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Adelgazar y tecnificar el Estado

Daniel Mera Villamizar
07 de octubre de 2024 - 05:00 a. m.

No basta recortar decenas de miles de “corbatas” en tiempos de inteligencia artificial.

Un país cuya dirigencia no tiene claridad y acuerdo sobre los intereses nacionales para orientar sus relaciones exteriores puede producir presidentes que lleguen a improvisar al son de su ideología o de su liviandad. Intereses materiales, de seguridad energética y alimentaria, y de soberanía. Lo que llaman “intereses permanentes”, que no admiten el patetismo de un mandatario ebrio de sí mismo poniéndolos en riesgo.

Un país cuya dirigencia no tiene claridad y acuerdo sobre las características mínimas del Estado en cuanto organización o estructura de organizaciones puede ver sin drama cómo se depreda el principal instrumento de la sociedad para buscar los ideales puestos en la Constitución. Sin Estado no es posible usar los mercados para alcanzar propósitos colectivos.

Características mínimas como la profesionalización, el régimen de carrera, la eficiencia del gasto, los criterios de competencias organizacionales, la competitividad de las remuneraciones. De eso no hablamos seriamente. Es un asunto poco atractivo para los políticos porque bajo la opacidad existente pueden participar del botín de frente o por los laditos.

Lo que tenemos en el debate público es la altisonancia simplista de “recortar la burocracia”, de un lado, y la justificación política de nóminas descaradamente excesivas, del otro. Simplista porque no basta recortar la burocracia y porque no conviene estigmatizar más la “burocracia”. En realidad, necesitamos una buena burocracia, un funcionariado profesional, competente, íntegro, con vocación de servicio.

En Colombia llamamos “burocracia” a los que carecen de los atributos de la burocracia, deslegitimando a los que sí los tienen. A los que firman contratos de órdenes de prestación de servicios por tres o seis meses, con funciones que no importan y que no cumplirán. También los llamamos “corbatas”. A los servidores públicos que no hacen honor al término.

Obviamente, habría que no renovar los contratos de las corbatas (en el corto plazo) y buscar sacar a los funcionarios nombrados de mal desempeño (en el mediano plazo). Eso ahorrará recursos públicos y mejorará el servicio, pero no resuelve el problema de la incapacidad técnica y tecnológica de las entidades estatales para cumplir sus funciones en un entorno complejo.

El Estado colombiano, en especial en los niveles departamental y municipal, tiene vastas áreas que son “pre-tecnológicas”, a cargo de funcionarios sin la formación y sin las competencias necesarias. En entidades nacionales, en otro rango de responsabilidad, también las exigencias de una misión diligente e inteligentemente llevada desbordan por completo su capacidad.

La tecnificación (incluido el uso de tecnologías de la información) y la especialización requeridos para atender las realidades y demandas como Estado son insoslayables. Impulsan a pensar una reforma del Estado a la luz de la inteligencia artificial. Un Estado delgado, ágil, inteligente, eficiente.

Por eso resultaría un poco “brocha” una reforma administrativa que en aras de recortar “burocracia”, que es como despreciar el talento humano del que depende el Estado, subsumiera subsectores en vez de mejorar la “especialización”. Y lo que se ahorre de “corbatas” puede ser invertido en tecnología y en personal capacitado para usarla.

Pasa como con la política exterior: si no hay acuerdo sobre las características del Estado de las que dependemos todos, vamos sin rumbo.

@DanielMeraV

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