De Sandra Ramírez sobre Paloma Valencia: “Amamos la vida, cada una a su manera”
Sandra Ramírez
“Invitamos a líderes políticos de diversas orillas y a nuestros columnistas a reconocer algo valioso en aquellos con quienes usualmente están en desacuerdo e, incluso, en confrontación. (...) En la política se combaten ideas, no personas”. Editorial El Espectador (22-12-2024)
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“Invitamos a líderes políticos de diversas orillas y a nuestros columnistas a reconocer algo valioso en aquellos con quienes usualmente están en desacuerdo e, incluso, en confrontación. (...) En la política se combaten ideas, no personas”. Editorial El Espectador (22-12-2024)
DE: Sandra Ramírez, senadora del Partido Comunes
PARA: Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático
Tras seis años de estar en el Congreso como senadora, he tenido la oportunidad de conocer varios personajes de la vida y clase política del país, unos muy controvertibles y otros menos. Una mujer política con quien comparto incluso la Comisión de Derechos Humanos y que nos hemos encontrado con diferencias políticas en defensa de intereses que representamos es la senadora Paloma Valencia.
Cuando vi por primera vez a la senadora, la impresión no fue la mejor. Sabía de su carácter fuerte y de su personalidad crítica. Sobre la familia Valencia había leído. Tenía y tengo mis apreciaciones, sé de dónde vienen y qué intereses defienden, pero no son prejuicios: es la realidad que conoce Colombia. Así como es realidad la Operación Marquetalia lanzada en 1964 por su abuelo, el entonces presidente, Guillermo León Valencia, la cual desencadenó una guerra que sometió a nuestro país por más de 50 años.
Cuando Paloma Valencia fue presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, me impactó que hizo una distribución equitativa del trabajo por desarrollar en las regiones como integrantes de la Comisión. Me sorprendió que en pandemia nos permitió apoyar con mercados del Gobierno a los hogares más necesitados, en un momento en el que el confinamiento desnudó las partes más sensibles de los seres humanos.
Además, tenemos aspectos en común: somos mujeres de orillas políticas muy diferentes, pero que amamos la vida, eso sí, cada una a su manera.
En ocasiones, y en un ambiente tan álgido como lo es la política, las personas nos salimos de casillas, nos ganan las emociones. Una anécdota que tengo es que en pleno debate de la Comisión de Derechos Humanos se disgustó. Rápidamente tomé el teléfono y le pedí calma. Ella, para mi sorpresa, me escuchó y los ánimos se calmaron.
Hemos tenido acercamientos, nos hemos encontrado en acciones conjuntas, pero esto no ha hecho cambiar mis principios y valores, mis conceptos de la vida, de la humanidad, de la paz, de la reconciliación y del bienestar por lograr una sociedad más justa y equitativa.
Paloma Valencia es una mujer inteligente, preparada, estudiada y conocedora del país. Los debates que hace en la plenaria del Senado muchas veces son admirables. Hay muchas cosas por corregir, como cualquier ser humano, pero si alguien se destaca en el Congreso por su capacidad de concertación es ella.
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