A la 12:02 a. m. del 4 de agosto navegué por chats, noticias y redes, y no encontré nada que me despejara el desconsuelo.
Otra vez llegamos a ese punto horrible en el que es más fácil conseguir balas que argumentos, y no podemos ser adversarios políticos, sino enemigos en guerra. Luego de dos años de esfuerzos inmensos y de avances nunca vistos, a las 12 de la noche del sábado 3 de agosto venció el plazo para la prórroga del cese al fuego bilateral y transitorio entre el Gobierno colombiano y el ELN.