El país está dividido frente a una posible reforma a la Ley 100 que rompería la arquitectura del actual modelo de salud; estaríamos ante una ruptura ideológica y política que puede acarrear graves consecuencias. Como lo señala Alejandro Gaviria, el debate planteado por la ministra de Salud carece de argumentación y de análisis razonable. La motivación principal no es avanzar ni corregir las fallas del sistema sino implosionarlo en sus aspectos neurálgicos, que son el modelo de aseguramiento, las formas de pago y el papel de los agentes. Una reforma equivocada puede traer consecuencias catastróficas para los afiliados —particularmente para los pacientes—, entre los cuales se destacan los que sufren enfermedades crónicas y catastróficas; afectaría a clínicas, hospitales y personal médico, y se devolvería afectando la imagen del Gobierno.
Reforma a la salud: reflexiones desde la academia
Columnista invitado EE: Jaime Arias*
07 de febrero de 2023 - 06:49 p. m.
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