Juan Mario Laserna, un conservador muy liberal
Conocí a Juan Mario Laserna Jaramillo a comienzos de los años ochenta. Tuve la oportunidad de conversar con él en varias ocasiones y de seguir su trayectoria. Siempre me llamaron la atención sus ideas liberales, su capacidad de escuchar y su compromiso inquebrantable con el país. Viajó muy joven a estudiar y regresó a Colombia luego de obtener su grado en la prestigiosa Universidad de Stanford. También realizó varios estudios en temas de defensa y seguridad nacional como el CIDENAL (Curso integral de Defensa Nacional) y un postgrado en Economía y Seguridad 2005). Este tema y las finanzas públicas del país fueron algunas de sus mayores preocupaciones.
A muchos de sus colegas y amigos les sorprendía que no se hubiera dedicado a los negocios, pero su vocación fue el servicio público y la política. Ocupó diferentes cargos: fue director del Consejo Superior de Política Fiscal entre 1990 y 1992, luego en 1993 participó del Plan Quinquenal de Fuerza Pública Unidad de Justicia y Seguridad del entonces Ministerio de Defensa.
Fue asesor económico del presidente César Gaviria, convirtiéndose en el miembro más joven de lo que muchos llamaron el “kínder” del jefe de Estado. Posteriormente se desempeñó como director del Consejo Superior de Política Fiscal entre 1990 y 1992, y en 1993 participó del Plan Quinquenal de Fuerza Pública. En 1994 estuvo en la Unidad de Justicia y Seguridad del Ministerio de Defensa de Rafael Pardo.
Su primera incursión en la política electoral fue como coordinador programático de la campaña presidencial de Alfonso Valdivieso y, cuando este adhirió a la campaña de Andrés Pastrana, lo nombró asesor económico, y una vez elegido lo nombró viceministro de Hacienda y Crédito Público. Más adelante fue nombrado miembro de la junta del Banco de la República por el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Finalmente, en 2010, fue elegido senador por el Partido Conservador. Allí fue miembro de comisiones económicas y lideró importantes debates legislativos y de control político. Fue en esos años, como directora de Congreso Visible, que tuve el gusto y el privilegio de conocerlo más de cerca, de ver sus habilidades para conciliar y escuchar opiniones diversas. Teníamos algunas posturas políticas e ideológicas diferentes, e incluso contrarias, pero siempre estuvo dispuesto a oirlas, a debatirlas con argumentos claros y, sobre todo, sin descalificar a sus opositores. Además tenía sentido del humor, una cualidad que pocos políticos tienen.
Por todo esto lo admiré. Un conservador en asuntos económicos, pero muy liberal, que creía en la necesidad de hacer cambios políticos, sociales y en temas de seguridad, pero sin sobresaltos. Respetuoso de las instituciones y de la protección de los derechos y libertades individuales. Con su muerte prematura en un accidente de tránsito, Colombia perdió a un hombre que en poco tiempo demostró ser un gran político que supo escuchar.
Conocí a Juan Mario Laserna Jaramillo a comienzos de los años ochenta. Tuve la oportunidad de conversar con él en varias ocasiones y de seguir su trayectoria. Siempre me llamaron la atención sus ideas liberales, su capacidad de escuchar y su compromiso inquebrantable con el país. Viajó muy joven a estudiar y regresó a Colombia luego de obtener su grado en la prestigiosa Universidad de Stanford. También realizó varios estudios en temas de defensa y seguridad nacional como el CIDENAL (Curso integral de Defensa Nacional) y un postgrado en Economía y Seguridad 2005). Este tema y las finanzas públicas del país fueron algunas de sus mayores preocupaciones.
A muchos de sus colegas y amigos les sorprendía que no se hubiera dedicado a los negocios, pero su vocación fue el servicio público y la política. Ocupó diferentes cargos: fue director del Consejo Superior de Política Fiscal entre 1990 y 1992, luego en 1993 participó del Plan Quinquenal de Fuerza Pública Unidad de Justicia y Seguridad del entonces Ministerio de Defensa.
Fue asesor económico del presidente César Gaviria, convirtiéndose en el miembro más joven de lo que muchos llamaron el “kínder” del jefe de Estado. Posteriormente se desempeñó como director del Consejo Superior de Política Fiscal entre 1990 y 1992, y en 1993 participó del Plan Quinquenal de Fuerza Pública. En 1994 estuvo en la Unidad de Justicia y Seguridad del Ministerio de Defensa de Rafael Pardo.
Su primera incursión en la política electoral fue como coordinador programático de la campaña presidencial de Alfonso Valdivieso y, cuando este adhirió a la campaña de Andrés Pastrana, lo nombró asesor económico, y una vez elegido lo nombró viceministro de Hacienda y Crédito Público. Más adelante fue nombrado miembro de la junta del Banco de la República por el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Finalmente, en 2010, fue elegido senador por el Partido Conservador. Allí fue miembro de comisiones económicas y lideró importantes debates legislativos y de control político. Fue en esos años, como directora de Congreso Visible, que tuve el gusto y el privilegio de conocerlo más de cerca, de ver sus habilidades para conciliar y escuchar opiniones diversas. Teníamos algunas posturas políticas e ideológicas diferentes, e incluso contrarias, pero siempre estuvo dispuesto a oirlas, a debatirlas con argumentos claros y, sobre todo, sin descalificar a sus opositores. Además tenía sentido del humor, una cualidad que pocos políticos tienen.
Por todo esto lo admiré. Un conservador en asuntos económicos, pero muy liberal, que creía en la necesidad de hacer cambios políticos, sociales y en temas de seguridad, pero sin sobresaltos. Respetuoso de las instituciones y de la protección de los derechos y libertades individuales. Con su muerte prematura en un accidente de tránsito, Colombia perdió a un hombre que en poco tiempo demostró ser un gran político que supo escuchar.