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Pazaporte

Palpar la vida como es

Gloria Arias Nieto
25 de febrero de 2025 - 05:00 a. m.
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Tenemos a disposición del poder económico y político cientos de personajes con recorrido académico sólido, hojas de vida llenas de cargos y honores, y no hemos sido capaces de lograr que el mundo funcione de una manera empática y respetuosa con los seres vivos. Hacemos congresos multitudinarios para oír a los más doctos, a los famosos de siempre… Pero no recuerdo haber sido convocada a un foro planeado y dictado por niños, por enfermos, presos, por los pobres o los viejos. No estamos acostumbrados a consultar a quienes de verdad deberíamos oír. Y cuando campesinos, afros o indígenas levantan la voz para contar el dolor y la fortaleza de su comunidad, son amenazados, perseguidos y muchos de ellos, asesinados.

Valdría la pena saber qué pasaría si en lugar de llenar estanterías con largas sábanas de Excel y estudios teóricos hechos por ingenieros industriales, economistas sin principios de realidad y científicos más obsesionados por la excelencia académica que por la naturaleza humana, se les preguntara no a las eminencias sino a los dolientes, qué harían ellos para evitar -por ejemplo- la deserción escolar, el cierre de los hospitales o la violencia en los territorios. Muchas veces no son los más diplomados sino los más dolientes, los de manos secas y zapatos viejos, los que más conocen la verdad: ésa que duele todos los días y todas las noches en la sala de espera de un hospital, en el rancho ardiendo por un cilindro bomba, en la pieza de alquiler donde solo hay un colchón, una estampita del Sagrado Corazón y un reverbero para el agua de panela del día siguiente.

¿Por qué –por ejemplo– son los expertos y no los niños y las niñas quienes tienen la palabra en los foros sobre maltrato infantil? Y desde luego no se trata de revictimizarlos, pero sí de darles la voz que nunca deberían haber perdido.

Muchas veces nos da miedo tener contacto, involucrarnos, mostrarnos y leernos como somos y no como sería políticamente correcto que fuéramos. Las corazas protegen, pero prefiero tener puesta mi piel imperfecta, que la frialdad de un escudo.

Necesitamos palpar la vida como es; que la voz de la pobreza no sea la de las estadísticas; que los habitantes de calle hablen sobre la indigencia, sobre el hambre que han sentido; sobre esa noche, cuando justo había convertido un periódico en su duvet de plumas, y un policía los obligó a irse de la banca del parque, por quejas de los vecinos… Y que en los grandes auditorios los raspachines indígenas expliquen de una vez por todas que la culpa no es de ellos, y que, si no hubiera millones de consumidores, ellos, los que mezclan sus cicatrices con las de la selva, estarían cultivando caña y no tendrían bandos ni miedos ni huecos en los huesos por el fuego cruzado.

Llevamos siglos condensando en unos pocos la responsabilidad de hacer vademécum de soluciones; y ahí se quedan durmiendo el sueño de los aburridos. Pocas veces (o quizá ninguna) le hemos preguntado al hombre que está al otro lado de la ventana –exponiendo su vida para que nuestros vidrios estén limpios– qué haría él para combatir el mugre en el alma.

Muy pocos les preguntan a los niños qué y cómo les gustaría aprender, cuáles historias del mundo quisieran conocer o dónde empieza el cuento que podrían escribir. Y casi nadie pregunta a los pacientes que llevan años tocando puertas, cómo imaginan ese hospital donde además de curarles lo obvio, les sanarían la tristeza.

Nos falta hacer las preguntas que son y a las personas que siempre deberíamos haber consultado. Eso nos volvería más vulnerables, pero también más humanos y –entonces– habría valido la pena.

Gloria Arias Nieto

Gloria.arias2404@gmail.com

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Picuto(71356)26 de febrero de 2025 - 12:16 a. m.
Hermoso poema en prosa Gloria; hacía meses no leía de Gloria Arias, ni de nadie una prosa poética como ésta, dedicada a las víctimas, los olvidados, los sufridos, olvidados, despreciados, quienes solo son llamados cuando son requeridos y necesitados, pero nunca para darles un trozo de torta para probarla, sino para que la vean. Cuándo se acordarán de ellos, los llamados "padres de la patria"?
Lucila Castro de Sanchez(60806)25 de febrero de 2025 - 09:34 p. m.
Colombia ha perdido el rumbo,o mejor,los polîticos de siempre la han llevado por el rumbo equivocado.Hasta ahora,los que estân con el gobierno progresista ,han mostrado los deseos de que todos por igual,podamos disfrutar lo que nuestra patria nos ofrece.Combatamos la mezquindad con hechos de solidaridad,carino y empatîa
Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)25 de febrero de 2025 - 06:56 p. m.
Interesante reflexión. Los que nos movemos en el mundo del intelecto, deberíamos aprender eso. Por eso Habermas preguntó, ¿Dónde quedaron los saberes? encerrados en culturas de expertos y disociados del Mundo de la vida. Husserl y los fenomenólogos nos enseñaron a no olvidarnos del mundo de la vida de los otros
Hincharojo(87476)25 de febrero de 2025 - 03:51 p. m.
Por eso estamos cómo estamos.Excelente columna.
H. Callejas(4167)25 de febrero de 2025 - 02:49 p. m.
Acabo de leer dos libros: Memorias por correspondencia (Emma Reyes) y La Quinta Puerta, el primero una historia real y desgarradora sobre la miseria en Colombia , el segundo un estudio sobre la desigualdad de la educación (la mayor de todas las desigualdades) . En el primer libro en su relato se palpa la vida como es, en el segundo se analizan causas de la desigualdad y miseria de Colombia, importante palapar la realidad pero también muy importante analizar para salir de esta situación.
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