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La fluorosis dentaria: Un problema de salud pública

Fernando Galindo G.
19 de octubre de 2024 - 04:59 a. m.

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El 26 de septiembre, el juez federal de California Edward Chen ordenó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) regular la concentración de flúor agregado al agua potable por el riesgo que el químico podría afectar el coeficiente intelectual de los niños.

Desde la época del presidente Betancur, Colombia tomó la decisión de suspender la fluorización del agua potable y, por presión de la Organización Panamericana de la Salud, programó añadir fluoruro de potasio a la sal de cocina, medida que desde entonces ordena el Ministerio de Salud.

Estas estrategias han sido cuestionadas por los investigadores internacionales que han demostrado reducción de la caries dental y de la enfermedad periodontal, con promoción y prevención de la higiene oral a nivel familiar y escolar, prescindiendo del flúor sistémico.

En 1992 y 1993 realizamos dos investigaciones reportadas en la literatura para determinar las concentraciones de flúor iónico y flúor total, en diversas marcas de sal de cocina de venta en Colombia, y hallamos muestras de 600 ppm (partes por millón), cuando el límite es de 180-200 ppm. (Galindo F., Galindo D.)

Diversos estudios epidemiológicos en Colombia reportaron prevalencia de fluorosis dentaria en cerca del 50 % de la población infantil. “La fluorosis es la manifestación tardía de una intoxicación sistémica por flúor (en agua, en sal, en fármacos), ocurrida en los períodos de formación y desarrollo de los tejidos humanos”.

En estudios recientes (2016-2021), varios autores pretendieron determinar el máximo nivel de seguridad del flúor en agua potable. Evaluaron la asociación entre agua fluorizada (natural o agregada) y los resultados en salud. Otra búsqueda, entre 2021 y 2023, se limitó al coeficiente intelectual y la fluorosis dental. De 39 resultados revisados, cuatro fueron escrutados para determinar causalidad.

Reportaron evidencia contundente para fluorosis dentaria y reducción del coeficiente intelectual en niños; moderada para disfunción tiroidea; débil, para alteraciones renales y limitada en disfunción de hormonas sexuales. Concluyeron que la fluorosis dentaria moderada y la reducción en las mediciones del coeficiente intelectual son los indicadores más apropiados para establecer el nivel más alto de seguridad para el agua potable. Reconocieron que el mecanismo biológico que establece la interacción del flúor con el coeficiente intelectual no está claramente dilucidado. (Moore, D., Glenny, AM. Fluoride and children’s IQ: evidence of causation lacking. Evid Based Dent 25, 95–97 (2024).

De los escandinavos aprendimos que el modelo de la promoción y prevención de las enfermedades orales centrado en el control del biofilm bacteriano, sin flúor sistémico, es eficaz en el 97 % de la población infantil. (An Introduction to Risk Prediction and Preventive Dentistry, Per Axelsson, Quintessence Publishing Company, 1999).

La reforma de la salud debe agregar este modelo, suspender la fluorización de la sal de cocina y controlar las poblaciones con exceso de flúor en el agua potable para el bien de la niñez colombiana.

Parche. Como columnista libre, adhiero a la campaña actual por la defensa de la vida, en contra del aborto.

 

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