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                                                                                                                                El poder revelador de los eclipses

                                                                                                                                Por Kenneth Chang

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Él sabía que en un punto al noroeste de Turquía un eclipse había cubierto por completo al Sol, pero en Alejandría, a unos 950 kilómetros, solo lo había cubierto en cuatro quintas partes. Con ese pequeño dato, calculó la distancia entre la Tierra y la Luna con un margen de error del 20 %.

                                                                                                                                Hiparco fue uno de los primeros eruditos que aprovechó los eclipses para realizar estudios científicos. En siglos más recientes, los investigadores han utilizado estos sucesos como oportunidades para estudiar el sistema solar, en especial el Sol.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La invención del espectroscopio, a mediados del siglo XIX, generó nuevos descubrimientos solares. Un prisma de cristal refracta la luz y la descompone en un arcoíris de colores emitidos por átomos y moléculas específicos: en cierta forma, una especie de códigos de barras que identifican los elementos que producen la luz.

                                                                                                                                En 1868, el científico francés Pierre Janssen viajó a la India para presenciar un eclipse a través de un espectroscopio y concluyó que las protuberancias solares estaban compuestas, en su mayoría, de gas de hidrógeno caliente.

                                                                                                                                Pero una brillante línea amarilla que se observaba a través del espectroscopio y que, en un principio se creyó que era un identificador de sodio, no correspondía con la longitud de onda del sodio.

                                                                                                                                Fue así como se descubrió el helio, el segundo elemento más común en el universo. Aunque en la Tierra no se encontró sino hasta 13 años más tarde.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Las líneas de color que se perciben en un espectrómetro también pueden utilizarse para medir la temperatura. La superficie solar tiene una temperatura aproximada de 5.600 grados Celsius.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los eclipses han enseñado bastante sobre el funcionamiento del sistema solar, pero estos sucesos también han echado por tierra algunas ideas asentadas con firmeza.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Varios observadores reportaron haber visto un pequeño punto cruzar frente al Sol y gran parte de ellos estaban convencidos. “Vulcano existe y ya no es posible negar o ignorar su existencia”, publicó The New York Times en septiembre de 1876.

                                                                                                                                Durante la oscuridad del eclipse solar que sucedió un par de años más tarde, dos astrónomos —uno ubicado en Wyoming y el otro en Colorado— aseguraron, cada uno por su cuenta, haber visto planetas dentro de la órbita de Mercurio.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Las ideas de Einstein sentaron las bases para el experimento del eclipse de 1919, el más famoso de todos los tiempos. Durante este suceso, sir Arthur Eddington observó la curvatura de la luz estelar alrededor del Sol. Los descubrimientos confirmaron las premisas de la teoría.

                                                                                                                                Los eclipses solares no solo se han utilizado para deducir qué es lo que sucede en el sistema solar, sino también para estudiar la Tierra.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los registros históricos chinos han proporcionado algunas pistas necesarias para determinar cuánto se ha lentificado. En el siglo IV a.C., el filósofo chino Mozi, en su descripción de una batalla épica que había ocurrido 1500 años atrás, escribió que “el Sol salía de noche”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El eclipse, que tuvo lugar cerca del atardecer, describía un breve paso hacia la noche para luego volver a ver la salida del Sol y, así, presenciar un amanecer nocturno.

                                                                                                                                Se sabía tanto el día como el lugar de la batalla. Simuladores en computadora determinaron la lentificación de la velocidad de rotación de la Tierra que era necesaria para hacer que la sombra del eclipse ocurrido aquel día pasara sobre el campo de batalla.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los eclipses también ayudan a poner a prueba modelos climatológicos. “Por lo general no estamos en la posición de apagar un interruptor y ver lo que sucede con la sencillez de los procedimientos de causa y efecto”, señaló Giles Harrison, profesor de Física Atmosférica en la University of Reading en Inglaterra.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Cuando el Sol desaparece, la temperatura desciende y los vientos se calman. Con base en información recopilada por una estación meteorológica del eclipse de 1900 que cruzó Norteamérica, el meteorólogo H. H. Clayton se dio cuenta de que, al parecer, los vientos también cambiaban de dirección.

                                                                                                                                Durante un eclipse en 2015 en Inglaterra, Harrison y un colega analizaron la información de la estación meteorológica y reunieron observaciones de varios miles de científicos ciudadanos. Descubrieron que la dirección del viento cambiaba entre 20 y 30 grados, dado que el aire caliente había dejado de elevarse desde el suelo.

                                                                                                                                “Ese hecho confirma ampliamente el pensamiento de Clayton, ideas de hace más de 100 años”, apuntó Harrison.

                                                                                                                                2017 New York Times News Service.

                                                                                                                                Por Kenneth Chang

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Él sabía que en un punto al noroeste de Turquía un eclipse había cubierto por completo al Sol, pero en Alejandría, a unos 950 kilómetros, solo lo había cubierto en cuatro quintas partes. Con ese pequeño dato, calculó la distancia entre la Tierra y la Luna con un margen de error del 20 %.

                                                                                                                                Hiparco fue uno de los primeros eruditos que aprovechó los eclipses para realizar estudios científicos. En siglos más recientes, los investigadores han utilizado estos sucesos como oportunidades para estudiar el sistema solar, en especial el Sol.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                La invención del espectroscopio, a mediados del siglo XIX, generó nuevos descubrimientos solares. Un prisma de cristal refracta la luz y la descompone en un arcoíris de colores emitidos por átomos y moléculas específicos: en cierta forma, una especie de códigos de barras que identifican los elementos que producen la luz.

                                                                                                                                En 1868, el científico francés Pierre Janssen viajó a la India para presenciar un eclipse a través de un espectroscopio y concluyó que las protuberancias solares estaban compuestas, en su mayoría, de gas de hidrógeno caliente.

                                                                                                                                Pero una brillante línea amarilla que se observaba a través del espectroscopio y que, en un principio se creyó que era un identificador de sodio, no correspondía con la longitud de onda del sodio.

                                                                                                                                Fue así como se descubrió el helio, el segundo elemento más común en el universo. Aunque en la Tierra no se encontró sino hasta 13 años más tarde.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Las líneas de color que se perciben en un espectrómetro también pueden utilizarse para medir la temperatura. La superficie solar tiene una temperatura aproximada de 5.600 grados Celsius.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los eclipses han enseñado bastante sobre el funcionamiento del sistema solar, pero estos sucesos también han echado por tierra algunas ideas asentadas con firmeza.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Varios observadores reportaron haber visto un pequeño punto cruzar frente al Sol y gran parte de ellos estaban convencidos. “Vulcano existe y ya no es posible negar o ignorar su existencia”, publicó The New York Times en septiembre de 1876.

                                                                                                                                Durante la oscuridad del eclipse solar que sucedió un par de años más tarde, dos astrónomos —uno ubicado en Wyoming y el otro en Colorado— aseguraron, cada uno por su cuenta, haber visto planetas dentro de la órbita de Mercurio.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Las ideas de Einstein sentaron las bases para el experimento del eclipse de 1919, el más famoso de todos los tiempos. Durante este suceso, sir Arthur Eddington observó la curvatura de la luz estelar alrededor del Sol. Los descubrimientos confirmaron las premisas de la teoría.

                                                                                                                                Los eclipses solares no solo se han utilizado para deducir qué es lo que sucede en el sistema solar, sino también para estudiar la Tierra.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Los registros históricos chinos han proporcionado algunas pistas necesarias para determinar cuánto se ha lentificado. En el siglo IV a.C., el filósofo chino Mozi, en su descripción de una batalla épica que había ocurrido 1500 años atrás, escribió que “el Sol salía de noche”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El eclipse, que tuvo lugar cerca del atardecer, describía un breve paso hacia la noche para luego volver a ver la salida del Sol y, así, presenciar un amanecer nocturno.

                                                                                                                                Se sabía tanto el día como el lugar de la batalla. Simuladores en computadora determinaron la lentificación de la velocidad de rotación de la Tierra que era necesaria para hacer que la sombra del eclipse ocurrido aquel día pasara sobre el campo de batalla.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si en aquel entonces la Tierra giraba más rápido, el día era más corto por 0,07 fracciones de segundo.

                                                                                                                                Los eclipses también ayudan a poner a prueba modelos climatológicos. “Por lo general no estamos en la posición de apagar un interruptor y ver lo que sucede con la sencillez de los procedimientos de causa y efecto”, señaló Giles Harrison, profesor de Física Atmosférica en la University of Reading en Inglaterra.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Durante un eclipse en 2015 en Inglaterra, Harrison y un colega analizaron la información de la estación meteorológica y reunieron observaciones de varios miles de científicos ciudadanos. Descubrieron que la dirección del viento cambiaba entre 20 y 30 grados, dado que el aire caliente había dejado de elevarse desde el suelo.

                                                                                                                                “Ese hecho confirma ampliamente el pensamiento de Clayton, ideas de hace más de 100 años”, apuntó Harrison.

                                                                                                                                2017 New York Times News Service.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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