De Paloma Valencia sobre Aida Quilcué
Paloma Valencia
“Invitamos a líderes políticos de diversas orillas y a nuestros columnistas a reconocer algo valioso en aquellos con quienes usualmente están en desacuerdo e, incluso, en confrontación. (...) En la política se combaten ideas, no personas”. Editorial El Espectador (22-12-2024)
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“Invitamos a líderes políticos de diversas orillas y a nuestros columnistas a reconocer algo valioso en aquellos con quienes usualmente están en desacuerdo e, incluso, en confrontación. (...) En la política se combaten ideas, no personas”. Editorial El Espectador (22-12-2024)
DE: Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático
PARA: Aida Quilcué, senadora del Movimiento Alternativo Indígena y Social - MAIS
Conocí a la senadora indígena Aida en el Congreso. Compartimos varios espacios: la Comisión Primera, la Comisión de Paz y la Comisión de Derechos Humanos. Empezamos a vernos mucho, aunque no pasábamos de un saludo formal.
Atendiendo la difícil situación de Cauca en los asuntos de tierras, cité una audiencia para escuchar a los ciudadanos que tienen sus tierras invadidas. La senadora Quilcué pidió ser citante también e invitar a los indígenas que estaban adelantando el proceso de recuperación de la madre Tierra. Hubo un momento de tensión, ella quería ir, pero por ser yo la citante se me preguntó si aceptaba su participación.
No tuve mucho tiempo para pensarlo, pero acepté: si ella quería ir, debía poder hacerlo. Tendríamos que oírnos. Comprendí que ella abría la posibilidad de tener una conversación sobre un problema que solo los caucanos podemos resolver.
La fecha se fue aproximando y los ánimos se fueron exaltando. Era la primera vez que los invadidos se encontrarían con los recuperadores de la tierra. Muchos dudaban en ir, algunos aseguraban que habría violencia; otros, que de ahí no saldría nada. Tiendo a ser confiada en que el contacto facilita las relaciones, pero los comentarios empezaron a ser muy pesimistas.
El evento se realizó en una sede del SENA en Popayán. Al llegar, se sentía una tremenda tensión. Me indicaron dónde estaba la senadora. Le propuse que cada uno mantuviera la calma en su sector para que la reunión avanzara en el marco del respeto. Ella estuvo de acuerdo, y salimos juntas al salón lleno de personas: caucanos todos y, sin embargo, enfrentados por muy difíciles odios y una lista de atropellos donde siempre el culpable era el contrario.
Hablaron los invadidos y hablaron los indígenas recuperadores. Salvo una única intervención, todas fueron respetuosas. Tristes, indignadas, dolidas, pero respetuosas. En la reunión nada se solucionó, pero haberla realizado fue un éxito. Mencionaron muchos que, con la mayora Aida y conmigo el liderazgo estaba en las mujeres y entonces había una oportunidad de abordar estos problemas de manera distinta. Al final, hasta hubo risas.
Estoy convencida de que Cauca lo que necesita son ingresos para todos. Nuestro enemigo es la pobreza, y para que el destino no sea el combate por la tierra, debemos crear la capacidad de producir riqueza para que todos tengamos una vida digna.
Desde entonces siento que Aida y yo nos hemos ido mirando de manera diferente. Nos hemos ido entendiendo. Hoy iniciamos una nueva tarea juntas: ella es presidenta de la Comisión de Paz y yo la vicepresidenta. Resalto su valentía en entrar en el terreno y buscar a sus niños reclutados por los violentos, su arrojo para alentar a que las comunidades indígenas alcen su voz y no se dejen quitar los niños. No es menor. La gran mayoría de los caucanos que viven realidades así me dicen que prefieren guardar silencio. Tal vez por eso atentaron contra la vida de la mayora.
Seguimos teniendo muchas diferencias, pero hemos encontrado algunos temas que nos unen: nuestro Cauca y el deseo de verlo bien, en paz y con oportunidades. Representamos sectores que están enfrentados y, sin embargo, hemos decidido trabajar juntas el semestre que viene en defensa de nuestros niños y en contra del reclutamiento; en busca de ese Cauca tan esquivo, pero que debe ser posible. Es una nueva oportunidad, solo eso, una oportunidad: veremos hasta dónde nos lleva.
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