A esta altura del gobierno de Petro, sin ser experto, me atrevo a decir que tiene algún desorden mental. Sus publicaciones en X muestran a un presidente desconectado de la realidad del país, porque siempre está hablando de temas que no les solucionan los problemas inmediatos a los colombianos. Habla del fascismo, del calentamiento global (tema del que cree saber mucho, pero la verdad es más carreta que ciencia y realidad), está más preocupado por torpedear al alcalde Galán que por las masacres, el asesinato de líderes sociales, las tomas de la guerrilla, los bloqueos de las carreteras, el eventual desabastecimiento de gas y de electricidad. El presidente cree que es un líder mundial, y ni hablar de algunas cifras económicas, y como es egocéntrico y megalómano, está convencido de que puede cambiar el mundo con unos discursos improvisados e incoherentes. Habla de enviar pedazos de humanos a Marte, del polvo cósmico y de la destrucción de la raza humana en 15 años.
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A esta altura del gobierno de Petro, sin ser experto, me atrevo a decir que tiene algún desorden mental. Sus publicaciones en X muestran a un presidente desconectado de la realidad del país, porque siempre está hablando de temas que no les solucionan los problemas inmediatos a los colombianos. Habla del fascismo, del calentamiento global (tema del que cree saber mucho, pero la verdad es más carreta que ciencia y realidad), está más preocupado por torpedear al alcalde Galán que por las masacres, el asesinato de líderes sociales, las tomas de la guerrilla, los bloqueos de las carreteras, el eventual desabastecimiento de gas y de electricidad. El presidente cree que es un líder mundial, y ni hablar de algunas cifras económicas, y como es egocéntrico y megalómano, está convencido de que puede cambiar el mundo con unos discursos improvisados e incoherentes. Habla de enviar pedazos de humanos a Marte, del polvo cósmico y de la destrucción de la raza humana en 15 años.
Sabe además que ya a esta altura de su gobierno pasará a la historia como el peor presidente de los últimos 60 años, por eso en su calenturienta cabeza se inventa golpes blandos, constituyentes y revoluciones del poder popular que solo están en su imaginación, porque hace ya varios meses que Petro perdió la calle. Su impuntualidad siempre encubierta por mentiras es ya ampliamente conocida por los colombianos. Sus devaneos en Panamá con su amante a veces no le permiten ver la realidad. El presidente ha hecho todo lo que les criticaba a los gobernantes anteriores. Derrocha en gran cantidad de viajes innecesarios e intrascendentes para los ciudadanos. Este gobierno gasta a manos llenas en bodegueros, en amigos del gobierno que no tienen grandes méritos académicos. El gobierno del cambio resultó en nada más que en un gobierno corrupto e ineficiente.
Petro se levanta todos los días, posiblemente con un guayabo de café, para ver qué o a quién destruye. Me tomé el trabajo de revisar sus últimos 50 publicaciones en X y no hay una en la que mande un mensaje de optimismo. Todo lo que hacen los demás le parece mal y habla con orgullo de todo lo que él cree en su mente mitómana que hizo durante su desastrosa alcaldía de Bogotá. No hizo ni una sola compra para Transmilenio, montó un sistema de basuras que les costó millones de pesos a los bogotanos en la compra de unos camiones inservibles. Recordemos que llegó a decir que la mejor manera para que a uno no le robaron el celular era no sacarlo. El presidente dice que le aburren los palacios y los lujos, pero vive de ellos. Hoy Petro no es capaz de llenar la Plaza de Bolívar, ni pagando como lo ha hecho en otras oportunidades. Miente sin ruborizarse y acusa a todos aquellos que no estamos de acuerdo con él y sus políticas destructivas. Por fortuna para el país quedan menos de dos años de esta hecatombe maloliente. Petro es un enfermo incurable, perverso y cínico.