Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                25 de octubre de 2022 - 12:00 a. m.

                                                                                                                                364 días

                                                                                                                                Al momento de enviar esta columna he pasado 364 días sin oír la voz de mi mamá, sin un abrazo suyo ni encontrarla en su casa leyendo un libro sobre el cosmos o escribiendo otro sobre Proust; durante un largo año no ha vuelto a sonar en mi celular el tono que ella y solo ella tenía: “Pintarse la cara color esperanza”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Y así la muerte sea la única puerta que sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer siempre está abierta —pero en una sola vía—, jamás nos acostumbramos. Esa falta incurable que le hacen a uno los que se mueren dura lo que dure uno en este mundo, ni un minuto menos. Pero el dolor respira distinto con el paso del tiempo, va cambiando de textura y uno vuelve a aprender a ser feliz. ¿No es acaso la felicidad —o al menos su posibilidad— una bonita manera de recordar y dar las gracias? De mi abuelo y mi mamá heredé una consigna: rescatar de los escenarios más difíciles toda brizna de felicidad, cualquier asomo de renacimiento. Eso no hace desaparecer las sombras, pero ayuda a valorar cada milímetro de sol.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Honro la memoria, pero no le rindo pleitesía al dolor. Y pienso constantemente en los miles de motivos que nos dio Gloria, Yoya, mamá, abuela, bisabuela y maestra, para celebrar su vida; repaso sus carcajadas, las clases de arte y nuestras escapadas a teatro; los sabores mágicos que lograba; su alergia crónica al protocolo, a lo artificial o vanidoso; lo que gozaba con los niños frente al desafío de un Lego o buscando conchitas en el mar. Pienso mucho más en todo eso, que en el agujero negro que se me clavó en el corazón la tarde de su muerte. A un ser que a tantos nos dio tanta felicidad no le puede uno hacer el contrasentido de recordarlo con tristeza.

                                                                                                                                Sé que más que una columna de opinión esta de hoy es una columna de confesión. Y, sí, en este oficio se van tejiendo complicidades con el teclado y con los lectores; finalmente, uno no escribe con las manos sino con los sentimientos, con lo que hemos visto, lo que hemos sido, lo que nos ha hecho amar la vida, abrazarla, llorarla y —siempre y sin tregua— sentirla.

                                                                                                                                Escribir es darle palabras a la conmoción de cada día.

                                                                                                                                Hace unas horas estuve con un grupo de periodistas y estudiantes; en cada pregunta se abrían ventanas y hablamos de ese primer insumo, el imprescindible para escribir: sentir el mundo, palparlo, que nos duela cada cuerpo, cada sueño tumbado por las balas; amar las interrogaciones y no dejar de sorprendernos; oler el color del aire y saber que todas las palomas pueden ser mensajeras. Que las palabras son un tesoro y cada una es una y solo ella, habrá sinónimos, pero ninguna suena y acompaña o entristece como otra. Hablamos de lograr que las voces y los silencios nunca pasen desapercibidos, del sagrado compromiso con la verdad, del derecho y el deber —contra viento y marea— de defender lo que se piensa, sin incendiar, sin ensañarse ni calumniar. Y hablamos de vivir en modo aprendizaje, tener el valor de reconocer nuestros errores y ser humildes pero no obedientes, ser responsables y autocríticos, tolerantes pero no condescendientes.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                No hay remedio: para escribir hay que estar dispuestos a dejarnos leer el corazón como un mapa de duelos y festejos, de rupturas, ilusiones y lecciones. Es preciso tener la valentía necesaria para dejarse ver por dentro y, desde la honestidad, intentar aproximarnos al corazón de los otros.

                                                                                                                                Desde hace 364 días la mujer que me dio la vida tiene la suya en otra dimensión. Hoy la nostalgia se tomó letra a letra el teclado y la dejé escribir así, sin oponer resistencia…

                                                                                                                                gloria.arias2404@gmail.com

                                                                                                                                Al momento de enviar esta columna he pasado 364 días sin oír la voz de mi mamá, sin un abrazo suyo ni encontrarla en su casa leyendo un libro sobre el cosmos o escribiendo otro sobre Proust; durante un largo año no ha vuelto a sonar en mi celular el tono que ella y solo ella tenía: “Pintarse la cara color esperanza”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Y así la muerte sea la única puerta que sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer siempre está abierta —pero en una sola vía—, jamás nos acostumbramos. Esa falta incurable que le hacen a uno los que se mueren dura lo que dure uno en este mundo, ni un minuto menos. Pero el dolor respira distinto con el paso del tiempo, va cambiando de textura y uno vuelve a aprender a ser feliz. ¿No es acaso la felicidad —o al menos su posibilidad— una bonita manera de recordar y dar las gracias? De mi abuelo y mi mamá heredé una consigna: rescatar de los escenarios más difíciles toda brizna de felicidad, cualquier asomo de renacimiento. Eso no hace desaparecer las sombras, pero ayuda a valorar cada milímetro de sol.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Honro la memoria, pero no le rindo pleitesía al dolor. Y pienso constantemente en los miles de motivos que nos dio Gloria, Yoya, mamá, abuela, bisabuela y maestra, para celebrar su vida; repaso sus carcajadas, las clases de arte y nuestras escapadas a teatro; los sabores mágicos que lograba; su alergia crónica al protocolo, a lo artificial o vanidoso; lo que gozaba con los niños frente al desafío de un Lego o buscando conchitas en el mar. Pienso mucho más en todo eso, que en el agujero negro que se me clavó en el corazón la tarde de su muerte. A un ser que a tantos nos dio tanta felicidad no le puede uno hacer el contrasentido de recordarlo con tristeza.

                                                                                                                                Sé que más que una columna de opinión esta de hoy es una columna de confesión. Y, sí, en este oficio se van tejiendo complicidades con el teclado y con los lectores; finalmente, uno no escribe con las manos sino con los sentimientos, con lo que hemos visto, lo que hemos sido, lo que nos ha hecho amar la vida, abrazarla, llorarla y —siempre y sin tregua— sentirla.

                                                                                                                                Escribir es darle palabras a la conmoción de cada día.

                                                                                                                                Hace unas horas estuve con un grupo de periodistas y estudiantes; en cada pregunta se abrían ventanas y hablamos de ese primer insumo, el imprescindible para escribir: sentir el mundo, palparlo, que nos duela cada cuerpo, cada sueño tumbado por las balas; amar las interrogaciones y no dejar de sorprendernos; oler el color del aire y saber que todas las palomas pueden ser mensajeras. Que las palabras son un tesoro y cada una es una y solo ella, habrá sinónimos, pero ninguna suena y acompaña o entristece como otra. Hablamos de lograr que las voces y los silencios nunca pasen desapercibidos, del sagrado compromiso con la verdad, del derecho y el deber —contra viento y marea— de defender lo que se piensa, sin incendiar, sin ensañarse ni calumniar. Y hablamos de vivir en modo aprendizaje, tener el valor de reconocer nuestros errores y ser humildes pero no obedientes, ser responsables y autocríticos, tolerantes pero no condescendientes.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                No hay remedio: para escribir hay que estar dispuestos a dejarnos leer el corazón como un mapa de duelos y festejos, de rupturas, ilusiones y lecciones. Es preciso tener la valentía necesaria para dejarse ver por dentro y, desde la honestidad, intentar aproximarnos al corazón de los otros.

                                                                                                                                Desde hace 364 días la mujer que me dio la vida tiene la suya en otra dimensión. Hoy la nostalgia se tomó letra a letra el teclado y la dejé escribir así, sin oponer resistencia…

                                                                                                                                gloria.arias2404@gmail.com

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar