Por: Luis F. Samper*
El pasado 18 de noviembre el Gobierno Nacional presentó ante la sede en Ginebra (Suiza) de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) la candidatura de Marco Alemán. Se trata de la Dirección General de una de las 16 agencias de las Naciones Unidas, con responsabilidades globales en un área clave del devenir económico mundial tanto en términos de generación como de apropiación de valor.
Nacido en Corozal, Sucre, el doctor Alemán ha desarrollado una carrera impecable en prácticamente todas las disciplinas de la propiedad intelectual, con un conocimiento profundo de sus aspectos técnicos como catedrático, escritor y antiguo superintendente delegado para la Propiedad Industrial en Colombia.
El doctor Alemán también tiene en su haber una larga experiencia en la OMPI, organización a la que aplicó por méritos propios para trabajar cuando estaba vinculado como investigador en el instituto Max Planck de Alemania, y en la que ha venido ascendiendo hasta alcanzar la posición de director del área de patentes. Su trayectoria durante los últimos 20 años en la OMPI lo convierte en el único candidato que combina el conocimiento profundo de los temas de PI y que además demuestra una larga experiencia en negociaciones multilaterales, en la operación misma de la OMPI, en el proceso de administración de tratados internacionales en diferentes materias y en el apoyo técnico a países de diferentes continentes que buscan utilizar eficientemente el sistema de propiedad intelectual para apoyar el desarrollo de nuevas formas de creación de valor para sus innovadores.
Es este sin duda el caso de Colombia. Con su plataforma de apoyo a la llamada Economía Naranja, el Gobierno Nacional y el Ministerio de Relaciones Exteriores tienen la oportunidad de demostrarle al mundo que su discurso por la economía digital y creativa y la valoración de los bienes y servicios culturales son una apuesta de futuro de dimensión nacional e internacional.
El apoyo de la candidatura del presidente Duque al doctor Alemán tiene en consecuencia implícitos varios mensajes. En primer lugar destaca la importancia que el Gobierno le atribuye a la gestión de los activos intangibles y el capital intelectual como fuentes de valor, y que nuestra economía debe continuar migrando en esa dirección. El Gobierno también está señalando la importancia que tiene la propiedad intelectual para capitalizar los esfuerzos de los creadores nacionales e internacionales en un sistema internacional que debe ser armónico y respetuoso del derecho a crear y a beneficiarse de dicho esfuerzo. Por último, se envía la señal de que en un mundo polarizado donde la propiedad intelectual es frecuentemente percibida como enemiga de los países en desarrollo, un latinoamericano capacitado, reconocido por especialistas en la materia de todos los continentes, puede liderar los procesos para alcanzar los consensos necesarios en los complejos temas que se discuten en el seno de la OMPI.
En suma, el país tiene una oportunidad única para alcanzar el cargo de más alto nivel en el sistema de Naciones Unidas que haya logrado un colombiano. Si hay una candidatura en la que Colombia tiene oportunidad de lograr un buen resultado es esta, ya que tenemos un candidato que tiene todas las credenciales técnicas, académicas y profesionales para ser elegido. El gobierno y la diplomacia colombiana no deben escatimar esfuerzos para lograr consolidar una candidatura latinoamericana para este cargo de influencia global.
Por: Luis F. Samper*
El pasado 18 de noviembre el Gobierno Nacional presentó ante la sede en Ginebra (Suiza) de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) la candidatura de Marco Alemán. Se trata de la Dirección General de una de las 16 agencias de las Naciones Unidas, con responsabilidades globales en un área clave del devenir económico mundial tanto en términos de generación como de apropiación de valor.
Nacido en Corozal, Sucre, el doctor Alemán ha desarrollado una carrera impecable en prácticamente todas las disciplinas de la propiedad intelectual, con un conocimiento profundo de sus aspectos técnicos como catedrático, escritor y antiguo superintendente delegado para la Propiedad Industrial en Colombia.
El doctor Alemán también tiene en su haber una larga experiencia en la OMPI, organización a la que aplicó por méritos propios para trabajar cuando estaba vinculado como investigador en el instituto Max Planck de Alemania, y en la que ha venido ascendiendo hasta alcanzar la posición de director del área de patentes. Su trayectoria durante los últimos 20 años en la OMPI lo convierte en el único candidato que combina el conocimiento profundo de los temas de PI y que además demuestra una larga experiencia en negociaciones multilaterales, en la operación misma de la OMPI, en el proceso de administración de tratados internacionales en diferentes materias y en el apoyo técnico a países de diferentes continentes que buscan utilizar eficientemente el sistema de propiedad intelectual para apoyar el desarrollo de nuevas formas de creación de valor para sus innovadores.
Es este sin duda el caso de Colombia. Con su plataforma de apoyo a la llamada Economía Naranja, el Gobierno Nacional y el Ministerio de Relaciones Exteriores tienen la oportunidad de demostrarle al mundo que su discurso por la economía digital y creativa y la valoración de los bienes y servicios culturales son una apuesta de futuro de dimensión nacional e internacional.
El apoyo de la candidatura del presidente Duque al doctor Alemán tiene en consecuencia implícitos varios mensajes. En primer lugar destaca la importancia que el Gobierno le atribuye a la gestión de los activos intangibles y el capital intelectual como fuentes de valor, y que nuestra economía debe continuar migrando en esa dirección. El Gobierno también está señalando la importancia que tiene la propiedad intelectual para capitalizar los esfuerzos de los creadores nacionales e internacionales en un sistema internacional que debe ser armónico y respetuoso del derecho a crear y a beneficiarse de dicho esfuerzo. Por último, se envía la señal de que en un mundo polarizado donde la propiedad intelectual es frecuentemente percibida como enemiga de los países en desarrollo, un latinoamericano capacitado, reconocido por especialistas en la materia de todos los continentes, puede liderar los procesos para alcanzar los consensos necesarios en los complejos temas que se discuten en el seno de la OMPI.
En suma, el país tiene una oportunidad única para alcanzar el cargo de más alto nivel en el sistema de Naciones Unidas que haya logrado un colombiano. Si hay una candidatura en la que Colombia tiene oportunidad de lograr un buen resultado es esta, ya que tenemos un candidato que tiene todas las credenciales técnicas, académicas y profesionales para ser elegido. El gobierno y la diplomacia colombiana no deben escatimar esfuerzos para lograr consolidar una candidatura latinoamericana para este cargo de influencia global.