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Desde que Claudia López pasó por la Alcaldía de Bogotá, en no pocas oportunidades dije que su gestión iba a ser un desastre como efectivamente lo fue. Desconocedora totalmente de las formas, la exalcaldesa hacía más pataletas que gestión. Recuerden ustedes cuando se agarró con el presidente Duque por el tema de las vacunas contra el COVID.
Es alarmista, histérica y además ineficiente. No en vano el actual alcalde Carlos Fernando Galán encontró a la ciudad totalmente destrozada. Las obras atrasadas, la inseguridad disparada, las calles llenas de huecos, a punto de un racionamiento de agua más fuerte del que tuvo que imponer el alcalde, las calles tomadas por los vendedores ambulantes, una ciudad sin andenes, llena de “habitantes de la calle” haciendo lo que les viene en gana, y por sólo mencionar una cosa más, jamás tuvo la honestidad de haberle agradecido a Peñalosa que empezó las obras que la señora en mención inauguró.
La vimos llorando de la emoción el día que el señor Gustavo Petro ganó las elecciones. Lo apoyó por los laditos durante su campaña y pronosticó, equivocadamente, que vendrían muy buenos años para Colombia.
Hoy por el contrario ataca a Petro (no sin razón), pero más por hacer política barata, que por aceptar que si ella llega a la Presidencia lo hace con el escudo de Petro, pues López, así quiera ocultarlo, lleva al actual presidente en sus genes. Ya no le creemos a López nada de lo que dice, porque en lo que respecta a Petro, lo está traicionando por razones politiqueras convirtiéndola así en la perfecta voltiarepas.
Ya sabemos que quien ha sido un mal alcalde, como el señor Gustavo Petro, de llegar a la Presidencia, hace un mandato absolutamente desastroso para el país. ¿Acaso no nos basta con ver lo que estamos viviendo en este cuatrienio con Petro, para repetir la historia con la señora López?
Se le corrió el coco con la candidatura de Vicky Dávila, quien la ha puesto al descubierto durante el último año para mostrarnos a los ciudadanos la clase de calaña que es esta señora.
El país está cansado de los politiqueros como López, Roy Barreras, Armando Benedetti, Camilo Romero, María José Pizarro, doble Racero, Gustavo Bolívar, Inti Asprilla y todos aquellos que defienden a capa y espada al peor presidente que ha tenido Colombia en su historia republicana. Tiene la ventaja de que Petro, en sus ataques megalómanos, dice cosas que ya pocos le creen. Desvaría mucho y gobierna poco.
Por fortuna es perezoso, pues de ser trabajador ya habría destruido al país. En Colombia no ha habido un outsider como Vicky Dávila por lo que los personajillos mencionados se han unido en gavilla, como los gamines que son, en contra de ella. Pero tendrán que cargar con el fardo de la desgracia después del 2026 por haber defendido a Petro justificándole sus constantes desatinos y mentiras.
Claudia representa un peligro para el país, pues demostró que no es buena administradora de la cosa pública.