Durante años, nuestro país ha trabajado para reducir la gestión violenta de los conflictos y avanzar hacia la paz. Aunque se ha puesto énfasis en temas económicos, políticos y jurídicos, se ha relegado un elemento fundamental: las heridas psicológicas y sociales provocadas por más de seis décadas de confrontación continua. Estas heridas no sanan rápidamente y alimentan a múltiples actores que prolongan las salidas violentas. En muchos conflictos prolongados, los procesos de transición hacia la paz involucran justicia transicional, que incluye reparaciones y compromisos para cerrar estas heridas y prevenir su repetición.
La...