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La economía está abocada a una caída de la tasa de ahorro que se complementa con una caída del empleo, y se está llevando consigo el crecimiento económico. Se quebró la igualdad entre el ahorro y la inversión, y entre la oferta y la demanda agregada.
Como el cálculo de la oferta se realiza con la demanda, el crecimiento económico se sobreestima en los cálculos de las cuentas nacionales del DANE. En realidad, se trata del crecimiento de la demanda que por las razones antes descritas es superior al crecimiento efectivo de la producción, y por lo tanto de la oferta.
La economía está operando con una deficiencia entre la oferta y la demanda agregada. El crecimiento efectivo de la producción es menor que la demanda.
El crecimiento económico es inferior al reportado por el DANE. No es por lo menos claro que la economía en la realidad haya salido de los índices negativos de crecimiento. La economía no ha superado el estado de bajo crecimiento que viene de la pandemia. Estamos en una economía en dónde la tasa de ahorro y el producto descienden. En términos más claros, el producto nacional y la tasa de ahorro declinan.
A lo anterior se agrega que el déficit fiscal y en cuenta corriente se amplían. Tanto la oferta como la demanda declinan. No hay más opción que un modelo que eleve la tasa de ahorro y devalúa la moneda.
La economía se encuentra en un estado de ahorro menor que la inversión. La solución no puede ser distinta a la de un modelo que baje la tasa de interés real, devalúe la moneda, y así eleve la tasa de ahorro (se tiene un modelo que sube la tasa de interés real, revalúa la moneda y baja la tasa de ahorro).
Como no se siguió la solución la moneda se revalúa, la tasa de interés real sube y la tasa de ahorro declina. Sí a esto se agrega que la demanda agregada, en razón del déficit fiscal y en cuenta corriente aumenta, la economía queda a la deriva y tiende al colapso.
Como la economía no crece se incurrió en un grave error histórico. Se dio por dado que el crecimiento económico y la distribución del ingreso son separables. Un propósito se puede conseguir a cambio del otro. No es cierto. Los dos propósitos no son separables. Ambos se alcanzan cuando aumentan la tasa de ahorro, la relación capital-producto y la tasa de crecimiento del capital.
La economía colombiana registró una caída de la tasa de ahorro de 40% con relación a la tendencia histórica y un aumento notable del déficit fiscal y en cuenta corriente.
Se requiere un modelo basado en las directrices de desequilibrio, economía de oferta y demanda, que eleve el ahorro mediante severas reformas monetarias, financieras y comerciales que devalúen la moneda y reduzcan el déficit fiscal y en cuenta corriente. La economía entraría en un estado en el cual el trabajo y el capital se complementan y se tornan
efectivos para impulsar el crecimiento del producto nacional y avanzar en la distribución del ingreso.
La economía tiende a un estado de ahorro menor que la inversión que no puede enfrentarse con el instrumental de mercado. A menos que se avance en el modelo que baje la tasa de interés real, devalúe la moneda y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente, y así eleve la tasa de ahorro, la economía queda a la deriva y no será posible mejorar la distribución del ingreso.