

Columnista invitada: Manuela Lopera
09 de noviembre de 2024 - 06:00 p. m.
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A partir de las elecciones en Estados Unidos, me pregunto sobre la idea del éxito, lo que significa esta victoria y se me vienen, rotundas, las palabras de Pasolini: “Ante este mundo de ganadores vulgares y deshonestos, de prevaricadores falsos y oportunistas, de gente importante, que ocupa el poder, que escamotea el presente, ni qué decir el futuro, de todos los neuróticos del éxito, del figurar, del llegar a ser. Ante esta antropología del ganador de lejos prefiero al que pierde”. Un triunfo que es un parteaguas de la época. Se habla de crisis, de fenómenos inflacionarios, pero son dos los factores que crearon la tormenta perfecta: el machismo y el racismo.

El voto masculino —hombres blancos y latinos— le aseguró la victoria al líder republicano, según datos de CNN. Un hecho que desnuda una verdad dolorosa: las conquistas sociales —fruto del esfuerzo colectivo de décadas—, pueden perderse. Un análisis de esta semana en The New York Times se pregunta si alguna vez una mujer se convertirá en presidenta y si podrá romper —al fin— el techo de cristal. ¿Qué significa que una sociedad elija, en segundo mandato, a un candidato convicto —acusado de violencia sexual y conspiración contra la democracia—, por encima de una mujer —que ha dedicado su vida a defender la ley—, por primera vez en su historia? ¿Qué traduce que Hillary Clinton —en 2016— y Kamala Harris —ahora— no hayan conseguido derrotarlo?

Significa que la misoginia es real y que es combustible para que hoy las mujeres estén a punto de perder por completo la autonomía sobre sus cuerpos si esta persecución no se detiene. La escritora Siri Hustvedt acaba de declarar: “Ha tildado a las mujeres de cerdas, gordas y animales asquerosos. Insultos dirigidos a aquellas que ocupan cargos de poder genuino. La misoginia es una vieja enfermedad: la bruja y el chivo expiatorio. Harris pudo haber ganado, pero la misoginia implícita y explícita está peligrosamente diseminada. Ahora lo sabemos: el odio ganó”.

Por eso, hoy es necesaria una organización colectiva que pueda hacer frente a la retórica depredadora —de talante antiintelectual y antipolítico—, contra los derechos humanos, y el medio ambiente que se esparce descontrolada por redes sociales. Ahora son urgentes redes comunitarias de amor y solidaridad que resistan la plutocracia y la codicia sin límites de estos señores (Bezos y Musk) para los que Trump gobernará, y que planean seguir profundizando las desigualdades y la pobreza. La ensayista Rebecca Solnit dice que lo menos relevante ahora es preguntarse por lo que falló en la campaña demócrata. “El trabajo no es ganar, no es lo primero. Es reconstruirse para ponerse en condiciones de volver a ganar. No es un buen momento para hablar de esperanza, pero es un gran día para elegir no rendirse”.

Por estos días, algunos analistas han pensado en Margaret Mead, la antropóloga norteamericana que expuso que el primer signo de civilización de la especie humana estaba en realidad en un fémur que se fracturó y sanó. El hallazgo de un hueso había permitido inferir que, en la antigüedad, alguien más había cuidado de esa persona para que pudiera sanar.

Estos son, también, momentos para recordar que la comunidad sostiene y hace posible la vida. Vuelvo a las palabras del cineasta: “Pienso que es necesario educar a las nuevas generaciones en el valor de la derrota, en la humanidad que de ella emerge. En construir una identidad capaz de advertir una comunidad de destino, en la que se pueda fracasar y volver a empezar sin que el valor y la dignidad se vean afectados”.

Luego de victorias así, se dignifica la derrota: se rechaza con más fuerza la crueldad, la estupidez y la mentira. Como tantas veces en el pasado, las mujeres se paran y resisten. Como declaró la vicepresidenta ante una comunidad estudiantil: “Nunca escuchen a nadie que les diga que algo es imposible porque nunca antes se ha hecho”. Algo me dice que esta historia —por supuesto, con sus singularidades históricas—, ya nos la habían contado antes.

Por Manuela Lopera

 

Ángel Guardián(62526)10 de noviembre de 2024 - 01:57 p. m.
Ojo a uno de mis cuentos: Una caja llena de pan con 50 ratas hambrientas. Después que se acaba el pan, aquellas se tragan y prevalecen las más fuertes PERO después mueren PORQUE no hay nada para comer. Tal cual la sociedad humana y AQUELLO fue lo que sucedió en las elecciones en USA: nerviosismo ante un futuro incierto… ing en Dubai
Concha(99107)10 de noviembre de 2024 - 01:09 p. m.
Por favor ojo con la ortografía, las personas que participan en los comentarios, es difícil leer el español sin tildes, sin puntuación, que vergüenza de comentarios
DIEGO(25270)10 de noviembre de 2024 - 12:56 p. m.
Joe Biden se demoró muchisimo en entregar el pendón de los democratas a Kamala, y ella se cuido de no criticar a su jefe perdiendo la oportunidad de mostrar que habian muchas cosas por mejorar. A los gringos lo que mas le preocupa es la economia, nada del medio ambiente, o derechos civiles, mientrar el dolar fluya, la bolsa de Nueva York marque historicos, la inflación y el desempleo esten controlados, todo lo demás sera un segundo plano como el tema de la inmigración.
  • Ángel Guardián(62526)10 de noviembre de 2024 - 01:59 p. m.
    Es cierto lo que expones, profe: Ahora imagínate cómo será esa inquietud por el yuan donde hay 1500 millones de personas…? Buddy: los recursos escasean y las ratas YA comienzan a tragarse… ing en Dubai
Mario(196)10 de noviembre de 2024 - 01:34 a. m.
Ganar por un margen tan amplio sugiere que los votantes buscaban un cambio, y en este caso el cambio fue el que gano.
luis(46988)09 de noviembre de 2024 - 11:08 p. m.
Alguien dijo :el pueblo no sabe de economía ,solo sabe que el dinero que gana ,no le alcanza para comprar lo necesario como antes lo hacía , en USA , rara vez subían los artículos de primera necesidad, los arriendos se mantenían sin variar por años y kamala pagó los platos rotos de la pandemia , pues en el gobierno de Trump hubo prosperidad , mucho empleo y poca variación en la canasta familiar .Es como el dinero del mafioso , no importa que provenga de un asesino inescrupoloso .
  • Culebro59(18501)10 de noviembre de 2024 - 03:02 p. m.
    Pero esa prosperidad fue el fruto de los gobiernos de Obama.
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