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Plan Feminicidio


Cristina Nicholls Ocampo
10 de octubre de 2024 - 05:05 a. m.
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Hace algunos días el grupo criminal del Clan del Golfo anunció un plan mortífero para asesinar mujeres en el Chocó en razón de sus relaciones íntimas con hombres pertenecientes a otros grupos armados. Dolorosamente, le denominó “Plan Feminicidio”, un término que en toda su brutalidad ya ni siquiera se preocupa en matizar la esencia de la guerra como un instrumento de aniquilación femenina.

Varias autoras, lideresas, víctimas, políticas y demás han hablado a lo largo de estos años sobre las afectaciones que se ciernen sobre las mujeres cuando el territorio está en guerra. Han sido los cuerpos femeninos y feminizados espacios a colonizar para avanzar estratégicamente en los objetivos de control. Se ha implementado por décadas y en varios lugares del mundo la política de la tierra arrasada sobre millones de cuerpos que apenas si se conciben como algo más que cosas a las que hay que conquistar para aplastar al adversario en contienda. Es desgarradora la vigencia atroz de estos postulados. Un plan que llama de manera directa a asesinar mujeres es sólo la constatación de lo que por décadas hemos dicho: las guerras las agencian los varones a costa de la integridad, la vida y la dignidad de las mujeres. Como si fuera poco, las alarmas nacionales y sociales parecen no encenderse; incluso hay quienes frente a la denuncia no atinan más que a catalogarla de falsa o acuden a la ya desgastada fórmula de llamar loca a quien la enuncia. Cuando hay algún plan sistemático para acabar con policías, por ejemplo, hay reseñas preocupadas de casi todos los sectores, vehementes pronunciamientos, rechazo generalizado pero al tratarse de las mujeres son pocas las alertas, la conmoción nos alcanza sólo a nosotras. Colombia, el país que dice amar a sus mujeres pero siente orgullo por ellas sólo para exhibirlas o explotarlas, jamás para cuidarlas.

¿Qué nos queda entonces? Supongo que lo que por años hemos hecho: encontrarnos y juntarnos para intentar hacer de este un país en el que no nos maten por ser lo que somos. Aunque a veces las armas y la ignominia nos dobleguen catastróficamente en el intento.

Edgar(40706)11 de octubre de 2024 - 01:58 a. m.
Lo comparto totalmente.
carmeza(g3os1)11 de octubre de 2024 - 12:40 a. m.
Sencillamente atroz .
Alberto(3788)10 de octubre de 2024 - 10:22 p. m.
Aterrador. Veraz análisis. Gracias.
Luis(24179)10 de octubre de 2024 - 02:55 p. m.
Increíble. Me conmociona y me irrita. Nunca he podido entender por qué un hombre como yo pueda golpear a una mujer, ni se diga violentarla y matarla. Bárbaros! Son bárbaros y salvajes los que así se comportan
Pedro(32497)10 de octubre de 2024 - 02:53 p. m.
De la barbarie que nos salve el mismo diablo.
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