Pese a los odios, a mis propios odios, a las guerras y a mis propias guerras imaginarias contra el mundo y a un reguero de etcéteras de “peses a”, mientras más lo pienso, más escudriño a las personas cuando van por la calle y más las observo como personajes de una novela o de una película, más me convenzo de que los humanos somos fascinantes, y me incluyo con todo el pudor que hay y que emana de los humanos. Somos fascinantes porque somos creativos, tanto, que creamos el bien y el mal y a los dioses con sus millones de implicaciones, y a menudo nos inventamos nuestras propias realidades, actuando según esas realidades imaginadas, para luego ser capaces de afirmar que estamos cuerdos. Somos fascinantes porque de la locura pasamos en un segundo a la cordura, convencidos de que solo con algo de cordura vamos a poder vivir, y porque callamos, y más de una vez al callar decimos más que al hablar, y porque en más de una ocasión hablamos como si nuestras palabras quedaran grabadas en piedra.
Somos fascinantes
01 de octubre de 2023 - 02:10 a. m.
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com