La innovación y el progreso de las ciudades
Por: Luis Guillermo Plata*
Las ciudades compiten hoy por convertirse en el siguiente líder en temas de innovación y tecnología. San Francisco es, sin duda, un caso excepcional. Hoy no tiene que hacer ningún esfuerzo por atraer talento, emprendimientos, capital o talento; todos quieren ser parte de este robusto e impresionante ecosistema y estar en la ciudad en la que se respira innovación, tecnología y emprendimiento. Y es justamente esto lo que otras ciudades tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo están tratando de replicar. ¿Qué están haciendo? Veamos algunos casos.
Buffalo, en el estado de Nueva York, lanzó la “Iniciativa del Billón” que impulsa competencias como la 43North, diseñada para atraer emprendedores de todo el país para que se establezcan en la ciudad. El ganador de esta competencia recibe un millón de dólares, un año de oficina gratis en una incubadora, mentoría por parte de los principales ejecutivos de la ciudad; además los ganadores son elegibles para aplicar al Programa StartUp NY, que otorga cada año a 10 emprendimientos 10 años libres de impuestos corporativos estatales, además de un premio de entre US$500 mil y US$650 mil. Cuatro años después de su creación, ésta iniciativa ha logrado que más de la mitad de las compañías participantes se queden en Buffalo.
Otro caso interesante es lo que viene sucediendo en varias ciudades los estados de Pennsylvania, Ohio, Indiana y Michigan que durante décadas disfrutaron de la bonanza del “Cinturón Industrial”, cuya decadencia empezó a finales de los años setenta, convirtiéndose en el “Cinturón del Óxido” debido al cierre de fabricas ocasionado por la facilidad de importar acero más barato y de alta calidad. Gracias a un esfuerzo decidido por revitalizar la actividad económica en la zona, sus ciudades están incursionando en desarrollos relacionados con combustibles alternativos, nanotecnología, biotecnología, energía eólica y tecnologías de información; en lo que varios analistas consideran podría ser el camino hacia una brillante recuperación.
En este contexto, los ojos están especialmente puestos en Columbus (Ohio), que recibió recientemente una partida de US$277 millones del Gobierno Federal para ser invertidos en el desarrollo de plataformas y tecnología para consolidar ciudades inteligentes merecen sin duda ser monitoreados. Ya cuenta con algunos emprendimientos trabajando, y todo parece indicar que este programa va a ayudar a que surjan cientos de nuevos emprendimientos orientados a crear soluciones para las ciudades del futuro.
El caso de Chicago es un poco diferente. Su cultura creativa y de orientación al resultado, junto con una envidiable infraestructura y disponibilidad de talento parece tenerlo todo para convertirse sin mucho esfuerzo en el próximo Silicon Valley. De hecho, el año pasado en Chicago se fondearon emprendimientos por US$1.7 billones, dando como resultado el surgió una buena cantidad de nuevas y prometedoras compañías gracias a un esfuerzo sostenido de desarrollo y consolidación de su ecosistema de emprendimiento. Algo similar es ya evidente en Boston.
No solo las ciudades norteamericanas están en la competencia. El Reino Unido por ejemplo, tomó la decisión de apostar en serio por los emprendimientos tecnológicos como motores de desarrollo. De acuerdo con Tech City UK, esta apuesta ha dado grandes resultados: durante el periodo 2012 -2016, US37.8 billones se invirtieron en negocios digitales, de los cuales el 47% tuvieron como destino la ciudad de Londres. El competidor europeo más cercano, Francia, atrajo durante el mismo perdió US15.4 billones, es decir, 60% menos que el Reino Unido. Estos resultados son consecuencia de que el gobierno tomó decisiones audaces, como por ejemplo la creación del Seed Enterprise Investment Scheme, un interesante esquema de incentivos tributarios para estimular la inversión en emprendimientos de alto riesgo, diseñado para que el Estado “comparta” con los agentes privados del mercado el riesgo de invertir en empresas nuevas.
Otras ciudades como Berlín, Shanghai, Tel Aviv e incluso Medellín con Ruta N y su reciente anuncio de que será sede del primer centro de excelencia en inteligencia artificial del país, se proyectan también como serias jugadoras en esta competencia. ¿Qué tienen todas en común? Que tomaron la decisión de apostarle en serio a convertirse en los próximos hubs de innovación y tecnología, trabajando e invirtiendo fuertemente en disponibilidad de talento y acceso a programas de formación para el trabajo, acceso a infraestructura tecnológica de punta; pero también a ofrecer apoyo e incentivos para los emprendedores, no solo a los locales, sino buscando que emprendedores de diferentes perfiles y orígenes nutran sus ecosistemas, haciendo que como en San Francisco, se respire innovación, tecnología y emprendimiento.
En ProBogotá estamos convencidos de que ya es hora de que nuestra ciudad entre de verdad a esta competencia. Para lograrlo, se requiere llevar a cabo iniciativas audaces y de alto impacto que contribuyan contundentemente a corregir las principales fallas de mercado, especialmente en relación con apoyo al emprendimiento, brechas en formación para el trabajo del siglo XXI y dificultades para acceder a capital. Es hora de que los actores públicos y privados tomemos la decisión de apostarle juntos y en serio a convertir a Bogotá en un hub de innovación y tecnología.
*Presidente ProBogotá Región
Por: Luis Guillermo Plata*
Las ciudades compiten hoy por convertirse en el siguiente líder en temas de innovación y tecnología. San Francisco es, sin duda, un caso excepcional. Hoy no tiene que hacer ningún esfuerzo por atraer talento, emprendimientos, capital o talento; todos quieren ser parte de este robusto e impresionante ecosistema y estar en la ciudad en la que se respira innovación, tecnología y emprendimiento. Y es justamente esto lo que otras ciudades tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo están tratando de replicar. ¿Qué están haciendo? Veamos algunos casos.
Buffalo, en el estado de Nueva York, lanzó la “Iniciativa del Billón” que impulsa competencias como la 43North, diseñada para atraer emprendedores de todo el país para que se establezcan en la ciudad. El ganador de esta competencia recibe un millón de dólares, un año de oficina gratis en una incubadora, mentoría por parte de los principales ejecutivos de la ciudad; además los ganadores son elegibles para aplicar al Programa StartUp NY, que otorga cada año a 10 emprendimientos 10 años libres de impuestos corporativos estatales, además de un premio de entre US$500 mil y US$650 mil. Cuatro años después de su creación, ésta iniciativa ha logrado que más de la mitad de las compañías participantes se queden en Buffalo.
Otro caso interesante es lo que viene sucediendo en varias ciudades los estados de Pennsylvania, Ohio, Indiana y Michigan que durante décadas disfrutaron de la bonanza del “Cinturón Industrial”, cuya decadencia empezó a finales de los años setenta, convirtiéndose en el “Cinturón del Óxido” debido al cierre de fabricas ocasionado por la facilidad de importar acero más barato y de alta calidad. Gracias a un esfuerzo decidido por revitalizar la actividad económica en la zona, sus ciudades están incursionando en desarrollos relacionados con combustibles alternativos, nanotecnología, biotecnología, energía eólica y tecnologías de información; en lo que varios analistas consideran podría ser el camino hacia una brillante recuperación.
En este contexto, los ojos están especialmente puestos en Columbus (Ohio), que recibió recientemente una partida de US$277 millones del Gobierno Federal para ser invertidos en el desarrollo de plataformas y tecnología para consolidar ciudades inteligentes merecen sin duda ser monitoreados. Ya cuenta con algunos emprendimientos trabajando, y todo parece indicar que este programa va a ayudar a que surjan cientos de nuevos emprendimientos orientados a crear soluciones para las ciudades del futuro.
El caso de Chicago es un poco diferente. Su cultura creativa y de orientación al resultado, junto con una envidiable infraestructura y disponibilidad de talento parece tenerlo todo para convertirse sin mucho esfuerzo en el próximo Silicon Valley. De hecho, el año pasado en Chicago se fondearon emprendimientos por US$1.7 billones, dando como resultado el surgió una buena cantidad de nuevas y prometedoras compañías gracias a un esfuerzo sostenido de desarrollo y consolidación de su ecosistema de emprendimiento. Algo similar es ya evidente en Boston.
No solo las ciudades norteamericanas están en la competencia. El Reino Unido por ejemplo, tomó la decisión de apostar en serio por los emprendimientos tecnológicos como motores de desarrollo. De acuerdo con Tech City UK, esta apuesta ha dado grandes resultados: durante el periodo 2012 -2016, US37.8 billones se invirtieron en negocios digitales, de los cuales el 47% tuvieron como destino la ciudad de Londres. El competidor europeo más cercano, Francia, atrajo durante el mismo perdió US15.4 billones, es decir, 60% menos que el Reino Unido. Estos resultados son consecuencia de que el gobierno tomó decisiones audaces, como por ejemplo la creación del Seed Enterprise Investment Scheme, un interesante esquema de incentivos tributarios para estimular la inversión en emprendimientos de alto riesgo, diseñado para que el Estado “comparta” con los agentes privados del mercado el riesgo de invertir en empresas nuevas.
Otras ciudades como Berlín, Shanghai, Tel Aviv e incluso Medellín con Ruta N y su reciente anuncio de que será sede del primer centro de excelencia en inteligencia artificial del país, se proyectan también como serias jugadoras en esta competencia. ¿Qué tienen todas en común? Que tomaron la decisión de apostarle en serio a convertirse en los próximos hubs de innovación y tecnología, trabajando e invirtiendo fuertemente en disponibilidad de talento y acceso a programas de formación para el trabajo, acceso a infraestructura tecnológica de punta; pero también a ofrecer apoyo e incentivos para los emprendedores, no solo a los locales, sino buscando que emprendedores de diferentes perfiles y orígenes nutran sus ecosistemas, haciendo que como en San Francisco, se respire innovación, tecnología y emprendimiento.
En ProBogotá estamos convencidos de que ya es hora de que nuestra ciudad entre de verdad a esta competencia. Para lograrlo, se requiere llevar a cabo iniciativas audaces y de alto impacto que contribuyan contundentemente a corregir las principales fallas de mercado, especialmente en relación con apoyo al emprendimiento, brechas en formación para el trabajo del siglo XXI y dificultades para acceder a capital. Es hora de que los actores públicos y privados tomemos la decisión de apostarle juntos y en serio a convertir a Bogotá en un hub de innovación y tecnología.
*Presidente ProBogotá Región