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Francisco Leal y Rafael Rivas


Elisabeth Ungar Bleier
19 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.

La academia y el país perdieron en las últimas semanas a dos muy importantes académicos y demócratas. Me refiero a Francisco Leal Buitrago y Rafael Rivas Posada. A pesar de que se han escrito numerosos artículos en diferentes medios de comunicación sobre ellos, no quise dejar de hacerlo con unas breves semblanzas. Los conocí en la Universidad de los Andes y pude interactuar con ellos, con frecuencia e intensidad diferentes, pero siempre disfrutando de su presencia, admirando sus contribuciones a la formación de varias generaciones de estudiantes provenientes de diversas disciplinas, sus aportes al fortalecimiento de las Ciencias Sociales y su compromiso con la democracia, siempre aprendiendo de ellos.

Rafael Rivas estudió Derecho y luego en la Universidad de Paris. Después obtuvo una maestría en Administración Pública en el Instituto de Estudios Sociales, en La Haya (Países Bajos), y un doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Princeton (Estados Unidos). También fue activista. Por ejemplo, como estudiante de la Nacional, participó en la oposición estudiantil en las manifestaciones del 8 de junio de 1954 contra Rojas Pinilla, cuando la Policía mató al estudiante Uriel Ospina.

Fue rector de la Universidad de los Andes entre 1982 y 1985. Además de su labor como rector y profesor, fue ministro de Educación durante los dos últimos años del gobierno de Alfonso López (1977-1978). Ocupó varios cargos diplomáticos. Era un gran analista de la realidad colombiana. Fue miembro de la Comisión de Paz Asesora creada por el entonces presidente de la República, Belisario Betancur. Su preocupación por la violación de derechos humanos fue permanente.

Con Francisco Leal Buitrago (Pacho, como lo llamábamos) tuve el privilegio de interactuar tanto desde el ámbito académico como el personal y familiar. Por eso me resulta tan difícil escribir sobre un gran amigo, maestro y colega, porque sé que no lo vamos a volver a ver y a disfrutar de su compañía. A pesar de esto, como dije en unas palabras que expresé durante el homenaje que le rendimos muchos amigos, colegas y exalumnos en la Universidad de los Andes, cuando los recuerdos que nos quedan son tan gratos, la tristeza se diluye y se convierte en gratitud con la vida por haberlo conocido, por su amistad y la de Magdalena León, su compañera y faro en muchos años. Por eso me limito en esta ocasión a hacer una semblanza más personal del amigo.

Luego de estar varios años en el Ejército, decidió cambiar su rumbo y entró a estudia Sociología en la Universidad Nacional. Luego obtuvo un doctorado en la Universidad de Wisconsin. A partir de entonces, la investigación, la docencia y la promoción de los estudios de las Ciencias Sociales en Colombia se convirtieron en su obsesión.

Conocí a Pacho en la Universidad. No fui su alumna, pero siempre lo vi como un maestro. Era riguroso, exigente, innovador y conocedor como pocos del país. Admiré su disciplina y su capacidad de sacar adelante los proyectos que se proponía. Un académico excepcional. Tuve el privilegio de dar una clase con él y en esa ocasión, como siempre, también aprendí mucho de él. De esa experiencia me queda una anécdota divertida por cuenta de un estudiante mexicano, quien haciendo gala de su machismo, lo llamaba a él licenciado y a mi chavita. Desde entonces, nos saludamos así: “Querido Licenciado”, decía yo, y él respondía: “Querida Chavita”. A Pacho también le encantaba viajar, los buenos vinos, la buena música y compartir con amigos. Y los perros no podían faltar. Hasta siempre Pacho.

 

Lucila(60806)Hace 1 hora
Colombia lleva unos meses,perdiendo gente brillante,destacada,buenos profesionales y magnîficos seres humanos,en todos los âmbitos del saber y las artes.Quedan muchos de los que no quisiêramos ver,ni oîr,por el dano que le hacen al paîs.Serâ que sabiendo que estân en sus ûltimos anos de vida,no se arrepentirân y alcancen a cambiar,para mejorar la vida en Colombia?
Mario(196)Hace 1 hora
La historia del siglo 20 esta por contar. Personas como estos y cientos mas que contribuyeron desde sus haceres al país, merecen ser exaltados, reseñados y recordados.
Gines de Pasamonte(86371)Hace 4 horas
Interesantes semblanzas de estos dos prohombres, Elisabeth. Es grato encontrarse en la vida con este tipo de personajes que han dejado huella indeleble a través de su periplo vital. ¡Paz en sus tumbas!
Usuario(51538)Hace 4 horas
Recordando a Francisco Leal me topé con una de sus últimas columnas aquí en EE: "Su afición a los balconazos apareció nuevamente el 1.°primero de mayo en la Casa de Nariño, señalando amenazas de tragedias institucionales. Planteó además la necesidad de movilizaciones sociales si no se aprueban las reformas que propone, pues sin reformas habrá revolución. Estas y otras actuaciones en las últimas semanas muestran los vaivenes del presidente, que pueden aumentar en este año electoral".
Atenas(06773)Hace 5 horas
Lamentables muertes, por supuesto, QEPD. Y ya fallecidos, los eximo de los efectos q’ generaron, en sendos grados diferentes, con sus toques de socialismo trasnochado. O pa decirlo sin rodeos, de su ‘iluso idealismo’, pleonástico término. No soy sarcástico por natura o formación, mas al llegar a este muy lamentable estado del país con rumbo a simas insondables no está de más hurgar y cuestionar muy dañinos lunáticos pareceres. Atenas.
  • Gines de Pasamonte(86371)Hace 10 minutos
    jajajajaja. Vives rabón porque te dejo como un culo, ayer te lo demostré con creces en la columna de J.D. Torres: "La literatura colombiana no existe", en la misma, hablando sandeces de "taxonomía", majadero. Y hoy sales muy presto con el rabo entre las patas a borrar tu "sesudo" comentario en la columna de don Manuel Drezner, pues sabías lo que se venía "pierna arriba". ¿Y ahora? ¡Lo mismo NADA! ¡Sorry, escudero tontarrón!
  • Atenas(06773)Hace 38 minutos
    Quieto ahí animal feroz q’ se te vino la babaza por boca y nariz, bien sé q’ te duele q’ te mantenga la cabeza contra el piso debido a tus niñerías o infantilismo y q’ te cuesta mucho replicar con agudeza, por eso acudes al torrente de adjetivos y a anotaciones pueriles buscando cómo desacreditar lo puntilloso de mis atinados comentarios en el célebre y gustoso estilo paisa. Mientras vos te las pasas con ínfulas de cosota siendo simple pelota. Tal es el Yines de P…acotilla.Atenas.
  • Gines de Pasamonte(86371)Hace 4 horas
    ¡Ay, atenitas! Tus sempiternas frasecitas de cajón, el vicio inveterado de llamar a los periodistas por una suerte de remoquete que, a tu juicio, te hace interesante para ellos. ¡Ja! Pésima ortografía, revisa, ¡no te voy a indicar nada! ¡Qué horror de gramática y sintaxis! Y…, más de lo mismo, entre el dicterio y la loa lambona. Tu pequeño caletere no pergeña más. Ahhh…, te felicito, borraste tu “sesudo” comentario en la columna de don Manuel Drezner. Por lo menos le obedeces a tu amo, tontarrón
  • RP(07848)Hace 4 horas
    Carambas y sigue, cállese vómito😰🥶🤢
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