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En frente del Parque de la 93 está Salto del Ángel. Un sitio inmenso, bueno para “rumbear”, para eventos, para tomarse unos tragos y para comer.
Cuenta con 150 mesas, extensible a 300. Como “rumbeadero” y para eventos comerciales su éxito está probado. Generalmente lugares como estos no se destacan como restaurante y ofrecen menús cortos de platos sencillos. Este no es el caso de Salto del Ángel. No es un restaurante de alta cocina y creo que no pretende serlo, pero comí bien aquí. La carta es amplia, con 12 listas de platos afines, para todos los gustos y las necesidades, desde sándwiches hasta mariscos. La mayoría, copias de cartas de Estados Unidos y México, con poca creatividad. Hay nueve “Entradas” de $10.000 a $27.000. Siete “Para Picar”, que vienen del sitio cuando quedaba del otro lado del parque y era comida mexicana. Cinco “Tiraditos y cebiches”, los de moda en Bogotá. Ocho carnes en la lista “Steak House”, que son producto de la parrilla con diferentes salsas y precios entre $33.000 y $40.000. Cuatro “Chickens”, en inglés, porque vienen de las cartas americanas. “Los de siempre”, que son ocho, recuerdos del ancestro mexicano: quesadillas, burritos, fajitas y burritos. Cinco “Mariscos y pescados” con precios entre $25.000 y $45.000. Seis “Sándwiches y burgers”. “Pastas”. Ocho “Ensaladas”. Cinco sopas. Me llamó la atención una sopa de pescados al ron y 15 “postres” que presentan una variedad más amplia que la que generalmente se encuentra en las cartas bogotanas.
Llegó la hora de la verdad. Nos ofrecieron, mientras pedíamos, unos “totopos” ricos. Empezamos con “Mixto de mariscos”, que era tempura de calamares y camarones con sala tártara y horseradish (rábano picante). En realidad era un apanado sin la gracia del tempura que, con sus salsas, estaba apenas bien. De la lista de “Los de siempre” pedimos “Frontera”, que es un lomo de res a la parrilla, con quesadilla, fríjol refrito, guacamole, flauta, pico de gallo y crema agria, o sea una muestra de la oferta mexicana. Cada uno de los componentes del plato estaba hecho con esmero culinario. Rico plato. Seguimos con “Lomo al grill angus”. Es un lomo maduro preparado por un buen parrillero, acompañado con berenjenas (a mí no me tocó ni un pedacito), calabacines, tomate y papas al horno, con salsa al vino con un poco de crema de leche. Este plato resultó estupendo, muy buena carne, asada al punto preciso, la salsa le iba muy bien, lo mismo que la guarnición. Recomendable. De postre pedimos “Encuentro de la pasión”. Un nombre pomposo para un postre no muy convincente. Era una especie de mousse —helado de maracuyá o fruta de la pasión, con salsa inglesa—. Cayó pesada, creo que por culpa del “merengue suizo”, que no sé qué es.
El sitio es agradable, atienden bien y, lo más importante, se come bien.
Carrera 13 Nº 93A-45. Tel.: 654 5454.secomebienaqui@gmail.com.
