La generación contra la homofobia
Nina Chaparro
Hoy 17 de mayo, hace 31 años exactamente, la Organización Mundial de la Salud sacó de su lista de enfermedades mentales a la homosexualidad. Y por eso hoy se celebra en todo el mundo el día en contra de la homofobia, en contra de los odios y prejuicios hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, en contra de estas ideas que se anclan sin ningún fundamento en nuestra memoria como si fueran verdades.
Las personas repiten en sus conversaciones, y también entre chiste y chanza, frases como que los gais son más promiscuos, que abusan de niños, que son poco estables y un montón de sentencias, algunas muy hirientes, que vienen del odio o miedo hacia lo desconocido. Son estas ideas que viajan de voz en voz, de generación en generación, para quedarse en nuestro imaginario colectivo y negarles a personas derechos tan básicos como unirse en amor a otra persona o tener una familia.
Ya se ha dicho bastante desde la ciencia. No existe ninguna evidencia de que este tipo de comportamientos estén ligados a la orientación sexual o a las identidades de género diversas. La Asociación Americana de Psicología (APA) señala que ser LGBT es completamente normal, parte de la condición humana, y que lo que sí hace daño es la discriminación en contra de estas. Incluso, sobre el debate de la adopción de parejas del mismo sexo existen meta-estudios de psicología y pediatría que señalan que no hay ninguna diferencia de desarrollo psicosocial de niños y niñas criados por parejas homosexuales en comparación con las criadas por heterosexuales.
A pesar de toda la evidencia científica, los colombianos seguimos apuntando con el dedo a personas LGBT y pidiendo que se les nieguen derechos. Esto lo muestra la encuesta nacional “Diversidad religiosa, valores y participación política en Colombia” elaborada por el profesor William Mauricio Beltrán y la socióloga Sonia Larotta. Entrevistaron a 11.034 personas de todas las edades, estratos y departamentos del país, y concluyeron que solo el 35 % de los colombianos aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo, siendo el Caribe con el menor porcentaje de aprobación (16,8 %) y Bogotá con el mayor (46,8 %). Y sin necesidad de ir a las cifras, no es raro encontrarnos con opiniones como la que dio la semana pasada un profesor de la Universidad del Rosario al referirse a la alcaldesa de Bogotá como “masa vital”, pues no sabía si realmente era una señora.
Pero el panorama no es tan desalentador. Si lo miramos en perspectiva, la misma encuesta hecha por el profesor Beltrán hace diez años mostraba un 25 % de aprobación al matrimonio gay (diez puntos menos). Y, además, la encuesta de hoy separada por edades muestra que la población joven entre 18 y 25 años apoya mayoritariamente derechos como el matrimonio igualitario. En el mismo sentido, la encuesta “Polimétrica” de abril de 2021 realizada por Cifras y Conceptos y Caracol Radio, mostró que el 66 % de jóvenes votaría por un candidato que apoye el matrimonio igualitario. Y no sobra decir que el despido del profesor del Rosario seguramente estuvo influenciado por la carta de casi 1.000 estudiantes y egresados en la cual pedían la renuncia del profesor por, entre otras razones, difundir estos discursos de odio en contra de las personas LGBT.
Entonces, la homofobia sigue reproduciéndose, pero desacelerándose. Las personas jóvenes entienden cada vez más que los prejuicios en contra de las personas LGBT son solo eso, prejuicios, ideas falsas que tristemente nos hacen odiar y despreciar a otras personas sin ninguna razón. Quizá sea de esta generación de quienes debamos aprender a respetar la diversidad, a dejar a las personas a vivir en paz y en amor, a sacar el odio de nuestras vidas.
Hoy, el día en contra de la homofobia, ojalá sigamos el ejemplo de los más jóvenes y salgamos del clóset del odio y del prejuicio. Ojalá nos reconozcamos en los otros, en los ojos de los heterosexuales, gais, lesbianas, bisexuales y trans, sin miedo de lo que somos, sin miedo de ser todas personas bellamente diversas.
* Investigadora de Dejusticia, @ninachaparro
Hoy 17 de mayo, hace 31 años exactamente, la Organización Mundial de la Salud sacó de su lista de enfermedades mentales a la homosexualidad. Y por eso hoy se celebra en todo el mundo el día en contra de la homofobia, en contra de los odios y prejuicios hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, en contra de estas ideas que se anclan sin ningún fundamento en nuestra memoria como si fueran verdades.
Las personas repiten en sus conversaciones, y también entre chiste y chanza, frases como que los gais son más promiscuos, que abusan de niños, que son poco estables y un montón de sentencias, algunas muy hirientes, que vienen del odio o miedo hacia lo desconocido. Son estas ideas que viajan de voz en voz, de generación en generación, para quedarse en nuestro imaginario colectivo y negarles a personas derechos tan básicos como unirse en amor a otra persona o tener una familia.
Ya se ha dicho bastante desde la ciencia. No existe ninguna evidencia de que este tipo de comportamientos estén ligados a la orientación sexual o a las identidades de género diversas. La Asociación Americana de Psicología (APA) señala que ser LGBT es completamente normal, parte de la condición humana, y que lo que sí hace daño es la discriminación en contra de estas. Incluso, sobre el debate de la adopción de parejas del mismo sexo existen meta-estudios de psicología y pediatría que señalan que no hay ninguna diferencia de desarrollo psicosocial de niños y niñas criados por parejas homosexuales en comparación con las criadas por heterosexuales.
A pesar de toda la evidencia científica, los colombianos seguimos apuntando con el dedo a personas LGBT y pidiendo que se les nieguen derechos. Esto lo muestra la encuesta nacional “Diversidad religiosa, valores y participación política en Colombia” elaborada por el profesor William Mauricio Beltrán y la socióloga Sonia Larotta. Entrevistaron a 11.034 personas de todas las edades, estratos y departamentos del país, y concluyeron que solo el 35 % de los colombianos aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo, siendo el Caribe con el menor porcentaje de aprobación (16,8 %) y Bogotá con el mayor (46,8 %). Y sin necesidad de ir a las cifras, no es raro encontrarnos con opiniones como la que dio la semana pasada un profesor de la Universidad del Rosario al referirse a la alcaldesa de Bogotá como “masa vital”, pues no sabía si realmente era una señora.
Pero el panorama no es tan desalentador. Si lo miramos en perspectiva, la misma encuesta hecha por el profesor Beltrán hace diez años mostraba un 25 % de aprobación al matrimonio gay (diez puntos menos). Y, además, la encuesta de hoy separada por edades muestra que la población joven entre 18 y 25 años apoya mayoritariamente derechos como el matrimonio igualitario. En el mismo sentido, la encuesta “Polimétrica” de abril de 2021 realizada por Cifras y Conceptos y Caracol Radio, mostró que el 66 % de jóvenes votaría por un candidato que apoye el matrimonio igualitario. Y no sobra decir que el despido del profesor del Rosario seguramente estuvo influenciado por la carta de casi 1.000 estudiantes y egresados en la cual pedían la renuncia del profesor por, entre otras razones, difundir estos discursos de odio en contra de las personas LGBT.
Entonces, la homofobia sigue reproduciéndose, pero desacelerándose. Las personas jóvenes entienden cada vez más que los prejuicios en contra de las personas LGBT son solo eso, prejuicios, ideas falsas que tristemente nos hacen odiar y despreciar a otras personas sin ninguna razón. Quizá sea de esta generación de quienes debamos aprender a respetar la diversidad, a dejar a las personas a vivir en paz y en amor, a sacar el odio de nuestras vidas.
Hoy, el día en contra de la homofobia, ojalá sigamos el ejemplo de los más jóvenes y salgamos del clóset del odio y del prejuicio. Ojalá nos reconozcamos en los otros, en los ojos de los heterosexuales, gais, lesbianas, bisexuales y trans, sin miedo de lo que somos, sin miedo de ser todas personas bellamente diversas.
* Investigadora de Dejusticia, @ninachaparro