Gabriel García Márquez escribió El coronel no tiene quien le escriba en 1957, cuando tenía 30 años y vivía en la miseria en París. Colombia padecía la dictadura de Rojas Pinilla; los tanques de guerra y las orugas del régimen amenazaban la vida y las banderas de los libertarios.
En el pueblo, el coronel pasó más de 15 años de soledad esperando una carta que nunca llegó. Pero, más que un lamento, su vida fue una intención poética; una consigna para no dejarse derrotar, así todo fuera conflicto y hambre a su alrededor.