Publicidad

Patagonia Asados del Sur

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
D. Buenavida
23 de enero de 2010 - 06:13 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Me indujo a ir a Patagonia el encanto de un día soleado en Bogotá y la posibilidad de un agradable paseo por Usaquén.

Un amigo, en quien deposito confianza en opiniones gastronómicas, me recomendó Patagonia Asados del Sur como un sitio agradable, sin mayores pretensiones decorativas ni lujos, donde se servía un buen asado argentino de tipo familiar. Aunque no he tenido gran número de experiencias en asados argentinos, sí la suerte de probar algunos en el lugar donde los inventaron. Y bien vale la pena. Así que arrancamos para Patagonia en busca de un suculento almuerzo en un sitio sencillo y agradable. Pero la suerte no nos acompañó esta vez.

Era mucho el contraste entre el esplendoroso sol y ambiente relajado que se vivía en las calles de Usaquén y Patagonia, atestado de gente, lleno de recovecos e incómodo, con paredes pintadas color rosado, con fotos de futbolistas y grandes del tango oscuro al mediodía. Las mesas eran demasiado chicas e incómodas. En fin, el sitio no era propiamente inspirador para degustar un delicioso asado argentino. Pero una buena parrilla podía vencer estos obstáculos y las buenas recomendaciones vienen de la carne madura y tierna que ofrecen.

La carta ofrece pocos platos: como entradas el provoleta (rodajas de provolone marinadas en orégano y aceite de oliva), chorizo argentino, morcilla, y una ensalada. Precios entre $16.000 y $20.000. Seis platos fuertes. Se ofrecen porción completa y medias porciones. Encontramos bife de chorizo, vacío, cordero patagón, mollejas de ternera y chuletas de cerdo. Precios por platos completos con ensalada $31.000. Tres postres a $9.000, por supuesto, uno con dulce de leche. Estos precios en Bogotá son muy altos dada la presentación. Carta de vino muy pequeña y con precios altos. Nada de creatividad en la carta, pero tampoco la esperábamos.

Probablemente la pericia en el manejo de la parrilla no alcanzó para tanta gente: el “provolone” estaba muy quemado y el sabor a orégano desapareció. El chorizo distaba de ser un buen chorizo argentino, parecía más un perro caliente de industria nacional; la morcilla estaba rica, pero no alcanzaba a compensar la deficiencia del chorizo. El tan ponderado por muchos bife de chorizo, su especialidad, y la razón por la que estábamos allí, se pasó de cocción de manera inaceptable. La carne no estaba jugosa y muy pasada del punto pedido. En Argentina esto es una infamia. La ensalada que acompañaba los platos era tomate cortado en rodajas sobre lechuga batavia en tiritas. Las costillas al limón estaban muy buenas y sabrosas.

La atención pésima. Nos sirvieron la entrada y a la media hora no había nadie que respondiera por nuestro plato fuerte. Le reclamamos al muchacho que nos “atendió” por la tardanza y por qué la carne no estaba en el punto que la habíamos pedido y nos contestó que eso era culpa del parrillero. Dada la incomodidad y la desatención nos fuimos por el postre a otro sitio. La única explicación para estos resultados y esta frustración en un sitio tan recomendado, es que la cantidad de gente arrolló al servicio y especialmente al parrillero.

Calle 117 N° 6A-54. Tels.:  215 6525 – 342 3830, Usaquén.secomebienaqui@gmail.com

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.