El ramen llegó a Japón a finales del siglo XIX de la mano de cocineros chinos. Pronto se convirtió en una comida popular entre los obreros, los trabajadores nocturnos y los soldados. La segunda guerra mundial provocaría una escasez de trigo que impidió fabricar los fideos con que se hace este plato. Pasada la contienda y frente a las afugias generadas por el conflicto, se convertiría de nuevo en la tabla de salvación para los bolsillos anémicos. Superada esta etapa y ya en pleno milagro económico, el plato fue subiendo de estatus, se renovó y se hizo tan refinado que en diciembre de 2015 el restaurante Tsuta del señor Yuki Onishi...
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