Los colombianos tenemos el talante y el talento para superar todos los obstáculos que se presenten. Hoy celebramos con unos cuantos ejemplos
Vivimos épocas de incertidumbre, qué duda cabe. En parte sí, en nuestro país, por la llegada por primera vez de un gobierno de izquierda que ha presentado una agenda ambiciosa, pero defendida en la esfera pública de manera torpe, agresiva y desordenada, en medio de una campaña desde la derecha tradicional que exacerba los temores con exageraciones, verdades a medias y equivalencias gratuitas. Pero, de manera más general, luego del remezón inconmensurable y todavía no suficientemente sanado de una pandemia cruel que dejó un rastro de muerte y de afectación mental, de una economía global que no se ha recuperado de sus consecuencias y que ahora además sufre los efectos de la cruel invasión rusa a Ucrania -la cual nos mantiene por cierto en el límite de una confrontación mundial y acaso letal-, y de un planeta que se nos deshace ante la indiferencia de los discursos altisonantes sin una acción coordinada global efectiva, parece apenas natural que las perspectivas sobre el futuro aparezcan nubladas, angustiantes incluso.
En ese contexto, puede sonar artificioso y hasta irreal que para nuestra conmemoración anual de cumpleaños -el 136° este 2023- desarrollemos un especial periodístico alrededor de una serie de talentos jóvenes que garantizan un futuro muy diferente de ese incierto que sentimos. Permítanme ir en contravía -como por cierto ha ido tantas veces El Espectador en sus 136 años de existencia- para afirmar lo contrario. Sí, hay retos enormes por delante y es importante conocerlos, estudiarlos y tenerlos muy presentes en las decisiones, pero el destino lo forjan al final las personas y las comunidades, por mucho que los liderazgos políticos, económicos y sociales tracen caminos que nos hagan más difícil la vida y generen incertidumbre.
Por eso hoy, cuando se anuncia a los cuatro vientos la llegada del apocalipsis final, en El Espectador decidimos que la celebración de nuestro legado es una ocasión propicia para creer y volver la vista hacia lo que somos capaces de construir los colombianos.
Hay algo de mea culpa en esta decisión, porque somos conscientes de que muchas veces centramos el foco demasiado en lo que no funciona y dejamos a un lado lo mucho que sí funciona, con lo cual contribuimos al pesimismo general. Sin embargo, nunca en El Espectador hemos dejado ni dejaremos de creer y confiar en que Colombia tiene el talante y el talento para superar todos los obstáculos que se vayan presentando. El señalamiento de lo que está mal obedece al cumplimiento cabal de nuestro papel fiscalizador, pero se sostiene más sobre la confianza en que las cosas se pueden hacer de forma correcta que en ser simplemente notarios de nuestro fracaso como sociedad.
De manera que no, no nos vamos a dejar convencer de que este país es incapaz de labrarse un futuro sólido. Hay ejemplos de sobra de empresarios, líderes sociales, deportistas, científicos o artistas, entre muchos otros, que han llegado muy lejos y han mantenido a flote este país a través de los años, incluso bajo las peores circunstancias posibles. Permítanme también, en el día de su cumpleaños, incluir entre ellos a El Espectador y a todas las personas que por aquí han pasado dentro de esos ejemplos. Empero, para esta celebración en momentos de incertidumbre como los actuales, hemos querido ir todavía más allá para buscar una serie de talentos jóvenes, también en diferentes esferas y actividades, que nos enseñan que Colombia tiene todo el talante y el talento, repito, para ser protagonista en la agenda de este siglo XXI. Son solo algunos, pero los invito a conocer sus historias a través de esta publicación especial y, sobre todo, a mirar a través de sus vidas todo lo que Colombia tiene en sus gentes para ser muy diferente a ese país fracasado que algunos presentan y a veces nos confunden. Espero que lo disfruten y que tengan nuevos referentes en los qué creer.
* Director de El Espectador.
Los colombianos tenemos el talante y el talento para superar todos los obstáculos que se presenten. Hoy celebramos con unos cuantos ejemplos
Vivimos épocas de incertidumbre, qué duda cabe. En parte sí, en nuestro país, por la llegada por primera vez de un gobierno de izquierda que ha presentado una agenda ambiciosa, pero defendida en la esfera pública de manera torpe, agresiva y desordenada, en medio de una campaña desde la derecha tradicional que exacerba los temores con exageraciones, verdades a medias y equivalencias gratuitas. Pero, de manera más general, luego del remezón inconmensurable y todavía no suficientemente sanado de una pandemia cruel que dejó un rastro de muerte y de afectación mental, de una economía global que no se ha recuperado de sus consecuencias y que ahora además sufre los efectos de la cruel invasión rusa a Ucrania -la cual nos mantiene por cierto en el límite de una confrontación mundial y acaso letal-, y de un planeta que se nos deshace ante la indiferencia de los discursos altisonantes sin una acción coordinada global efectiva, parece apenas natural que las perspectivas sobre el futuro aparezcan nubladas, angustiantes incluso.
En ese contexto, puede sonar artificioso y hasta irreal que para nuestra conmemoración anual de cumpleaños -el 136° este 2023- desarrollemos un especial periodístico alrededor de una serie de talentos jóvenes que garantizan un futuro muy diferente de ese incierto que sentimos. Permítanme ir en contravía -como por cierto ha ido tantas veces El Espectador en sus 136 años de existencia- para afirmar lo contrario. Sí, hay retos enormes por delante y es importante conocerlos, estudiarlos y tenerlos muy presentes en las decisiones, pero el destino lo forjan al final las personas y las comunidades, por mucho que los liderazgos políticos, económicos y sociales tracen caminos que nos hagan más difícil la vida y generen incertidumbre.
Por eso hoy, cuando se anuncia a los cuatro vientos la llegada del apocalipsis final, en El Espectador decidimos que la celebración de nuestro legado es una ocasión propicia para creer y volver la vista hacia lo que somos capaces de construir los colombianos.
Hay algo de mea culpa en esta decisión, porque somos conscientes de que muchas veces centramos el foco demasiado en lo que no funciona y dejamos a un lado lo mucho que sí funciona, con lo cual contribuimos al pesimismo general. Sin embargo, nunca en El Espectador hemos dejado ni dejaremos de creer y confiar en que Colombia tiene el talante y el talento para superar todos los obstáculos que se vayan presentando. El señalamiento de lo que está mal obedece al cumplimiento cabal de nuestro papel fiscalizador, pero se sostiene más sobre la confianza en que las cosas se pueden hacer de forma correcta que en ser simplemente notarios de nuestro fracaso como sociedad.
De manera que no, no nos vamos a dejar convencer de que este país es incapaz de labrarse un futuro sólido. Hay ejemplos de sobra de empresarios, líderes sociales, deportistas, científicos o artistas, entre muchos otros, que han llegado muy lejos y han mantenido a flote este país a través de los años, incluso bajo las peores circunstancias posibles. Permítanme también, en el día de su cumpleaños, incluir entre ellos a El Espectador y a todas las personas que por aquí han pasado dentro de esos ejemplos. Empero, para esta celebración en momentos de incertidumbre como los actuales, hemos querido ir todavía más allá para buscar una serie de talentos jóvenes, también en diferentes esferas y actividades, que nos enseñan que Colombia tiene todo el talante y el talento, repito, para ser protagonista en la agenda de este siglo XXI. Son solo algunos, pero los invito a conocer sus historias a través de esta publicación especial y, sobre todo, a mirar a través de sus vidas todo lo que Colombia tiene en sus gentes para ser muy diferente a ese país fracasado que algunos presentan y a veces nos confunden. Espero que lo disfruten y que tengan nuevos referentes en los qué creer.
* Director de El Espectador.