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Pazaporte

Colombia, un país sin dueño


Gloria Arias Nieto
04 de junio de 2024 - 05:05 a. m.

Titular de la 1ª página en El Espectador del sábado: “Un puente sin dueño”, refiriéndose al Simón Bolívar, entre Soledad y Barranquilla. Otra obra en riesgo avisado, sin que nadie se apersonara de su seguridad y mantenimiento. Cinco personas muertas. Declaraciones de ingenieros, alcaldes, gobernadores, funcionarios hábiles e ineptos, conductores y contratistas…. Habla hasta el gato, excátedra, como si cada uno fuera el Indiana Jones de la verdad revelada. Y no he oído una sola voz que diga: “Era mi responsabilidad. La culpa es mía”.

Aquí los puentes se caen y se encrespan (¿se acuerdan?), porque “ajá”. Y así tenemos -según la Contraloría- otras 170 obras de infraestructura con alerta de colapso.

Nos invade la era de los emoticones de hombros levantados y brazos caídos. Aquí parecería que las responsabilidades, como el puente, tampoco tienen dueño.

Colombia misma se podría titular “un país sin dueño”. Un país sin doliente, en el que se roban billones de pesos y 828 guitarras, vidas de niños y de mujeres, indígenas, cementerios, veredas y verdades y, como premio de consolación, los juramentos de siempre, que van desde la nada “hasta las últimas consecuencias”, para regresar luego a la nada; siguen las promesas de hace medio siglo y nuevas consignas, grandilocuentes, que incluyen un país de la belleza, navegando a veces por la dimensión desconocida, y una potencia mundial de la vida en la que en cinco meses han matado a 72 líderes sociales.

En este país sin dueño, miles de esclavos (del hambre, de la pobreza, de las guerras cotidianas y de las otras) esperan que luego de una historia de engaños y saqueos alguien cumpla el compromiso de transformar a Colombia en un país sin miedo. Que sociedad y Gobierno se decidan a conjugar más noblezas y menos injurias; más hechos y menos discursos. Que el pequeño Destroyer que llevamos dentro entregue los guantes, y nos alistemos en las filas de un proyecto común, una esperanza razonable alimentada por acciones concretas. No más intereses egoístas ni retóricas desgastadas, que se devoran el tiempo como un Pac-Man. Suficiente.

Gobierno, empresa y sociedad tienen que trabajar juntos, para que la construcción de equidad deje de ser un desfile de duendes solitarios tratando de llenar el océano con una regadera.

Casi todos entendemos que es necesario un nuevo orden social. Pero el nuevo modelo no puede ser más fallido que el anterior, ni más herido ni más hiriente. Evolucionar implica tener visión y partitura, tener disciplina, estar dispuesto al disenso constructivo y a la concertación inteligente. La involución -por el contrario- es el resultado de improvisaciones, imposición e irresponsabilidad.

En un país sin dueño, las cicatrices no encuentran piel que las reclame; los despilfarros y los sobornos rompen los bolsillos del pueblo, pero a nadie le duele tanto como para evitarlo; las miserias son anónimas, los vulnerados de siempre se van muriendo y, hasta donde sabemos, los muertos no resucitan.

Un país sin dueño fácilmente puede convertirse en el imperio de Poncio Pilatos y hundirse mientras el capitán les echa la culpa a los marineros, los marineros a los pasajeros, los pasajeros a las ratas, las ratas al agua y el agua a las mareas, y así.

Necesitamos que 50 millones de colombianos se sientan colectivamente dueños del país, en términos de responsabilidad y trabajo, de producción y derechos. Que el Gobierno gobierne más y pelee menos; que comprenda que el pensamiento plural no es amenaza, sino fortaleza. Nos quedan 27 meses para demostrar que 11 millones de colombianos no estábamos tan locos y que nunca más seremos un país sin dueño.

Gloria.arias2404@gmail.com

 

Carlosé Mejía(19865)06 de junio de 2024 - 12:26 p. m.
De acuerdo con las apreciaciones de la columnista: ¡Necesitamos ver el Cambio!
hernando(26249)05 de junio de 2024 - 04:38 p. m.
Asumir responsabilidades es lo urgente. Los politicos y dignatarios no asumen las consecuencias d sus sesgos y caprichos.
Ana(88564)05 de junio de 2024 - 02:12 p. m.
La 1a falacia del gobierno del "se me da la gana" es que los 11 millones de votantes, una parte votó contra Hernández; Y no podemos escribir a la ONU quejándonos. Somos espectadores. algunos ¿cuántos? votamos contra Duque y por un proyecto político soñado desde la juventud. ¿Tiene Ud. propuestas concretas sobre qué hacer?
Ana(88564)05 de junio de 2024 - 02:04 p. m.
respeto muchísimo el idealismo de Gloria y la calidad de sus ideas. No obstante, los 11 millones que unos equivocamos de papeleta, no la podemos pedir de vuelta, y quedarnos con Rodolfeo? Yo estudié Historia colombiana e internacional intensiva en bachillerato, la continúo leyendo, pero creo que no hay nadie más impotente que un/a ciudadano/a- ¿Qué podemos hacer frente a un cuasi Milei y sus absurdas decisiones? Yo pago impuestos a tiempo, no robo, no firmo contratos chiviados, etc.
FRANCISCO(61977)05 de junio de 2024 - 01:26 a. m.
Este es un gobierno que a poco de comenzar perdió el Norte y anda dando palos de ciego. Leyva, el asesor en la sombra, colabora con el desgobierno, y espera que lo designen como comisionado de la Paz total, otro embeleco de su prolija imaginación.
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